Card Rai: los políticos libaneses, responsables de la ‘vergüenza y la desgracia’ en el país

En la homilía de ayer, un nuevo y durísimo ataque del patriarca maronita contra la clase dirigente. El fin de semana, el blanco de las protestas y enfrentamientos fueron cuantos “obstaculizan el nacimiento de un nuevo gobierno”. Al menos 370 heridos. El purpurado renueva su apoyo a los “legítimos” reclamos del pueblo.

Beirut (AsiaNews) - Los líderes políticos e institucionales del Líbano “cargan sobre sus espaldas” la responsabilidad “de la vergüenza y de la desgracia” que se han apoderado de Beirut y Hamra, donde se consumaron nuevas protestas contra el gobierno. Es lo que afirmó, en la homilía de la misa dominical, el patriarca maronita, el Card. Beshara Raï. El purpurado volvió a atacar a la clase dirigente, culpándola de “no tener ni una pizca de humanidad”, sobre todo, los que “obstaculizan el nacimiento de un gobierno”. El llamamiento del purpurado se da en un contexto de renovada violencia, con un pueblo exasperado por meses de una crisis política y económica que ha culminado en cientos de despidos, recortes de salarios y ha empujado al sistema bancario al borde del colapso.

Durante el fin de semana, en Beirut, las fuerzas de seguridad libanesas libraron duros enfrentamientos con los ciudadanos en las calles, descargando proyectiles de goma y gases lacrimógenos en un intento de dispersar a la multitud, que respondió arrojando piedras. Los choques de ayer estallaron en las inmediaciones del Parlamento; el día anterior culminó con la cifra más alta de heridos [más de 370, según algunas fuentes] desde que comenzaron las manifestaciones.

El personal sanitario atendió a unas 52 personas en el lugar, y otras 38 fueron trasladadas al hospital.

La nueva ola de ira se desata tras meses de parálisis e incertidumbre, al constatar la incapacidad de los políticos para llegar a un acuerdo que permita formar un nuevo gobierno y adoptar un plan para responder al déficit económico. “Hemos pasado de ser la Suiza del Este - grita un ama de casa de 47 años, Rezzan Barraj, en medio de los manifestantes - al último puesto de todas las clasificaciones”.

Las protestas contra el gobierno, agravadas por las dificultades económicas, registraron una escalada hacia mediados de diciembre, cuando se hizo evidente la incapacidad de formar un nuevo Ejecutivo (vacante desde el 29 de octubre) a causa de ataques e intereses cruzados. En reiteradas oportunidades, patriarcas y obispos -en vano - reclamaron a la clase dirigente que asumiera su responsabilidad y la urgencia de definir el mando del país, que arriesga hundirse cada vez más.

En la homilía de ayer, el patriarca Raï renovó su apoyo y cercanía al pueblo y a sus “legítimos” reclamos, que demandan una respuesta de la clase dirigente. Luego acusó a los políticos de “haber distorsionado el significado y la esencia misma de la política”, que es un arte “honorable” y “al servicio” de los ciudades, “por el bien común”.

Por último, el patriarca maronita planteó cuatro reclamos puntuales: al Estado, le pidió no subestimar este movimiento de revuelta juvenil y evitar las represalias; a los encargados de formar el nuevo gobierno, no seguir dilatando su deber de salvar de una vez por todas el país; al ejército y a las fuerzas de seguridad, llevar adelante esfuerzos para evitar el enfrentamiento entre ciudadanos y garantizar la calma; a la comunidad internacional, que tome con la debida seriedad la cuestión libanesa, en vista del rol esencial que juega el país en el contexto medio-oriental.