China, sólo liberalizando las religiones Beijing obtendrá estabilidad social y económica
Beijing (AsiaNews). Los estragos de Kunming, que habrían sido cometidos por atentadores de etnia uighura, abrió en China el debate sobre la libertad religiosa y sobre la cuestión étnica. Mientras que los miembros de esta minoría- de origen turco y de religión musulmana- se encuentran en la mira de las autoridades y de la opinión pública, analistas y expertos debaten sobre cuál sería el camino mejor para eliminar la amenaza del extremismo religioso y de los movimientos independentistas. Por una parte está quien sostiene que el único camino realizable sea la represión total de las religiones y de los propios adherentes, por el otro se buscan puntos de diálogo.
Inmediatamente después del estrago del 1 de marzo (en el cual murieron 29 personas y otras fueron heridas), la policía lanzó una campaña de arrestos y de censura en internet: los que pagaron las consecuencias fueron Ilham Thoti, profesor de economía en la universidad de Beijing, arrestado con la acusación de separatismo; decenas de blogger, también de etnia Han, interrogados por horas después de haber publicado comentarios a favor de los uigures; diversos negocios de Beijing, en manos de los uighuros fueron obligados a cerrar después de las violencias y "advertimientos". Zhu Weiqun, presidente del comité de los asuntos étnicos y religiosos de la conferencia consultora política del pueblo chino, trató en vez de calmar los ánimos: "Muchos uighuros están con nosotros en la lucha contra el separatismo y el terrorismo".
Brian J. Grin, por años director del centro de investigación Pew sobre las religiones y ahora presidente de la Religious Freedom & Business Foundation, está convencido por el contrario que sólo liberalizando a las religiones y a los otros factores identificadores, se podrá encontrar un camino hacia la armonía social. De hecho, como lo demuestran los estudios más recientes, las hostilidades sociales que se refieren al tema de la religión en China son aumentados cuatro veces entre 2007 y 2012. Para Gim, solo abriendo a la contribución religiosa se podrá además garantizar la estabilidad económica del País que- quizás- no se habría logrado con un mayor grado de represión. A continuación un texto del analista, por su cortés atención (traducción curada por AsiaNews).
Según los datos de un reciente estudio del Pew Research sobre las restricciones globales, las hostilidades sociales que se refieren al tema de la religión en China aumentaron cuatro veces entre 2007 y 2012. El ataque a la estación de Kunming, una de las terminales más grandes de todo el país, representa la más importante violencia en larga escala sucedida fuera de Xinjiang. La población uighura, de fe islámica, era la más numerosa en la provincia del noroeste, pero a causa de la inmigración de otras partes de China representa ahora menos del 50% de la población regional.
Los separatistas han organizado una serie de ataques no obstante, las restricciones impuestas en nombre de la seguridad sean siempre más duras. Para responder al movimiento separatista, el gobierno chino reforzó las restricciones religiosas en el área. Los datos del estudio del Pew, demuestran además que en general las restricciones religiosas en China, ya muy pesadas, empeoraron aún más después del período puesto en examen. Las autoridades chinas sostienen que estas restricciones son necesarias para mantener la seguridad, promover la armonía religiosa y tener bajo control las hostilidades de tipo religiosos. Sin embargo, los datos demuestran que, en cambio de reducirlas, tales restricciones pueden ayudar a aumentar los enfrentamientos.
El círculo de la violencia religiosa
Los investigadores de ciencias sociales han identificado este fenómeno con el nombre de "círculo de la violencia religiosa". En el estudio "El precio de la libertad negada" (de Brian j. Grim y Roger Fink), se muestra que-al contrario de cuánto considera la opinión popular- asegurar la libertad religiosa a todos reduce la violencia religiosa y el conflicto. También asumiendo que algunas restricciones sobre la religión sean necesarias para mantener el orden o preservar una pacífica homogeneidad religiosa, la investigación muestra que cada limitación de las libertades religiosas está asociada aniveles mayores, con menores, de violencia.
Los investigadores de las ciencias sociales
han identificado este fenómeno como el "círculo de la violencia religiosa".
En el estudio "El precio de la libertad negada" (Brian J. Grim y
Roger Fink), se muestra que - contrariamente a lo que la opinión popular cree -
garantizar la libertad religiosa para todos, reducela violencia religiosa y el
conflicto. Incluso suponiendo que son necesarias para mantener el orden o
conservar una homogeneidad religiosa pacífica algunas restricciones sobre la
religión, la investigación muestra que las restricciones a la libertad
religiosa se asocia con niveles más altos, no menos, de violencia.
Responder a esta pregunta es importante a su manera particular, en China, un
país que tiene la mayor población religiosa en el mundo - junto con la India -
como lo demuestran los estudios demográficos de la Investigación Pew.
El
yin y el yang de la libertad religiosa en China
En una reciente entrevista con el Religious News Service, señalé que, aunque
China es probablemente el país con las restricciones más severas a la libertad
religiosa, no obstante, ha hecho grandes avances en los últimos 50 años.
Grim ha señalado que, durante la Revolución Cultural de los años 60 y 70 del
siglo pasado, todas las religiones son, de hecho suprimidas. Las personas que
se identificaron a sí mismos en una creencia religiosa sufrieron golpizas,
expulsiones forzosas, e incluso la pena de muerte. "Hubiera sido difícil -
dice el analista - encontrar a alguien que voluntariamente se llamará
religiosa".
Hoy, sin embargo, por lo menos 1 de cada 2 chinos sigue una religión.
Aproximadamente 300 millones están afiliados a la adoración tradicional: desde
el punto de vista global, esto significa que 7 de cada 10 animistas viven en
China. Incluso el budismo de China se encuentra en el primer lugar: alrededor
de 244 millones de personas son budistas, y esto significa que el país es el
hogar de la mitad de los budistas de todo el mundo (que se considera
aproximadamente 488 millones.
Los 68 millones de cristianos chinos hacen de China la séptima población
cristiana en números absolutos. Los 25 millones de musulmanes representan la 17ava
población islámica en el mundo, después de Arabia Saudita y antes que Yemen.
Por último, el país es el hogar de la segunda población del mundo en términos
absolutos, de los que se inscriben en la categoría de "otras
religiones". Es el 16 % de la población, que en su mayor parte se adhiere
al taoísmo. La World
Religion Database estima en 8 millones
los taoístas en todo el mundo.
El éxito económico de China, tal vez, no habría sido capaz de lograrse si el
gobierno hubiera abolido todas las religiones y otras formas de identidad. Grim
dice: "No voy a decir que se trata de que la libertad religiosa haya lanzado
el éxito económico de China, pero si no se hubieran aliviado las restricciones
draconianas a la religión y otros factores de identidad, no podría haber
alcanzado el nivel de éxito que vemos hoy". De hecho, resolver el problema
de la hostilidad religiosa en China no sólo paga sus dividendos en el campo de
la armonía social, sino que también ayudará a consolidar y madurar los
resultados económicos de las últimas décadas.