Con Riyadh, Ankara y Doha, Washington "resucita" a los Hermanos Musulmanes contra el Estado islámico
Beirut (AsiaNews) - La llegada al frente de Arabia Saudita del rey Salman ha provocado una revolución en el Palacio. Dos eventos principales, como señala un investigador Francés libanés tras el anonimato que vive en París: la salida de 65avo príncipe Bandar ben Sultan, el poderoso jefe de los servicios de inteligencia del reino wahabí y su grupo, que han ayudado a dar forma a la política exterior y la seguridad del país desde hace décadas; y la decisión de unirse a la Hermandad Musulmana.
El investigador explica que esta decisión fue fuertemente defendida por la Casa Blanca. Al mismo tiempo, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha recibido recientemente la visita de una delegación de líderes de los Hermanos Musulmanes y recordó que, en lo relativo a los Estados Unidos, "la Hermandad no es ni un grupo terrorista ni seguidores de la violencia". Incluso el presidente Barack Obama recibió no hace mucho tiempo el emir de Qatar, muy cerca de la Hermandad Musulmana.
Es evidente que tal cambio en la diplomacia saudí y estadounidense pretende en primer lugar implica los Hermanos Musulmanes en la lucha contra el Estado islámico (EÍ, Daesh en árabe) y Al Qaeda en Irak, Siria, Libia, Túnez, Egipto y Yemen.
En vista de las ventajas para los Estados Unidos en el caso de tal giro, también hay elementos de preocupación para los demócratas árabes, en primer lugar la consiguiente desestabilización del presidente egipcio, Abdel Fattah Sissi, en guerra abierta contra la "Ikhwan". Washington terminaría cometiendo un gran error, como fue el caso anteriormente en Irak. Sabiendo, sin embargo, que incluso el propio presidente al Sissi no está libre de culpa.
El fracaso de una estrategia
Volviendo sobre el tiempo del reinado del rey Abdullah, el experto francés-libanés recuerda bien que Bandar ben Sultán para contrarrestar a Irán y Rusia ha optado por varios años apoyar masivamente a las organizaciones extremistas wahabíes, especialmente en Irak y Siria. Entre estos son sólo Al Qaeda y, sobre todo, el Estado islámico con su proyecto del califato.
El académico señala dos elementos sorprendentes de la estrategia seguida por el ex responsable de servicios saudíes: la desconfianza - por no mencionar el odio abierto contra el gobierno democrático de América, y en contra de los Estados Unidos en general. Esta actitud puede ser sorprendente, sabiendo bien que Bandar ben Sultan - durante su larga estancia como embajador en Washington - había forjado fuertes lazos con la clase política de Estados Unidos, así como con la élite del star system americano. Con una mención especial para la familia Bush y los magnates industriales militares estrellas y rayas.
Tal vez un día volveremos las razones profundas, "íntimas" del anti-americanismo que habitan en Bandar, la esposa y en su círculo (el clan de Al-Faisal). Para el experto, no parece plausible que el hombre y lo que él representa se vieron afectados por los atentados de 2001 en los Estados Unidos o, más recientemente, por las decapitaciones de los ciudadanos estadounidenses.
"Revoluciones democráticas"
Otro elemento nos llama la atención, en cuanto a la política seguida por Bandar ben Sultan bien en los últimos meses: temía que el presidente Obama podría levantar "revoluciones democráticas", dirigido por los Hermanos Musulmanes en la Península Arábiga y el reino mismo... Hasta el punto correr el riesgo de favorecer la conquista de Yemen por parte de los chiítas Houthi pro-Irán, porque eso habría copado los miembros de Al-Islah, ¡la rama yemení de gran alcance de la Hermandad Musulmana!
En resumen, a partir del 25 de enero, el nuevo rey de Arabia Salman y su clan Soudeyri - que atrae a sus orígenes de la novia preferida del fundador de la dinastía, Ibn Saud - han impuesto una clara ruptura, en colaboración con el presidente de Estados Unidos presente en Riad para la ceremonia de entronización, acompañado de decenas de funcionarios de altos cargos, de inteligencia y expertos.
La "nueva" estrategia conjunta entre Estados Unidos y Arabia sería restablecer la Hermandad Musulmana, como una fuerza de influencia en todo el mundo árabe. Todo esto, de poder contar con el apoyo de dos protectores históricos de la Hermandad: Qatar y Turquía.
El corto y el largo plazo
¿Cuáles son las razones de este nuevo giro? En el corto plazo, si es posible, el presidente Obama quiere destruir el Estado islámico, que se ha convertido en el enemigo número uno de América. Para esto ya puede contar con los kurdos de Siria e Irak (que no deja de armar) y los chiítas iraquíes (apoyado por Irán y Hezbollah).
En Irak, Obama y sus aliados están preparando cuidadosamente la reconquista de Mosul, la mayor ciudad sunita de la llanura de Nínive. La participación de los Hermanos Musulmanes y las tribus sunitas iraquíes en este asalto parece indispensable.
En Yemen, frente a los chiíes Houthi, Al Qaeda, atrincherados en el sur y el este, que sólo pretende encarnar "la resistencia sunníta". Para los estadounidenses, es el momento de resucitar a Al-Islah (los Hermanos Musulmanes y las tribus) para proporcionar una alternativa al 55% de los sunitas yemeníes.
En Egipto, el presidente Obama espera reconciliar al presidente Sissi y los Hermanos Musulmanes para detener
el avance de los yihadistas wahabíes, que multiplican los ataques y bombardeos,
sobre todo en el Sinaí y en las grandes ciudades.
Incluso en Libia un acercamiento entre la Hermandad y la alianza liderada por el general Haftar (CIA) tal vez podría reducir el crecimiento de Daesh y Ansar al Sharia, que amenaza el Sahel y el Magreb.
He aquí, entonces, que en la actualidad, a los ojos del presidente Obama, sólo los Hermanos Musulmanes- presente en todos los países árabes, bien organizado y supuestamente "moderado", dispuestos a cooperar con Washington - que son capaces de desafiar el lado sunni del Estado islámico, en un momento en que el mundo árabe, varios millones de sunitas, es sensible a los tonos de llamada del wahabismo radical.
A largo plazo, los Estados Unidos quieren - como se desprende de numerosos artículos - redibujar el mapa de Oriente Medio, fomentando la aparición de Estados federales frágiles (al estilo de Bosnia), asociando entre sí diferentes componentes étnicos y religiosos. Con el objetivo de garantizar la seguridad de Israel.
Si demuestran ser aliados "creíbles", los Hermanos Musulmanes serán llamados a representar, al menos en parte, el componente sunní en los distintos países involucrados.
¿Las tácticas y estrategias de los Estados Unidos a qué conducen? ¿El Estado Islámico será derrotado? ¿Los Hermanos serán un aliado eficaz y acomodado hacia Occidente? Las noticias pronto nos proporcionarán las respuestas.
17/12/2016 13:14