China, pocos controles y corrupción en la base de los escándalos de las vacunas
Está haciendo siempre más clamor el escándalo que arrastró a la salud china y a las casas farmacéuticas. Los expertos del sector acusan a la corrupción dentro del sistema sanitario y la falta de controles. Desde hace 8 años se registran incidentes mortales relacionados con el sector.
Beijing (AsiaNews/Agencias)- Escaso control y corrupción: según las autoridades competentes son éstos los motivos de los continuos escándalos que están abrumando la salud china.
La National Institutes for Food and Drug Control es la agencia que certifica la calidad de los remedios y de los productos alimenticios. Un ex empleado afirma que el ente no tiene bastante personal: “Somos el único instituto en China en grado de aprobar la calidad y la eficacia de las vacunas. Los institutos a nivel provincial no pueden hacerlo. China produce más de mil millones de vacunas cada año. No logra probar cada partida antes de ponerlos en el mercado”. Sólo el 5% de las muestras son verificadas y también sobre este porcentaje no vienen examinados todos los parámetros.
La Changsheng Biotech, en el centro del escándalo de estos días, es la segunda productora nacional de vacunas. La inspección a sorpresa de estos días pasados reveló que la empresa datos falsos sobre la producción y sobre los test de las vacunas anti-rabia y contra la difteritis, tos ferina y tétano (DPT).
El Premier Li Keqiang y el presidente Xi Jinping han pedido una investigación inmediata sobre las vacunas defectuosas, afirmando que las casas farmacéuticas han sobre pasado una “línea moral”.
Mientras tanto la presidente de la sociedad, Gao Junfang y 4 altos dirigentes fueron detenidos por la policía para ser interrogados. La Changsheng Biotech perdió casi la mitad de su valor accionario desde cuando la Drug Administration descubrió la falsificación de los datos. La empresa, con sede en Changchun, Jilin fue el segundo más grande proveedor chino de vacunas contra la rabia y la varicela el año pasado. La empresa suministra a los centro de provisión gubernamentales, que a su vez distribuyen las vacunas al público. En China, las vacunas obligatorias como la DPT son suministradas a los niños en el ámbito de un programa sanitario patrocinado por el Estado en los hospitales y los centros de control de las enfermedades.
El escándalo afecta también a los funcionarios estatales que deberían controlar constantemente los productos. Las sentencias de los tribunales chinos demuestran que los empleados del gobierno aceptan coimas por centenares de miles de yuan para aprobar una vacuna. Algunos funcionarios del Centers for Disease Control (CDC) recibieron coimas también para introducir vacunas. Uno de éstos, que fue identificado como “Xia” dirigió un programa de vacunaciones en el distrito de Yuhua en Shijiazhuang, en la provincia de Hebei. En aquella ocasión él aceptó 100 mil yuan en coimas de parte de una empresa que no estaba habilitada para vender vacunas.
En los últimos años los escándalos ligados a las vacunaciones continuaron casi sin solución de continuidad. En marzo de 2010, en la provincia de Shanxi, unos cien niños murieron y otros habrían quedado discapacitados después de haber sido vacunados con una vacuna para la hepatitis B. Las autoridades niegan la conexión entre las muertes y las vacunaciones. En agosto de 2014 en Liaoning fueron encontrados enteros lotes de vacunas anti-rabia contaminados con substancias venenosas. Dos años después, en Shandong, una empresa farmacéutica distribuyó vacunas por el valor de 260 millones de yuan en toda la nación pero sin respetar los correctos procedimientos de refrigeración.
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