Católicos chinos: esperanza y tristeza por el acuerdo entre China y la Santa Sede

Fieles chinos de las comunidades oficiales y subterráneas, expresan sus sentimientos sobre el presente y el futuro del acuerdo provisorio sino-vaticano. Muchos piden que se publique el documento del acuerdo; otros, que se libere a los obispos que están en prisión, y que los obispos no oficiales sean reconocidos por el gobierno. El temor de que China esté jugando con las ilusiones del Vaticano. Fidelidad al Papa y a la unidad de la Iglesia, pero preocupación ante el crecimiento de obispos “colaboracionistas”.

Roma (AsiaNews) – Hay esperanza y preocupación, tristeza y desolación entre los católicos chinos, ante la noticia del acuerdo provisorio sobre el nombramiento de obispos, firmado entre China y la Santa Sede. Hay críticas a los obispos ilícitos a los que se les ha levantado la excomunión, porque “tienen amantes e hijos” y son “fieles colaboradores del régimen, en contra del Señor”, además de haber muchos pedidos de conocer el texto del acuerdo. También hay quien presenta toda una serie de reclamos, a los cuales dicho acuerdo debiera responder, quizás, en un futuro próximo; hay quien se acuerda de los obispos que están en prisión y pide su liberación. Mons. Guo Xijin, obispo de Mindong - que debiera pasar a ser auxiliar de Mons. Vicente Zhan Silu, recientemente readmitido en la comunión católica (era uno de los obispos excomulgados) - prefiere callar. Otro, que debiera ser sustituido –o compartir la responsabilidad de la diócesis – con uno de los obispos excomulgados – dice no saber nada de su futuro destino. Está quien afirma que el acuerdo provisorio traerá aún más confusión en la Iglesia china. Los nombres de las personas fueron cambiados u omitidos por cuestiones de seguridad.

No sabemos nada sobre el acuerdo, y por ende, no podemos decir nada. Veo comentarios positivos del Card. Parolin, y otros, negativos, del Card. Zen. No hay confianza en el Partido, y nos preocupa el poco conocimiento que muestra el Vaticano en lo que respecta al Partido Comunista chino. Los Estados Unidos lo han entendido, después de 40 años de experiencia comercial.

Muchos fieles se sienten decepcionados, pero yo, como pastor, debo alentar al pueblo de Dios a mantener la fe católica auténtica y la comunión con el Santo Padre. No queda más que aguardar y afrontar lo que vaya a suceder como consecuencia de este acuerdo. Ni siquiera sé si mañana la Santa Sede irá a pedirme la presentación de mi renuncia. Estoy muy de acuerdo con el artículo del Pbro. Sergio Ticozzi. Gracias por el trabajo profético de ustedes.

Un obispo

El obispo Guo Xijin no quiere decir nada al respecto.

Un fiel de Mindong

Por mi parte, siento algo de alegría y algo de preocupación. Alegría, porque algo comienza; preocupación, porque no sabemos hasta qué punto el gobierno irá a respetar realmente el acuerdo. Además, espero que estos obispos que ahora ya no están más excomulgados, se preocupen por ganarse nuevamente el respeto de su pueblo. Y también espero que el gobierno libere a los obispos que están en prisión, y que reconozca a aquellos no oficiales. También espero que la Santa Sede nombre rápidamente obispos para todas las sedes vacantes.

Mario, Shaanxi

Entre los fieles de Henan hay optimistas y pesimistas. Los optimistas están contentos, porque finalmente hay acuerdo; los pesimistas lo son, porque [en todo esto] no ven ningún beneficio para la Iglesia china, dado que la libertad religiosa está cada vez más deteriorada. Nos toca obedecer, con fe.

José, Henan

La mayor parte de mis amigos católicos están tristes y desolados. Realmente no sé como consolarlos. Ello no ven ninguna esperanza ni futuro, después de este acuerdo. Para ellos, es todo muy triste, porque se sienten traicionados.

Teresa, Zhejiang

Ante todo, quiero decir que a mi modo de ver, el Vaticano debiera dar a conocer públicamente el acuerdo, para evitar manipulaciones y malentendidos. De cualquier manera, después de este acuerdo quedan muchas cuestiones en suspenso: los siete obispos reconciliados, ¿serán obispos ordinarios de sus diócesis o serán auxiliares, quedando sometidos a otros obispos que permanecieron fieles? ¿Cuál será el destino de los obispos no oficiales, que son reconocidos por el Vaticano, pero no por el gobierno chino? ¿Cómo hará el Papa, para ser la cabeza de la Iglesia católica, si hay muchos obispos que todavía se declaran a favor de una Iglesia “independiente” sometida a la dirigencia del Partido Comunista? ¿Cuándo podrá saberse algo de los obispos presos o desaparecidos en manos de la policía? No hay que olvidar la suerte del obispo de Shanghái, Mons. Tadeo Ma Daqin. Sin un trabajo y una respuesta a estas cuestiones, se corre el riesgo de consumir la credibilidad de los fieles de China hacia el Vaticano.

Gloria, Shanghái

Para mí, lo más horrible de este acuerdo es el reconocimiento de los siete obispos excomulgados. Ellos fueron elegidos por el régimen ateo, contra la voluntad del sucesor de Pedro; algunos de ellos tienen amantes e hijos; algunos son fieles colaboradores del régimen y están en contra del Señor. Siendo que en la Iglesia hay muchos informantes secretos del Partido, tememos que algunos de estos obispos sean informantes. Lo que temo es que esta situación tan real y triste sea el preludio del modo en que los obispos sean elegidos a futuro, incluso con el visto bueno del Papa.

Pablo, Taiyuan

No sé mucho de este acuerdo, pero me parece que el mismo constituye el inicio de una avalancha de divisiones, contraposiciones y problemas. De alguna manera estoy a favor, porque es un primer paso. Si sólo nos movemos cuando todo está perfecto, jamás sucederá nada. Tengo confianza en el Papa Francisco y en sus colaboradores: el Espíritu Santo los guiará.

José, Guangzhou