Corea, un Instituto católico para la paz en la frontera entre Norte y Sur

La Institución fue inaugurada por el obispo de Uijeonngbu, mons. Pietro Lee Ki-heon: “Los católicos coreanos han realizado la tarea de trabajar para la evangelización del Norte”. En la zona surgen la catedral “del arrepentimiento y de la reconciliación” y el Centro para la reconciliación nacional. El nuevo Instituto quiere “poner las bases para difundir la paz de Cristo en Asia y en el mundo”.

UIjeonngbu (AsiaNews)- Los católicos coreanos “tienen la tarea de trabajar también para la evangelización de Cotea del Norte. Esta tarea es tan importante cuánto más se acerca a la frontera y nosotros estamos muy cerca. Esta institución será una nueva base para cultivar la paz en Asia oriental y hasta en el mundo”. Los dijo mons. Pietro Lee Ki-heon, obispo de Uijeonngbu, inaugurando el nuevo Instituto para la paz y la cooperación en Asia nord-occidental.

En la ceremonia estaban presentes diversos miembros del Parlamento y el vice intendente de la ciudad. Los casi doscientos fieles presentes han escuchado un discurso pronunciado por Jung Se-hyun, ex ministro para la Unificación de Corea sobre el tema: “La realidad y las previsiones para la paz en Asia”. El nuevo director del centro, el p. Pietro Kang Ju-seok explicó que “la misión de la Iglesia es difundir en el mundo la paz de Cristo”.

Entre las finalidades principales del Instituto, dirigido por la diócesis, será el de “actualizar el concepto católico de paz” y aplicarlo en Corea, dividida en dos desde la guerra civil de 1950. Además de los católicos está prevista la participación de investigadores budistas y cristianos protestantes, que darán su propia contribución en diversos campos: entre éstos filosofía, política, economía y literatura.

La diócesis de Uijeongbu está en “la primera línea” de la Iglesia en el trabajo de reconciliación, vista su cercanía con la frontera con el Norte. Junto al Instituto surge ya desde hace diversos años la catedral “del arrepentimiento y de la reconciliación” de Paju, decorada con mosaicos realizados por artistas nord-coreanos y símbolo del deseo de reunificación de la península.

Desde 1997 existe además, siempre en los alrededores, el Centro de reconciliación nacional. Este está dirigido por la comunidad católica, hospeda a los prófugos escapados del régimen de Pyongyang que son acogidos y pueden seguir c ursos de inserción social y encontrar el modo de conseguir un trabajo. Además, aquí son formados los nuevos misioneros que se ocuparán del diálogo y de los intercambios religiosos con el Norte.