China se apodera de Tartaristán
En la provincia de Tukaev, comenzaron los trabajos de construcción de un enorme complejo logístico-comercial que lleva el nombre de Den Xiaoping. Es la primera etapa de una "zona económica especial" orientada a la industria química petrolera de la región, donde ya opera Hikvision, una empresa china que se encuentra en la lista negra por participar en el trabajo forzado en Xinjiang.
Moscú (AsiaNews)- Las autoridades de la república rusa de Tartaristán han informado que comenzó la construcción de un enorme complejo logístico-comercial -que llevará el nombre de Den Xiaoping- en la provincia de Tukaev, en la frontera entre Europa y Asia. La primera etapa supone una inversión de más de 20.000 millones de rublos, unos 250 millones de euros, para crear una "zona económica especial", un centro denominado "Alabuga", que se inaugurará en el primer semestre de 2024.
El conjunto de estructuras, como una serie de cajas chinas, constituirán el parque industrial “Etilen 600”, que ofrecerá todos los servicios necesarios para el estacionamiento de cargas comerciales a corto y largo plazo, los trabajos de carga y descarga, la gestión de órdenes de pedido, la organización del transporte y todos los servicios que se requieran. Con el tiempo, se espera un movimiento de 100.000 contenedores por año. Se instalará una producción de materiales químicos de pequeña y mediana capacidad que tenga acceso a las materias primas procedentes de la extracción de petróleo y gas. El acuerdo entre la china "Alabuga" y la rusa "Sibur" se firmó en agosto de 2022, por una inversión global de 1.300 billones de rublos.
El complejo logístico comenzará a operar el año que viene, afirman los administradores de Kazán, comenzando con un movimiento de ocho trenes diarios. La industria química petrolera está destinada al transporte hacia China, tratando de no pisotear demasiado las sanciones decretadas por Occidente, que limitan el intercambio de muchos materiales químicos, mientras que los bienes de gran consumo y los materiales necesarios para la industria rusa llegarán desde Beijing.
Como confirma Aleksandr Gabuev, colaborador del Fondo Carnegie, “China tiene un gran interés en la petroquímica de Tartaristán, aunque es difícil decir cuánto podrá compensar el bloqueo de las exportaciones a Europa”. Sin embargo, Rusia y sus regiones "energéticas" no tienen otras alternativas reales, y China es el único socio capaz de acercarse a los estándares previos a la gran ruptura con Occidente.
La economía de Tartaristán depende de las "relaciones con gigantes", como señala la directora del Instituto Independiente de Política Social Natalia Zubarevich, "sobre todo en el campo petrolero". Según el Ministerio de Economía de la República Tártara, hasta 2021 más del 25% del presupuesto de Kazán dependía de la extracción de materiales energéticos, y el 37,9% provenía del procesamiento y refinamiento de petróleo, materiales químicos y derivados.
En este momento China exporta a Rusia una cuota muy importante de semiconductores, chips y otros materiales para diversos fines que ya de por sí se encuentran en las listas de sanciones de EE. UU. Por lo tanto, no preocupa demasiado quedar sometido a "sanciones secundarias". Una de las empresas chinas más activas en este campo es Hikvision, ya incluida en la lista negra por participar en las persecuciones en Xinjiang, beneficiándose con los trabajos forzados de los "campos de reeducación" para uigures, kazajos e incluso tártaros de lo que fuera de China se denomina "Turquestán Oriental".
Por otra parte la Hikvision ya está muy activa en Tartaristán, donde se aplican tecnologías chinas para el sistema de "ciudades seguras", que utiliza cámaras de video para monitoreo e identificación de identidad, especialmente cerca de escuelas, jardines de infancia, parques y lugares públicos de encuentro. Las sanciones se sortean con esquemas, ya muy probados, de rotación de la propiedad de las numerosas estructuras involucradas.
A pesar de estos grandiosos proyectos, muchos expertos siguen creyendo que China no tiene intención de ampliar demasiado la cooperación con Rusia sino que se orienta más bien a los países de Asia Central. Sin embargo, en este momento ya controla una vasta red logístico-comercial en toda la parte asiática de la Federación Rusa, “poniendo los huevos en distintas canastas”, como explica Gabuev. Una de las zonas más estratégicas para los intereses chinos es la del Volga y los Urales, en las repúblicas de Tartaristán, Bashkortostán y Chuvasia.
Foto: Flick / Alexey
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