Confesión de un adolescente militante: Cristianos asesinados para “ejercitarse” para la masacre de Dacca
Taharem Kaderi narra su guerra santa. El joven tiene 14 años y era un estudiante brillante del octavo año. En 2014 los padres fueron en peregrinación islámica y cambiaron. Él cambio de casa y de vida, radicalizándose junto a otros militantes. Gozó de la masacre de Dacca en la cual murieron nueve italianos. Por un período vivió con los terroristas del bar para extranjeros.
Dacca (AsiaNews)- Taharem Kadari es un adolescente militante. Él tendría que haber asistido a la escuela, podría haber transcurrido el tiempo haciendo sus tareas, podría haberse divertido con los amigos después de la escuela en el patio del instituto. En cambio, se convirtió en un adolecente militante. Ahora se encuentra en el centro de corrección para adolescentes de Bangladesh por su actividad terrorista. Supo del ataque en el café de Gulshan donde extremistas islámicos mataron a 22 personas inocentes, entre ellas, a nueve italianos. De todos modos, Taharem delante del juez de la sección 164 declaró estar alegre y entusiasta por el ataque en el bar de la capital, así como también por otras acciones realizadas por los militantes. Ahora la cuestión más discutida en el país son justamente las actividades de los terroristas. Desde hace tres semanas, la policía está efectuando allanamientos a diario, en diversas viviendas donde se esconden extremistas y ya mató a diez de ellos, además de a varios civiles.
El pasado mes de julio, el Estado islámico reivindicó la responsabilidad del asalto al Holey Artisan Café de Dacca. En su testimonio, Taharem, que estudió hasta el octavo año y era un alumno brillante en una escuela famosa, narró cómo él, su hermano mellizo y sus padres se convirtieron en terroristas suicidas. Para evitar el arresto, el padre se quitó la vida cuando la policía irrumpió en su casa. La madre está bajo custodia, mientras que el hermano desapareció. Él no sabe dónde se encuentra. Pero la familia tenía una vida acomodada antes de adherir al terrorismo.
El año pasado en Bangladesh se verificó la peor ola de violencia extremista jamás presenciada en el país. Después la policía comenzó a buscar a los afiliados a grupos terroristas. El 10 de octubre de 2016, la policía realizó un allanamiento en un edificio de cuatro pisos en la zona de Azimpur, en Dacca. En esa redada Taharem Kaderi fue arrestado junto a su madre y a otros militantes. A continuación, transcribimos la confesión que él realizó delante del juez. Traducción a cargo de AsiaNews.
Mi verdadero nombre es Taherem Kadari y tengo 14 años. Mi nombre de combate es Anik, alias Muaz, alias Ismail. Estudié en el Uttara Milestone School and College hasta el octavo grado. Tengo un hermano mellizo llamado Afik Kaderi.. Él también está involucrado en el terrorismo. Su nombre de batalla es Nabil. También él estudiaba en mi misma escuela. Vivíamos en el sector 13 de Uttara, en Dacca.
Mi padre se llama Tanvir Kaderi y es un miembro de un grupo islámico. Su nombre operativo es Jamash, alias Abdul Karim, alias Toushif Ahmad, alias Shiper. Él se licenció en el Dhaka College y trabajaba en la Dutch Bangla Mobile Banking. También trabajó para otras empresas, la Robi y el Kallol Group. Después dejó el trabajo e inició su propio comercio de entregas a domicilio en Uttara.
Mi madre se llama Fatima, alias Abadatul, alias Asha. Forma parte de un grupo terrorista. Su nombre operativo es Khadiza. Se recibió en la Universidad de Dacca, la octava universidad más importante del país. Trabajaba para la ONG internacional Save the Children Muslim Aid. Éramos una familia feliz.
En el año 2014 mis padres fueron en peregrinación al Hajj. Cuando regresaron, noté que sus actitudes habían comenzado a cambiar. Normalmente estaban en el barrio de Uttara en Dacca. Major Jahid (asesinado en un combate) y Mounal Hassan, alias Musa (fugitivo del ataque de Gulshan) eran amigos de mi padre desde hacía mucho tiempo. Juntos iban a la mezquita del sector 13 de Uttara para el namaj (la oración). Luego iban de caminata.
Mi padre me presentó a Major Jahid y a Musa. Nosotros los llamábamos tíos y mi hermano mellizo iba a la mezquita, que está situada dentro de una escuela para las oraciones, siempre en la zona de Uttara. El tío Musa era nuestro maestro de matemáticas, inglés y ciencias. Nuestra casa también era frecuentada por Major Jahid Rashad, alias Rajsh.
