Coronavirus, líderes de EEUU y la UE piden a la Casa Blanca bajar la presión sobre Irán
El movimiento bipartito pide facilidades para el comercio y un aligeramiento de las sanciones. Para vencer la amenaza del Covid-19, es necesario superar las divisiones entre los gobiernos. En la República Islámica, mezquitas y mausoleos son transformados en centros para la producción de mascarillas y material sanitario.
Teherán (AsiaNews) - Un movimiento bipartito, formado por altos funcionarios, políticos y diplomáticos estadounidenses y europeos, ha hecho un nuevo llamamiento a la Casa Blanca para que facilite el intercambio humanitario con Irán, esencial para impedir la difusión de la pandemia de Covid-19. La República Islámica es la nación del Oriente Medio más azotada por el nuevo coronavirus, con casi 65.000 casos confirmados, poco menos de 4.000 víctimas y 30.000 pacientes recuperados. Para responder a las necesidades de material sanitario, las autoridades han transformado mezquitas y lugares históricos, como el histórico mausoleo del Shah Cheragh, en fábricas para la producción de mascarillas protectoras.
Recientemente se han sucedido varios reclamos al gobierno de los EEUU, pidiendo aligerar la política de choque frontal a fuerza de sanciones contra Irán, ya que esto impide y restringe el envío de medicamentos y artículos de primera necesidad. Para mitigar las sanciones, tres naciones europeas han utilizado por primera vez el sistema Instex en el envío de ayudas. En los últimos días se anunció el envío de material sanitario a los Estados Unidos - también abrumado por la pandemia - por parte de grupos de estudiantes iraníes.
Mientras el mundo “se bate contra el Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus”, escriben los promotores de la iniciativa, “debemos recordar que un foco, donde sea que estalle, tiene un efecto en cadena que luego afecta a otras partes”. Por ello, es esencial “llegar a las fronteras para salvar vidas humanas”, una premisa indispensable “para nuestra seguridad”, y que debe empujar a “superar las divisiones políticas entre los gobiernos”.
Entre los que han compartido la petición del European Leadership Network y The Iran Project cabe citar a: la ex secretaria de Estado de los EEUU, Madeleine Albright; al Alto representante de la Unión Europea para asuntos del exterior y política de Seguridad, Federica Mogherini; Lord Desmond Browne de Ladytown, el ex ministro británico de Defensa; Paul O’Neill, ex secretario del Tesoro de los EEUU y Anders Fogh Rasmussen, ex premier danés y ex secretario general de la OTAN.
Las ayudas, subrayan los expertos, no pueden suplir el necesario aligeramiento (selectivo) de algunas sanciones, y esto debiera darse “sin condiciones previas”. El gobierno estadounidense, prosiguen, debe adoptar medidas “de inmediato” para “facilitar el intercambio humanitario con Irán” y “sostenerlo en los esfuerzos en curso para combatir la pandemia de Covid-19”. A esto se suma la necesidad de ampliar el “alcance las exenciones” por motivos humanitarios, incluyendo “dispositivos y el equipamiento necesario para combatir eficazmente” el nuevo coronavirus.
En tanto, en Irán se multiplican los esfuerzos para acelerar la producción de mascarillas y otros materiales sanitarios de primera necesidad, a fin de suplir la falta de insumos provenientes del exterior, y garantizar la autonomía interna. A tal propósito, el mausoleo del Shah Cheragh (el Rey de la Luz) en Shiraz, en el sur de Irán, fue reacondicionado temporalmente (en la foto) para funcionar como una fábrica. En su interior, la mano de obra femenina trabaja sin descanso en la confección de mascarillas protectoras.
Pero no solo los santuarios, sino también los lugares de culto se han transformado en centros de producción. En Teherán, la mezquita de Imamzadeh-Masum, en la zona sudoeste de la capital, aloja a un grupo de 40 mujeres que, de forma voluntaria, han decidido dedicar su tiempo a la producción del insumo sanitario, requerido en todo el mundo en la era de la pandemia. Una parte del grupo se dedica a la costura; otras mujeres trabajan en el corte y embolsado de las mascarillas, que luego son colocadas en contenedores especialmente alistados. Otras pliegan y ordenan las láminas estampadas utilizadas para la producción. En otra sala, algunos hombres sentados en alfombras para rezar confeccionan guantes de plástico con rudimentarios dispositivos de termosellado.
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