Comediante chino que ironizó sobre el ejército, silenciado por las autoridades

de John Ai

Un chiste sobre el lema militar de Xi Jinping puso a Li Haoshi bajo investigación. Podría acabar en la cárcel, aunque aún no se ha formalizado la acusación. Se suspendieron los espectáculos de la productora, que recibió una multa de más de un millón de euros. El endurecimiento de la censura coincide con el aniversario de la Revolución Cultural.

Beijing (AsiaNews) - Los medios de comunicación oficiales chinos y el ejército apuntaron contra un comediante especializado en stand-up a raíz de un espectáculo con rasgos irónicos y burlescos contra los militares, mientras la policía ya ha abierto una investigación sobre el asunto. La empresa productora del espectáculo se enfrenta a una multa de un millón de euros y ha cancelado todas las fechas previstas. Una polémica que muestra en toda su magnitud cómo las autoridades de Beijing están intensificando la censura en la industria del entretenimiento y cómo los mismos comediantes deben ser más cuidadosos en sus mólogos y expresiones artísticas.

La polémica estalló con toda su fuerza el pasado fin de semana cuando el comediante Li Haoshi habló de dos perros callejeros que había adoptado y que perseguían ardillas, una escena que le recordó el lema "tener un buen estilo de trabajo, ser capaz de ganar batallas" (作风优良，能打胜仗). En China, esta frase se refiere generalmente al Ejército Popular de Liberación, y fue acuñada por el líder chino Xi Jinping en 2013 para construir un ejército fuerte que "escuche los mandatos del partido, sea capaz de ganar batallas y tenga un buen estilo de trabajo".

Algunos internautas en las redes sociales afirmaron que el discurso de Li insultaba al ejército. A la animada discusión que se inició en las redes siguió el bombardeo de los medios de comunicación oficiales, incluida la intervención del portavoz del Partido Comunista, el People's Daily. A ellos se sumaron la agencia oficial de noticias estatal Xinhua News Agency y otros medios vinculados al ejército. Li se disculpó en Weibo, el equivalente chino de Twitter, diciendo que estaba dispuesto a asumir toda la responsabilidad por el asunto y que quería suspender todas las actuaciones que todavía estaban programadas. A continuación publicó una nota en la que lamentaba haber hecho un símil que se consideró inapropiado y decía que estaba dispuesto a "suspender todas las actuaciones, hacer autocrítica y aprender desde el principio del asunto".

Sin embargo, las disculpas no bastaron para poner punto final al asunto y el ejército dijo que no aceptaría la disculpa. La Agencia de Cumplimiento de la Ley Cultural de Beijing anunció la apertura de una investigación contra la Shanghai Xiaoguo Culture and Communication Company (上海笑果文化传媒有限公司), que había organizado la función. La empresa fue multada con 13,35 millones de yuanes (o 1,76 millones de euros) y se cancelaron todos los espectáculos. Más tarde, los directivos anunciaron que habían "suspendido la actividad indefinidamente" y que se proponían reforzar la educación de sus actores.

Mientras tanto, la costosa broma ha arruinado la carrera de Li, que muy probablemente acabará en la cárcel. La policía de Beijing abrió un expediente, según informan los medios oficiales, aunque por el momento se desconoce a qué cargos se enfrentará el comediante.

Normalmente, las empresas de entretenimiento censuran el contenido de los espectáculos antes de que se presenten al público y entregan los guiones a las autoridades. Según los medios de comunicación chinos, el polémico contenido no figuraba en los guiones que se presentaron al gobierno para que fueran censurados.

En 2021, la Asamblea Nacional Popular aprobó una ley que prohibía los insultos contra el personal militar. Ese mismo año, el periodista Luo Changping fue a prisión por siete meses por "insultar a los mártires" a causa de un comentario que hizo sobre los soldados que perdieron la vida en la Guerra de Corea a principios de la década de 1950.

Algunos comentaristas en Internet estaban convencidos de que los comentarios y chistes de Li no pretendían insultar al ejército. Por otra parte, el momento en el que estalló la polémica coincide exactamente con el aniversario de la "Circular del 16 de mayo de 1966", que marcó el inicio de la Revolución Cultural. De cara al futuro, es muy probable que las autoridades impongan una censura aún más estricta a las actuaciones en vivo y, especialmente, a los espectáculos de improvisación teatral, con el fin de eliminar los discursos incontrolables y sofocar la sátira y la crítica.

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