Una noche, mi padre soñó que estaba en un desierto con un arma de fuego. Él luego coversó con un imán (un experto islámico) acerca de su sueño. El imán le dijo que no hablase con nadie acerca de lo que había soñado. Después escuchamos que Major Jahid alentaba a mi padre para que emprendiese la yihad (la guerra santa islámica).
Major Jahid, con su mujer y su hija Pinky y Musa, junto a su mujer, venían a menudo a nuestra casa. La casa de Major Jahid estaba en el sector 13 de Uttara, en Dacca. También nosotros visitábamos su casa junto a los miembros de la familia de Musa.
En abril de 2016, emprendimos el camino de la yihad. Al principio, mi padre no estaba de acuerdo con la guerra santa, pero al final accedió. Hablamos con nuestros parientes y amigos y les dijimos que iríamos a Malasia y que luego volveríamos a casa, a Dacca. Antes de iniciar el viaje hacia la yihad, mi padre repetía casi a dirario que donde sea que fuésemos, nos encntraríamos en una jungla y estaríamos en una situación forzada. De nuestra casa en Uttara nos desplazamos para pasar a vivir en la zona de Pallabi, en la capital. Antes de iniciar la guerra santa, nosotros los hijos estrechamos las manos de mi madre y juramos (fidelidad a la causa de la) guerra santa.
Cuando estábamos en Pallabi, Basaruzaman Chocklet, Musa e Rashad alias Rash venían a visitarnos. Rash nos presentó a Basaruzaman y Akifuzaman, ambos asesinados en Kalyanpur durante una operación antiterrorismo del RAB [Rapid Action Battalion, Ndr]. Durante el allanamiento de Kalyanpur, le pregunté a mi padre: “Papá, ¡ellos son nuestros hermanos?”. “Sí, son nuestros hermanos”.
El tío Musa tiene 28 años, lleva barba y goza de una discreta salud. Viste camisas y pantalones. Musa, Chocklet y Rash solían discutir con mi padre acerca de la yihad y sobre los artículos de la fe en el islam. Ellos venían a nuestra casa con frecuencia. No daban videos sobre la guerra santa en Siria y nosotros los mirábamos. Nos daban la revista Dabiq. También hay algunos periódicos de Dabiq que están en lengua bangladesí.
Durante el Ramadán, Rash le dijo a mi padre que alquilaran otro apartamento. Mi padre tomó en alquiler otra casa en Bashundhara, al lado del Apollo Hospital. Cuando nos mudamos a esa casa, luego de unos 8-10 días también llegaron Chocklet y cuatro hombres más a quedarse. Sus nombres de combate eran Sad, Mamun, Umor, Alif y Shuvo. Pocos días después, a la nueva casa llegaron Tamim Chowadhory y Marjan. El mismo día, Jahanger – junto a su mujer y a su hijo Shuvo– y Ridoy vinieron de visita acompañando a Chocklet. El tío Jahanger nos informó que habían asaltado en dos lugares. Nosotros nos sentimos ofendidos por el hecho de que él hubiese robado, para usar el dinero para las actividades de la organización. Un día, Tamim, Marjan y Chocklet visitaron su casa y trajeron con ellos armas dentro en un bolso. El bolso estaba repleto de armas. Ellos no salieron de la habitación, sino que discutieron dentro, luego de haber cerrado la puerta.
La casa tenía siete habitaciones y cuatro baños. Tamim y los otros cuatro hombres estaban en una habitación- Mi hermano Ador, nuestro padre y yo estábamos en el sala de estar. Mi madre y Shuvo, en otra habitación. En ese período llegué a saber, por rumores, que Alif y Umor habían conducido muchas operaciones. Ellos habían ido a Kusthia, al oeste de Dacca, donde habían asesinado a un cristiano o a un hindú. Dijeron que eran ejercicios para la guerra santa.
Los tíos nos informaron que ellos emprenderían una operación grande, pero no sabíamos qué ocurriría. Cuando sucedió el ataque al Holey Artisan Bakery Cafe, ese día, Sad, Mamun, Umor, Alif y Shuvo salieron de casa a las 5:30 de la mañana llevando mochilas en sus espaldas. Se abrazaron unos a otros mientras se decían “Nos reencontraremos en el paraíso, Inshallah”. Pasadas cinco horas, también salieron de casa Tamim y Chocklet. Cuando el tío Chocklet estaba marchándose, le dijo a mi padre que abandonara la casa lo antes posible, incluso esa misma noche. Dos días antes, el tío Jahanger con su familia y Ridoy también habían dejado esa casa.
