Card Sako: Una Navidad de 'paz y reconciliación' para Irak en tiempos de Covid

En la carta a los fieles, el cardenal recuerda que la visita del Papa en marzo es una oportunidad para "ser hermanos". Cristianos y musulmanes deben estar "al servicio los unos de los otros" como "miembros de una misma familia". A pesar de las restricciones por la pandemia, los fieles pueden encontrar en esta fiesta "una fuente de esperanza y fortaleza".

Bagdad (AsiaNews) - La Navidad es un tiempo propicio "para la reconciliación y para alcanzar la paz". En su carta de Navidad, el patriarca caldeo cardenal Louis Raphael Sako, recuerda a los fieles la carta apostólica "Fratelli tutti" en la que el Papa Francisco nos invita a "ser hermanos, en vez de pelear unos contra otros". “Cristianos y musulmanes - afirma el cardenal - deben dejar de lado las diferencias" para "amarse y estar al servicio los unos de los otros, como miembros de una misma familia. Unamos las fuerzas como un solo equipo para cambiar la situación, superar estas crisis y dar prioridad a nuestra patria [...] mediante el respeto mutuo y la consolidación de los valores de la convivencia”.

Para los cristianos de Irak, la fiesta de la Navidad será una doble fiesta, porque, por primera vez, será una fiesta de toda la nación, sin hacer distinciones entre cristianos y musulmanes. Esta alegría y satisfacción que son el preludio de la visita del Papa Francisco, que a principios de marzo realizará un viaje apostólico - el primero al exterior desde que empezó la pandemia del nuevo coronavirus - al país árabe, tocando los lugares más simbólicos: desde Bagdad y Mosul, hasta Ur de los Caldeos y la llanura de Nínive, cuna de la presencia cristiana en el país.

“En los dos últimos decenios - dice el primado caldeo - hemos celebrado la Navidad en condiciones de inseguridad, que se han agravado considerablemente en 2020 debido a la pandemia del nuevo coronavirus, un hecho nunca antes visto”. Debido a la emergencia sanitaria, continúa, "nos hemos visto obligados a suspender las celebraciones y las actividades pastorales en las iglesias desde marzo" para garantizar "la seguridad de nuestro pueblo".

En un contexto crítico, prosigue el Card Sako, los fieles "deberían centrarse en el significado de la Navidad, más que en las 'apariencias' características de las celebraciones", que tendrán que sufrir inevitables "restricciones". No obstante, la Navidad "sigue siendo fuente de esperanza y fuerza para recuperar la serenidad espiritual por medio de celebraciones más íntimas en familia y con la Iglesia" gracias a las cuales se puede "superar el miedo" y "profundizar las relaciones fraternas".

Recordando la vida de Jesús, el cardenal exhortó a recuperar "las relaciones en nombre del amor, la solidaridad y el servicio a las personas. Estos son los puntos sobre los que se debe meditar y en los que hay que inspirarse para la vida cotidiana”. Una de las prioridades es "construir una solidaridad fraterna" sobre todo para ayudar a "los desempleados y a los estudiantes que luchan contra las consecuencias de la pandemia para poder continuar sus estudios". Este ha sido el sentido de los 150 mil dólares asignados por el patriarcado para ayudar a los necesitados, sin hacer distinción "entre cristianos y musulmanes".

La fe, la oración y la caridad son los medios para preparar la fiesta de Navidad y del año nuevo, con la esperanza de que "Dios llene nuestro corazón de gracias y bendiciones". “Pidamos a Dios - concluye el cardenal - que conceda a nuestro país y al mundo entero paz y curación para la pandemia del nuevo coronavirus. También los invito a aprovechar la visita del Papa Francisco a Irak, buscando formas creativas para participar en un evento tan importante para el país y para la región [de Medio Oriente]”.