Cada vez hay menos tártaros rusos

de Vladimir Rozanskij

La minoría cuenta en el país con 4,7 millones de individuos: en 2010 eran 5,3 millones. También han disminuído en las regiones de origen. Crece la etnia rusa en Tartaristán. Se aprovechó la pandemia para reajustar las estadísticas menos del agrado del Kremlin. Gobierno: los próximos datos se mantendrán en reserva.

Moscú (AsiaNews)- Hay una fuerte disminución de la población y la cultura tártara en toda la Federación Rusa, explica Idel.Realii en un análisis del último censo. Sobre todo los tártaros parecen estar desapareciendo de Moscú, donde en los últimos 11 años más de 60.000 ciudadanos que estaban registrados como tártaros étnicos han renunciado a definirse como tales. Incluso las regiones de origen del Volga y los Urales han "perdido" 350 mil tártaros.

En términos porcentuales, el descenso más significativo se verifica en el Extremo Oriente siberiano, y sólo en Tartaristán, la región oficial de los tártaros, la etnia parece mantenerse con una curva ligeramente positiva. En la república de Kazán, por su parte, se ha reducido un 20% el número de hablantes del idioma tártaro como lengua materna, abandonada por más de 400.000 habitantes de Tartaristán.

Según el censo de 2021, la población tártara en Rusia es de 4,7 millones, y en la última década ha disminuido cerca de medio millón (11,2%). En el anterior relevamiento estadístico de 2010 eran 5,3 millones. Cabe considerar que en el último censo las autoridades también incluyeron a los tártaros de Crimea, anexada en 2014, que sumaron más de 30 mil personas, y por lo tanto la pérdida es aún mayor. Los tártaros de lengua madre perdieron más de un millón de ciudadanos, casi una cuarta parte de toda la etnia. Solo 2,7 millones de tártaros hablan el idioma, poco más de la mitad del total.

Los tártaros de Tartaristán también están dejando de hablar su idioma, cediendo al continuo proceso de rusificación que se ha hecho más intenso en los últimos años, sobre todo para evitar la propaganda separatista. Incluso la etnia rusa en Tartaristán ha crecido un 5%, un porcentaje superior al de la etnia tártara. Los otros pueblos menores de la zona del Volga también se están reduciendo significativamente.

En la República Tártara se ha eliminado la obligación de estudiar tártaro en la escuela, aunque las posibilidades de aprenderlo todavía están muy extendidas en el sector educativo y cultural, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, incluida su "prima" Bashkortostán. Solo el 34% de los ciudadanos de Tartaristán saben hablar tártaro, frente al 98% de los hablantes de ruso.

La desaparición de los tártaros es evidente en las regiones del Volga cercanas a Tartaristán, donde la censura de la cultura tártara es más intensa para crear una zona de amortiguamiento alrededor de Kazán. La principal ciudad de los alrededores, Nizhny Novgorod, ha perdido más del 40% de los tártaros, reducidos a poco más de 20.000 en una población de 3 millones de habitantes. Porcentajes similares se relevan en las repúblicas menores, antiguamente muy frecuentadas por los tártaros, como Mari El, Mordovia, Udmurtia y la región de Penza.

Bashkortostan se presenta como un caso particular, debido a la oposición de la población a conceder y publicar datos censales. A los bashkires no les gusta que se les apliquen definiciones étnicas demasiado rígidas, empezando por la tártara, que muchos no quieren reconocer a pesar de la evidente similitud fisonómica y lingüística. En total los tártaros de Ufá han disminuído un 34,8%, aunque esta reducción no es muy evidente en los demás parámetros socioculturales ni en la vida cotidiana de los bashkires. La lengua tártaro-bashkir es hablada por cerca de un millón de personas sobre una población de 4 millones, la segunda después del ruso.

No solo en Moscú, los tártaros también son cada vez más escasos en todo el centro de Rusia y en las regiones noroccidentales de Komi y Novgorod, mientras se mantiene bastante estable el grupo de tártaros de San Petersburgo, con unos 30.000 individuos. Según el etnólogo tártaro Damir Iskhakov, “los tártaros son excluidos de los niveles directivos de las instituciones públicas, y también de los que organizaron este censo, realizado de manera contradictoria durante el Covid”. Se aprovechó la pandemia para reajustar las estadísticas que menos le gustan al Kremlin, y efectivamente los datos del próximo censo se mantendrán en secreto, como ya anunciaron en Moscú.