Corredor de Lachín, se agrava la crisis humanitaria en Nagorno-Karabaj

de Vladimir Rozanskij

Hace 210 días que comenzó el bloqueo del único paso que conecta la región con Armenia y escasean los suministros y los servicios. Azerbaiyán sigue afirmando oficialmente que el corredor está abierto, como ha ordenado el tribunal de La Haya, aunque en la práctica sólo pueden pasar algunas ambulancias de la Cruz Roja que trasladan a Armenia a los enfermos más graves.

Ereván (AsiaNews) - Tras 210 días de bloqueo del corredor Lachín por parte de Azerbaiyán -que hasta ahora ninguna negociación ha conseguido resolver-, los habitantes armenios de Nagorno Karabaj sufren cada vez más la falta de provisiones y servicios. Los azeríes restablecieron el suministro de gas sólo por unas horas y sin previo aviso, pero el combustible no alcanzó a llegar a los hogares, porque mientras la empresa Artsakhgas intentaba reiniciar las plantas, volvieron a cerrar el gasoducto sin dar explicaciones, en un juego de tira y afloja que incluso parece adoptar formas de sadismo.

Hace ya tres meses que no hay gas y desde principios de año tampoco electricidad. Se recurre a fuentes locales, pero sólo alcanza para unas pocas horas al día. El asesor del Ministro de Estado de Karabaj-Artsaj, Artak Beglaryan, explicó en Facebook que no se puede establecer contacto con los azerbaiyanos en relación con el tema del suministro: “El objetivo principal de las reaperturas limitadas puede ser una estrategia para aliviar la presión del exterior por períodos breves, pero más bien creo que sirven para sumir a la población local a una desorientación total, haciendo que la gente quiera salir de su país".

“Los días que parecen comenzar con cierta esperanza, siempre acaban con grandes decepciones y una sensación de frustración”, confirma el representante especial de la UE en la zona, el estonio Toivo Klaar. Los europeos habían pedido que al menos se garantizara el suministro de energía sin interrupción, así como la libre circulación de personas y mercancías por el corredor Lachín.

Por otro lado, faltan tanto productos alimenticios como artículos de higiene personal y de limpieza, y la circulación por las carreteras sigue siendo un desafío. En 8 meses de bloqueo se acumulan las emergencias humanitarias y la vida de los armenios en Artsaj empeora día a día. Desde hace 25 días, después de que los azeríes izaran su bandera en el lado armenio del puente de Khakari, también se ha impedido el paso de los cargamentos de ayuda humanitaria.

Como cuenta Anat Tonyan, habitante de la aldea de Noragjukh, en la provincia de Askeran, "no queda nada para comer, ni siquiera fruta; encendemos la luz una hora por día, no sé cómo vamos a hacer". No hay aceite de semillas ni azúcar, en las tiendas se puede encontrar como mucho un poco de arroz, avena y algún paquete de fideos. Ni hablar de dulces, para desesperación de los niños; “Tratamos de cultivar algunos pepinos y tomates en la huerta”, dice Anat.

La falta de combustible hace que resulte casi imposible desplazarse, incluso dentro del territorio, abarrotando los pocos autobuses que circulan con un itinerario variable y en horarios muy irregulares. El gobierno local también ha decidido limitar al máximo el transporte público y organizó horarios que se deben conservar cuidadosamente; en algunas aldeas el autobús pasa sólo cada tres o cuatro días.

Otro habitante de la región, Ashken Grigoryan, explica que desde su aldea de Machkalashen sólo puede ir a la capital Stepanakert dos veces por semana, pero "tampoco es seguro que pueda subirme al autobús, y después hay que viajar dos o tres horas apoyado en una sola pierna". Azerbaiyán sigue afirmando oficialmente que el corredor está abierto, tal como dispuso el tribunal de La Haya, pero en realidad solo pueden pasar algunas ambulancias de la Cruz Roja que llevan a Armenia a los enfermos más graves.

Según datos de la administración de Artsakh, alrededor de 11.000 personas han perdido su trabajo y medios de subsistencia como consecuencia del bloqueo, y la economía de Stepanakert ha sufrido daños por más de 400 millones de dólares y se encuentra al borde del colapso.

Foto: Flickr / David Stanley