Combatir la enfermedad y el miedo, la misión entre los leprosos de Mumbai
Mumbai (AsiaNews)- Un slum-gueto (favela o villa miseria) creado casi por casualidad, en el cual vivían sólo algunas personas enfermas de lepra y de las cuales nadie se ocupaba. Inicia así la historia de algunas misioneras de la Inmaculada, congregación femenina asociada al Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (Pime), y de su servicio entre los leprosos de Mumbai. Una misión que se concretizará con la creación de un hospital en el barrio de Versova, el Vimala Dermatological Centre, que hoy puede hospedar hasta 80 pacientes y es todavía un punto de referencia para la entera metrópolis. "Estábamos en 1968- cuenta a AsiaNews, suor Bertilia Capra, superiora del centro- cuando algunas misioneras decidieron abrir el hospital, porque veíamos a tantos enfermos con la urgente necesidad de ser hospitalizados y curados".
La congregación femenina llega a India en 1948 y da sus primeros pasos en las zonas rurales del estado de Andhra Pradesh. Después de haber abierto algunas misiones en el Estado, las hermanas piensan en la posibilidad de abrir un pequeño núcleo en Mumbai. Piden ayuda al Pime, que tenía una misión en Irla, dirigida por el p. Venturini. El sacerdote les confía un pequeño jardín de infantes. El domingo, único día libre de la actividad educativa con los niños, las religiosas visitan las zonas de los alrededores. Y así fue que se encontraron con esta villa miseria o favela y deciden hacer algo por los leprosos también Mumbai. Con el permiso del gobierno, entre 1963 y 1964 inician sus actividades en Versova.
En 1968 ven la urgencia de abrir un verdadero y propio hospital, en el cual poder internar, operar y seguir la rehabilitación de los enfermos. La estructura tomará su forma institucional en 1976, con el nombre de Vimala Dermatological centre. Suor Bertilia, bergamasca de nacimiento, pero hindú desde hace ya 44 años, llega a Mumbai en 1981 y desde entonces es el corazón y alma del hospital. "En nuestro centro son internados pacientes en varios estadios de la enfermedad", explica la religiosa. "Quien tiene fiebres altas y agudas, quien tiene úlceras abiertas, quien tiene deformaciones permanentes, quien está en el inicio y presenta sólo manchas en la piel. Todos tienen necesidad de ser curados, medicados y asistidos".
El trabajo en el centro sigue dos directivas principales. Una obra de sensibilización e información constante y el aspecto más médico, que se realiza al interior del hospital. Dar información, nota suor Bertilia, "es muy importante, porque la lepra da miedo a todos todavía. En vez es necesario hacer entender a la población que es una enfermedad que se puede curar como todas las otras. Es una bacteria que ataca los nervios periféricos. Manos y pies en modo particular y la piel, pero si tomada en tiempo no hace que uno se vuelva inválido. No es una enfermedad hereditaria. La placenta no deja penetrar a la bacteria y hay tantos enfermos de lepra que han tenido hijos sanos. No es venérea y está entre las menos contagiosas en el mundo: más del 95% de las personas que están en contacto con un enfermo de lepra no contrae la bacteria. Los pacientes infectados, si siguen los modernos tratamientos médicos, no transmiten la enfermedad. Las deformaciones causadas por el avanzar del morbo no son un signo de infección en curso. Y las úlceras y las heridas abiertas no dejan el bacilo y por lo tanto no son fuente de infección".
El aspecto más práctico sigue varias etapas: "Como primer cosa-explica- vamos al barrio a visitar y anotar familia por familia. Pedimos si hay enfermos en la familia, si han notado síntomas de enfermedades, manchas en la piel. Cada dos años se hacen los controles de aquellas zonas en las cuales ya se han encontrado un paciente para verificar se surgieron casos nuevos. Cada cuatro años se controla el área entera. Se investiga constantemente, pues sirve sobre todo para individuar los casos que están en los inicios y poder así educar a las personas".
Para los pacientes que llegan al Vimala Dermatological Centre el tratamiento es decidido en base al estadio de la lepra: "Para todos se procede inemediatamente con la poliquimioterapia (una asociación de tres antibióticos). En el caso de un paciente con úlcera, como primera medida es necesario limpiar bien la herida. Las úlceras son muy graves, porque se forman cuando pies y manos inician a perder sensibilidad. Por lo tanto limpiar y desinfectar no es suficiente, es necesario protegerlas siempre. Si la infección vuelve, la única posibilidad que queda es la amputación. Luego hay personas- y muchos son niños y adolescentes- que ya llegan con parálisis: ya están en un estado avanzado, tratamos de operarlos y luego seguirlos con fisioterapia, para hacer readquirir a ellos el uso total del miembro que curamos"
En los años, la actividad de las misioneras se extendió también a los pobres que tienen problemas dermatológicos, tuberculosis y cataratas. En el centro prestan servicios 8 hermanas, 4 médicos completamente dedicados a los enfermos de lepra, u oculista y un dentista. Éstos son ayudados por 30 jóvenes, de los cuales 6 son ex -enfermos. Además desde 1993 el Vimala Dermatological Centre, hospeda también un colegio femenino, que hoy cuenta con 75 muchachas del primer grado al décimo. Están afectadas por la lepra o son hijas de pacientes del hospital. "Un tiempo se trataba de separar a los niños sanos de los padres enfermos-explica suor Bertilia. En vez, ahora preferimos tenerlos juntos".
Una vez curados, algunos pacientes reciben ayuda para encontrar casa, un trabajo o a frecuentar cursos profesionales. Algunos formados en el interior del centro mismo, donde surgieron una sastrería y un laboratorio de artesanos.
El método usado por el Vimala centre permitió curar 16.407 enfermos de lepra desde 1976. En el mismo arco de tiempo, la tasa de prevalencia activa descendió de 16 casos cada 10 mil personas a 1 caso cada 10 mil personas. Las dificultades están en las financiaciones. "Hasta hace pocos años- explica- los Amigos de Raúl Follereau de Bolonia (Aifo) y el Germany Leprosy Relief Assocition cubrían los gastos necesarios. Pero en los últimos años, desde cuando el gobierno hindú inició a decir que la lepra lentamente va desapareciendo, las ayudas disminuyeron y lo que llega no es suficiente para pagar la electricidad que consumimos durante el año. El gobierno da sólo los remedios. Por suerte tenemos muchos benefactores privados, de Italia y de la misma India. Sobre todo en este último caso es hermosos hacer notar que no sólo los católicos o cristianos: muchos hindúes se ofrecen para ayudarnos, en general cuando recurre el aniversario de la muerte de alguno de sus familiares. Vienen aquí, nos preguntan qué necesitamos, a veces ofrecen un almuerzo por enteras jornadas. No parece, pero esto alivia mucho a los gastos que tenemos que enfrentar. Por el resto, el centro vive del servicio de nuestras manos". (GM)
17/12/2016 13:14
22/01/2016 10:58