Cuando el padre Swamy cantaba en su prisión
Hace dos años de la muerte del jesuita injustamente encarcelado por su compromiso con los derechos de las tribus. Uno de sus compañeros de celda cuenta en un sitio web indio cómo su famoso verso - "incluso en una jaula, el pájaro puede cantar"- no era sólo una imagen, sino también un gesto con el que compartía la vida con los demás reclusos.
Bombay (AsiaNews) - Hoy en India se cumplen dos años de la muerte del p. Stan Swamy, el jesuita indio que falleció a los 84 años después de pasar más de nueve meses en la cárcel, acusado falsamente de terrorismo por sus actividades en favor de los derechos de las poblaciones tribales de Jharkhand. Entre los muchos recuerdos del p. Stan, es muy significativo el relato de uno de sus compañeros de presidio -Vernon Gonsalves, que también estuvo entre los activistas presos en la cárcel de Taloja, en Bombay, por el asunto político de Bhima Khoregaon- que aparece hoy en el sitio web indio Scroll.
Gonsalves se inspiró en un verso escrito en la cárcel por el padre Swamy, del que también informamos en AsiaNews a principios de 2021: "Incluso en una jaula, el pájaro puede cantar". Lo utilizó para decir que, efectivamente, el anciano jesuita preso cantaba. Y en este gesto resumió toda su vida dedicada a los últimos.
"Poco después de entrar en prisión", escribió Gonsalves, "Stan empezó a cantar, literalmente. Estaba alojado en el hospital de la prisión, un laberinto de pequeñas celdas y barracones. En ese momento, otro acusado del caso Bhima Koregaon, el poeta VV Rao, se encontraba en una celda cercana. Su estado era crítico debido a dos años de abandono en prisión y a la Covid. Arun Ferreira y yo habíamos sido asignados como sus ayudantes y estábamos en la misma celda. VV no podía hacer todo por sí mismo y tuvo que ser puesto en una silla de ruedas".
"Stan, que parecía estar relativamente mejor en aquel momento, podía caminar, aunque estaba un poco inestable de pie. Por eso venía regularmente a ver a VV a las horas permitidas por las normas de la cárcel. La hora después del té de las tres de la tarde era la hora de las canciones. Stan venía, se sentaba junto a VV y cantaba una o varias canciones".
"Su repertorio era amplio", recordó Gonsalves, "canciones de lucha de Jharkhand como Gaanv Chodob Nahin, canciones en tamil, su lengua materna, canciones de Paul Robeson y algunas en kannada de las luchas en Bengaluru y sus alrededores, donde había estado destinado en los años setenta y ochenta. Su voz era meliflua y fuerte. Presentaba cada canción con su contexto, su conexión personal con ella o por qué quería cantarla en ese momento. Queríamos unirnos al coro. Imaginábamos nuestras voces superando los barrotes y los altos muros de la cárcel, llegando a pueblos y tierras lejanas".
"Cantar", añadió el compañero de prisión, "era terapéutico para VV, le ayudaba a recuperarse de los estragos de la enfermedad y del mal tratamiento médico. Respondía con poemas. Arun y yo, enervados y agobiados por lo gris de los prolongados años en prisión, nos sentíamos fortalecidos. Con renovado vigor, nos embarcábamos en la ardua búsqueda de precedentes judiciales y lógica jurisprudencial para hacer frente a las falsedades y mentiras de nuestro caso".
Gonsalves precisó que, al cantar, el padre Stan realizaba un acto expresamente prohibido por el reglamento penitenciario y, por tanto, se exponía de algún modo. "La regla 19 inciso I normalmente se mantiene inactiva", explicó, "pero sólo se impone de forma muy selectiva a determinados grupos y actividades que la administración penitenciaria tiene en el punto de mira". Citó un caso como ejemplo: "la pelea de un preso nigeriano con un agente, por un asunto personal, en un rincón de la prisión, llevó a que se prohibieran totalmente los cánticos y las oraciones de los domingos por la mañana en toda la cárcel, con la intención de que fuera una acción punitiva masiva para todos los presos africanos, que en su mayoría son cristianos".
Pero es precisamente el canto -por el contrario- lo que une a los presos de las cárceles indias: "A pesar de los prejuicios de los oficiales, que prohíben unas canciones y promueven otras", observó Gonsalves, "las canciones de los presos coexisten en armonía. La historia de la inmensa variedad de canciones en la cárcel sería una historia en sí misma. Baste decir que las abarrotadas celdas de noche son el escenario de muchos mehfil (encuentros artísticos, n.d.r.), donde el alma reprimida y sufriente del preso encuentra salida y expresión".
"Stan, un pájaro enjaulado todavía puede cantar", concluye el artículo, "los pájaros de la jaula siguen cantando, y tú, yo, todos nosotros, en la cárcel o fuera de ella, cantaremos a coro".
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