Caritas Líbano: desconfianza y divisiones a dos años de la tragedia del puerto
El padre Abboud habla de un país y de un pueblo que se siente "perdido y desconcertado". La investigación está lejos de esclarecer la verdad y hay un clima de "secretismo". También se han creado divisiones entre los familiares de las víctimas, alimentadas por la política. Las condiciones de la salud y la educación son preocupantes. Campaña de AsiaNews para apoyar las escuelas católicas.
Milán (AsiaNews)- Los libaneses se sienten “perdidos, desconcertados” porque después de dos años “todavía no saben la verdad”; hay un clima de “secretismo” sobre las causas y las circunstancias que provocaron el accidente. Dos días después del segundo aniversario de la explosión en el puerto de Beirut, el presidente de Caritas Líbano, el padre Michel Abboud habla a AsiaNews sobre las "divisiones" incluso entre los familiares de las víctimas. “El recuerdo de lo ocurrido -explica- supone muchísimo sufrimiento, que se suma a la gravísima crisis económica que atraviesa el país, la peor de la historia, y a la desconfianza general en la clase dirigente. La gente está sufriendo pero también parece haber perdido la esperanza, la fuerza para reaccionar, y hay una sensación general de profundo cansancio”.
Luto y divisiones
Líbano conmemora el próximo 4 de agosto, con un "Día de Luto Nacional", el segundo aniversario de la explosión en el puerto de la capital de un depósito que contenía cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas sin medidas de seguridad. Más de 220 muertos, 6.500 heridos y barrios enteros arrasados. La política, Hezbolá y las filiaciones confesionales han creado profundas divisiones incluso entre las familias de las víctimas de una tragedia que marca con sangre la historia reciente del país.
“Esta desconfianza -explica el presidente de Caritas Líbano- lleva a los ciudadanos a no salir ni siquiera a la calle, algunos protestan pero sin especial entusiasmo, les falta fuerza y participación”. Un dato más parece confirmarlo: el año pasado asistió una gran multitud a la misa en memoria de las víctimas que celebró el patriarca maronita, a tal punto que la ceremonia se debió hacer en la plaza pública. Este año, en cambio, la celebración se hará en una iglesia. “Los libaneses -prosigue- pasamos de una crisis a otra, estamos perdiendo muchísima gente”, entre los que mueren y los que emigran. “Todas las semanas -señala- escuchamos noticias de dos o tres personas que han muerto porque ni siquiera pueden acceder a los hospitales, se los priva del derecho a ser atendidos. Como Caritas tratamos de ofrecer ayuda, pero por supuesto no podemos cubrir los gastos y necesidades de todos”.
Apoyo a las escuelas
Uno de los sectores más afectados por la crisis, además de la salud, es la educación y las escuelas católicas, que son uno de los pilares fundamentales de la sociedad. El 70% de la educación está cubierto por instituciones no gubernamentales que no reciben ninguna ayuda del estado. El núcleo central de esta red son las escuelas católicas, que educan a todos sin hacer distinciones: cristianos, musulmanes, drusos, niños o niñas, tanto los ricos como los más pobres, en las grandes ciudades y en el campo, en Beirut y en otras regiones, También utilizan la lengua francesa para abrir al mundo, a la cultura, al espíritu crítico a las nuevas generaciones. Para apoyar su misión y garantizar un futuro para el país, en los últimos meses AsiaNews ha organizado una campaña (haga clic aquí para obtener más información y formas de adhesión) a la que volvemos a dar impulso en estos días en vistas de la reanudación del año escolar.
“La situación de las escuelas - advierte el presidente de Cáritas - es oscura. Muchos profesores han abandonado sus cátedras y están sin trabajo porque sus salarios son bajos y no pueden pagar los costos de combustible o transporte. Un problema similar al de muchos niños y niñas que en el último año han abandonado sus estudios porque no pueden pagar los medios de transporte”. Los costos en las instituciones han subido "hasta 30 veces" debido al colapso de la moneda local. "Antes - confirma el sacerdote - un dólar valía 1.500 liras, mientras que hoy llega a 30 mil, a lo que se suma una escalada de costos en calefacción, salarios y material didáctico". Para ayudar al Líbano, concluye, "no se necesitan grandes sumas, sino una pequeña contribución de mucha gente... el pueblo libanés está acostumbrado a las guerras y al sufrimiento, pero hoy se ha perdido la confianza entre las personas y parece que solo queda la fe en Dios".
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17/12/2016 13:14