Tomamos comida para el iftar [durante el Ramadán, el momento luego de la puesta de sol, en el cual los fieles islámicos rompen el ayuno – ndr] y tomamos un taxi para dirigirnos a Pallabi. Cuando llegó mi padre, estaba muy preocupado. Luego, dijo: “Ya ha pasado mucho tiempo, pero aún no he recibido noticias”. Nos dijo que rezáramos para que ellos no fueran atrapados por la policía y para que pudiesen llevar a término la operación. Algunos instantes después, vi en las noticias online de bdnews24.com que se estaba desarrollando un tiroteo en el Holey Artisan Bakery. Así entendía que la operación era en el bar para extranjeros. Estuve mirando las noticias hasta la mañana siguiente. Al amanecer, la policía difundió las imágenes de aquellos que habían realizado la operación en el café Holey Artisan Bakery. Mi padre nos dijo: “La gran operación se ha concluido. Sus hermanos se han convertido en mártires”. Luego todos dijimos “Alhamdulillah” [Alá sea alabado, ndr].
Más tarde, varios medios distintos publicaron las imágenes de los atacantes del atentado al bar de Gulshan. En ese momento llegué a saber que Sad era Nirbash Islam, un estudiante de la Monash University de Malasia; que Mamun era Rohan Ibna Imtiaz, un estudiante de la Brac University; que el verdadero nombre de Umar era Khairul Islam Payal Badhan; que el de Alif era Safual Islam Ujjal, mientras que Shuvo era Mir Salaho Mobashor.
Luego de la masacre en el Holey Artisan, todos estábamos realmente felices. Algunos días después, Rash nos informó que Chocklet había desaparecido y dijo que nos mudáramos de casa. Así que nos trasladamos a Pallabi, a otra vivienda situada en Rupnagor. Alguien nos dijo que alquiláramos otro lugar donde alojarnos en Azimpur, siempre en Dacca, y nos aconsejó permanecer en ambas casas. El año pasado, en agosto, nos mudamos a nuestra casa de Azimpur. Chocklet y su esposa, Marjan, venían a visitarnos.
En el período en que la policía hizo una redada en Paikpara, en la ciudad de Narayanganj, Major Jahid vino a casa nuestra con un bolsos. Tamim Ahmad Chowdhury y dos amigos suyos habían sido muertos en Paikpara, entanto él había logrado escaparse. Acto seguido, él y su mujer fueron a vivir a una casa. Cuando el tío Jahid fue muerto en Rupnagor, ese mismo día, él vino a nuestra casa.
El 10 de octubre a las 6:30 de la mañana alguien tocó a nuestra puerta. Traté de ver quién era a través de la mirilla de la puerta de casa. Mi padre también miró. Vimos a muchas personas fuera de casa. Mi padre me dio una pistola y un arma de filo y dijo: “Tenlas contigo”. Mi padre preguntó quién era, y le dijeron que era la policía. Mi padre pidió ver sus credenciales y las mostraron. Entonces abrió la puerta.
La policía preguntó por qué habíamos tardado tanto en abrir la puerta, y pidió ver a la familia. Preguntaron por mi nombre. Yo respondí “Soy Rasal”. Mi padre dijo que se llamaba Jamshad. La policía tomó el celular de mi padre y quiso saber el nombre de Pinky. Luego los agentes comenzaron a revisar toda la casa. En ese momento, mi padre trató de entrar a otra habitación, pero la policía lo detuvo. Yo empujé al policía y la tía Pioty lo hirió con un cuchillo. Yo también lo ataqué con un cuchillo. Luego la policía me atrapó y me llevó a otra habitación. Al salir de allí, mi padre cerró la puerta. En ese momento oí que la policía gritaba “¡Tienen armas! ¡Tienen armas!” y trataba de salir del cuarto. Mi padre les mostró las armas afiladas, luego me puso frente a un policía te tenía un cuchillo filoso contra mi garganta. Yo le dije: “Papá, me estás lastimando”. Y mi padre respondió: “Hijo, si tu mueres, te convertirás en mártir. Si tú no mueres, Alá te dará la mejor recompensa”.
Luego, la policía me llevó al balcón. En ese momento mi madre y otras mujeres atacaron a los policías con ají picante en polvo. La policía intentó defenderse cubriéndose con el colchón. Luego oí muchos disparos. Algunos instantes después, otros policías se unieron al asalto. Desfondaron la puerta y nos salvaron a mí y a los otros policías. Cuando la policía llegó hasta mí, vi el cuerpo de mi padre en un charco de sangre. Se había degollado. Luego vi que también mi tía Pioty estaba muerta y que mi madre estaba en un charco de sangre. Muy probablemente mi padre se había suicidado. Él nos había dicho que si llegaba a ser capturado por la policía, se quitaría la vida. La policía secuestró cuatro pistolas, proyectiles y otras armas. Mi hermano no estaba en el apartamento de Azimpur. Mi padre lo había llevado a otro lugar, pero no sé dónde.
31/03/2017 11:00
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