Corea se prepara a la visita de Francisco. El problema "seguridad" y el deseo de la misión
Seúl (AsiaNews)- Más de mil voluntarios y 300 empleados están trabajando para preparar cada detalle de la visita del Papa Francisco a Corea el próximo 14-18 de agosto. Él viene para encontrar a los jóvenes de la Jornada asiática de la Juventud, que se realizará en Daejeon, y para beatificar en Seúl 124 de los tantos mártires coreanos. El presidente de la organización es mons. Basilio Cho kyu Man, 59 años, obispo auxiliar de Seúl. Nos recibe en su oficina, llena de papeles, documentos, secretarias y nos dice que la espera de los coreanos es grande. En cada parroquia hay carteles expuestos y se reza para que la visita dé sus frutos. Pero no sólo los católicos: también la mayoría de la gente, del pueblo coreano, quiere asistir y está interesado. El Papa Francisco-explica-es una personalidad muy famosa. Todos los coreanos conocen su modo de hablar y de obrar, el modo como obra con los pobres, por los enfermos. En Corea en estos meses se tradujeron muchos libros del pontífice".
La zona elegida para la misa de beatificación, el 16 de agosto es la plaza Gwangwamum, cerca del antiguo palacio imperial, uno de los lugares más sugestivos de la capital. Gwanghmum ("las puertas de la luz") está sobre una calle anchísima con 10 carriles. La plaza es el símbolo de la identidad coreana, embellecida con las estatuas del almirante Yi Sun-shin, que en el S. XVI derrotó varias veces a la flota japonesa, y la del rey Sejong el Grande, un reformador del S. XV.
Mons. Basilio explica que al inicio tenían dudas si elegir un lugar más amplio, cerca del río, "pero después hemos decidido por Gwanghwamum porque está en el centro, en la ciudad antigua. Los mártires han vivido en ese lugar y en mismo lugar algunos de ellos fueron martirizados y decapitados. Justo cerca del lugar donde se pondrá el altar del Papa, está la iglesia que recuerda el martirio de los beatos. Antiguamente había también una estación de la policía, donde muy probablemente los mártires fueron encarcelados. El lugar es también el centro de la ciudad, expresión de la historia de Corea, y dentro de la city, en la zona central de los negocios, que es el ambiente que debemos evangelizar".
La zona vallada- explica- podrá contener sólo 200 mil personas. Después estarán muchas más detrás de las vallas de la policía, y éstos no sabemos cuántos serán". Mons. Basilio teme que habrá multitudes como en 1984, en tiempos de Juan Pablo II: "Entonces su visita recibió a 1 millón de fieles. Algunos dicen que en agosto hace mucho calor, y es demasiado fastidioso, muy caro venir a Seúl".
Otro problema es la seguridad. "El gobierno- explica mons. Cho- está muy nervioso". Después de la excomunión pública que el Papa Francisco hizo contra la mafia en Italia, temen que puedan suceder venganzas transversales. Algunas voces dicen que hay una lucha entre el personal coreano, que quiere absoluta seguridad y máquina blindada y el personal vaticano que quiere que no haya obstáculos para que el pontífice pueda encontrar a las personas.
Para los encuentros de Daejeon, la espera no es distinta: "Estarán jóvenes de 23 Países. Hasta ahora están anotadas 6 mil personas, 4 mil coreanos y 2 mil del extranjero. Pero pienso que llegarán muchos más sin anotarse. Los jóvenes vienen de Filipinas, Japón, Hong Kong, Mongolia y quizás también de China, Nosotros mandamos invitaciones también a China, y sabemos que vendrán jóvenes chinos, pero no sabemos cuántos.
Hasta ahora sabemos que los más numerosos serán los filipinos: provienen de un País vecino, con muchos católicos; además están los vietnamitas y luego los de Hong Kong. El encuentro tendrá un carácter vocacional: habrá 2 mil jóvenes que se preparan para entrar al seminario; más de 500 seminaristas. El 15 de agosto, 20 representantes de cada País irán a almorzar con el Papa. A la tarde todos irán a Solmoe, cerca del santuario de los mártires, donde se celebrará la Jornada. Más tarde habrá una especie de festival de las culturas, en el cual cada grupo preparará una pequeña representación. Dos jóvenes iniciarán el evento, contando al Papa su propia situación, luego el pontífice tendrá un discurso."
La última pregunta a mons. Basilio es ¿qué espera de esta visita del Papa Francisco? Paseando por las calles de Seúl, se ve a un País desarrollado, donde el bienestar es tal, por lo cual Dios parece no ser importante y donde el ateísmo práctico crece. "Nosotros- me dice- tenemos esperanza que la visita del Papa traiga un nuevo florecer de religiosidad y un redescubrir la fe católica. Cuando Juan Pablo II vino "en 1984 y en 1989), se registró un neto crecimiento en las conversiones al catolicismo. La visita de este Papa será una visita misionera: en la exhortación "Evangelii Gaudium", el Papa Francisco dijo que en la Iglesia somos todos misioneros. Él alentará a todos, curas y laicos a la misión. Justo por esto, algunos misioneros protestantes temen un poco su visita: temen su "competencia".
