Calcetines con la inscripción 'Alá' provocan la indignación de los musulmanes
La cadena KK Supermart puso a la venta prendas que se consideran ofensivas, lo que se ha convertido en un caso nacional. El Primer Ministro Anwar Ibrahim se pronunció al respecto: "Un castigo justo, pero sin exagerar". Michael Kong, político no musulmán de Borneo: "Malasia es un país multiétnico. Respeto por cada etnia y cada religión".
Kuala Lumpur (AsiaNews)- Se ha convertido en un caso nacional en Malasia la venta de calcetines con la palabra "Allah" en varias tiendas de la cadena KK Supermart, cuya distribución parece haber comenzado en los minimercados de Petaling Jaya. Las prendas, ampliamente difundidas a través de las redes sociales - en particular un vídeo y una captura de pantalla que se hicieron virales - provocó la indignación de una gran parte de la población musulmana (la relación entre la etnia malaya y el Islam está consagrada en la Constitución). KK Chia, fundador de la cadena, difundió inmediatamente un mensaje de disculpa, pero no fue suficiente para reducir la tensión.
La policía recibió ochenta denuncias en todo el país y decidió entrevistar a ocho personas presuntamente implicadas en el incidente, entre ellas el propietario de KK Supermart & Superstore Sdn Bhd.
Sobre el tema se pronunciaron el sultán Ibrahim Sultan Iskandar y el primer ministro Datuk Anwar Ibrahim. Anwar pidió ayer que se continúe en la línea de condenar a los responsables, pero "sin exagerar". Lo hizo durante un evento que siguió a una pausa en las apariciones en los medios, dirigiéndose a los musulmanes malayos. Invitó a todas las partes a no insultar al Islam y pidió que el castigo no sea "excesivo". "Si se han informado transgresiones, hay que actuar de inmediato, las decisiones deben seguir los canales legales y proceder de inmediato", afirmó, instando a una rápida resolución de la controversia. Al mismo tiempo pidió que no se enfoque el asunto como si se tratara de "una gran catástrofe nacional".
AsiaNews recogió también los comentarios sobre lo ocurrido de dos políticos no musulmanes del Estado cristiano de Sarawak, en Borneo. El Consejero de Estado Barú Bian, un convencido eclesiástico evangélico, dijo que "las autoridades deberían tomar medidas inmediatas, en virtud del Código Penal, contra los responsables, para evitar una mayor escalada de comentarios innecesarios de las distintas partes, lo que podría poner en riesgo la armonía étnica del país". Michael Kong, del Partido de Acción Democrática del Estado, añadió que "en un país multirracial y multicultural como Malasia, es importante practicar la comprensión hacia otras etnias y religiones". Se debe evitar la exhibición y venta de productos ofensivos. “Es positivo que la tienda se haya disculpado rápidamente. Por lo que he leído, muchas de las tiendas han publicado una disculpa, y eso demuestra su sinceridad y arrepentimiento”, añadió.
De lo ocurrido podemos aprender "la importancia de ser sensibles con respecto a otros grupos étnicos y credos", afirmó Michael Kong. Un criterio que en teoría debería constituir un terreno común entre las religiones, siguiendo el principio de "amarse unos a otros". Pero amar también significa perdonar y dar a los demás una segunda oportunidad para aprender de los errores que han cometido", dijo Kong. Por eso, la indignación generalizada no debe dar lugar a la instrumentalización, que crearía más divisiones dentro de la comunidad. "En lugar de ello, deberíamos utilizar esta oportunidad para reunirnos y poner en común nuestras cabezas, para pensar qué podemos hacer para garantizar que esto no vuelva a ocurrir en el futuro”, concluyó.
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