Card. Sako: una " unidad de crisis " contra el éxodo cristiano iraquí y la división entre Iglesias
El Patriarca caldeo da la voz de alarma ante la continua emigración de cristianos, muchos de los cuales pertenecen al sector productivo. Cada vez están más "marginados" en el país y no llegan respuestas del gobierno. Del esfuerzo común de algunas destacadas personalidades eclesiásticas nace un renovado compromiso para el futuro.
Erbil (AsiaNews) - Los cristianos iraquíes "huyen" de su país y muchos de ellos pertenecen al "segmento productivo" o a los sectores "más instruidos" de la población (también) a causa de las "divisiones" entre las Iglesias, incapaces hasta ahora de poner en marcha políticas e iniciativas fuertes y unidas para darles un futuro. Lanzando la j'accuse está el Patriarca de Bagdad de los Caldeos, Card. Louis Raphael Sako, en un largo mensaje a los fieles de Irak y de todo el mundo publicado en el sitio web del patriarcado y enviado a AsiaNews para información. Desde la sede provisional de Erbil, en el Kurdistán iraquí, donde el cardenal se ha retirado hasta que se resuelva la polémica sobre el decreto presidencial, fuente de enfrentamientos y de nuevas divisiones, renueva el llamado a un compromiso común y evoca la creación de una " unidad de crisis ".
En Iraq, observa el Primado caldeo, "no hay estrategia, seguridad ni estabilidad económica", falta "soberanía" y hay una "doble" aplicación de los conceptos de democracia, libertad, constitución, ley y ciudadanía por parte de quienes deberían estar al servicio del país y de sus habitantes. De este modo, se han "debilitado" las instituciones y se ha producido una "decadencia" de la moral y los valores, se han deteriorado los servicios, la sanidad y la educación, así como una "corrupción generalizada" y un "desempleo creciente", a lo que se añade un analfabetismo que retorna.
En este contexto, el componente cristiano, ya en los márgenes, se ha vuelto aún más frágil y ha sido objeto de secuestros y asesinatos que comenzaron en 2003 con la invasión estadounidense y culminaron en los años de dominio del Estado Islámico (Isis), con la gran huida de Mosul y la llanura de Nínive. Agradece al gobierno regional del Kurdistán su acogida y subraya una vez más los grandes esfuerzos realizados por la Iglesia "para reconstruir" hogares y empresas tras la liberación. De lo contrario, advierte, habrían "acabado como los palestinos de Gaza", olvidados y marginados porque el gobierno central de Bagdad "no hizo nada por ellos".
Sin embargo, los ataques contra los cristianos continúan hasta hoy, con pérdida de empleos, confiscación de propiedades, conversiones forzadas por Isis u otros grupos, islamización de menores, denegación de derechos. Detrás de esta política, advierte, hay un intento "deliberado" de "borrar" su patrimonio, su historia y su legado de fe. Un ambiente de odio alimentado también por los líderes religiosos (musulmanes), que prohíben felicitar la Navidad a los cristianos, a pesar de que en el Corán se celebra y honra a Jesucristo. Pero lo más sorprendente, prosigue, es la inercia del gobierno y de la justicia ante la tragedia de la boda cristiana de Qaraqosh, el pasado mes de septiembre, con más de un centenar de víctimas: hasta ahora no se ha hecho nada, faltan investigaciones y los responsables quedan impunes.
La emergencia la confirman las cifras, como revela el propio Patriarca: en los últimos 20 años, más de un millón de cristianos (de un total de menos de 1,5 millones) han huido. Sólo en las últimas semanas, "más de 100 familias han abandonado Qaraqosh y han emigrado", uniéndose a "decenas de familias de otras ciudades" que han huido ante un futuro incierto y meses de salarios impagados. Y la propia historia del "Movimiento Babilonia" que conspiró detrás del Card. Sako muestra cómo "los partidos cristianos están divididos y en perenne búsqueda de poder y dinero". "Del mismo modo, los cristianos en el extranjero", ataca, "no han conseguido crear un grupo de presión" para apoyar a los que se han quedado atrás "a causa de su fanatismo" y algunos escriben "artículos destructivos" que luego publican "en las redes sociales".
No solo los partidos, continúa el cardenal, sino incluso dentro de la Iglesia hay profundas divisiones que corren el riesgo de frustrar las buenas relaciones con suníes y chiíes y el "respeto mutuo" que dejó la visita del Papa Francisco a Irak en marzo de 2021. Por ello, "los partidos y las Iglesias cristianas deben unirse: sin unidad, el país se vaciará de su componente autóctono", que es también la "máxima expresión de su antigua civilización". Para ello, se necesitan personalidades eclesiásticas autorizadas y dignas, que representen "la esperanza de la Iglesia: me refiero con orgullo a la mayoría de los obispos de la Iglesia caldea y a los obispos Nicodemus Sharaf Dauod por la Iglesia ortodoxa siria, Benedict Younan Hannu por la Iglesia siro-católica, Elijah Isaac por la Iglesia asiria de Oriente, Ghattas Hazim por la Iglesia ortodoxa griega y Farouk Hammo, cabeza de la Iglesia evangélica". "Espero que este equipo", concluyó el cardenal, "forme una 'unidad de crisis' con la Iglesia caldea para afrontar los retos y proteger a los cristianos que quedan".
23/12/2015
29/11/2023 12:26