Las fuerzas del orden rastrean casa tras casa en busca de los que realizaron el atentado del grupo fundamentalista paquistaní, Jaish-e-Mohammed. En el Estado de Jammu y Cachemira está en vigor el estado de sitio. Estudiantes provenientes del Valle de Cachemira denuncias agresiones e intimidaciones.

 

Srinagar (AsiaNews) – En Cachemira se realiza la caza al hombre: el gobierno indio inició un dura represalia contra los fundamentalistas islámicos afiliados a Pakistán, involucrados en el atentado del 14 de febrero pasado contra el ejército que provocó la muerte de 44 soldados de las fuerzas paramilitares i (Central Reserve Police Force). Mientras que en algunas zonas del Estado está en vigor el estado de sitio y los servicios de internet están suspendidos, llega la noticia de ulteriores combates en la zona de Pinglan, en el distrito de Pulwama, lugar del ataque kamikaze. Las fuerzas del ejército declaran que han matado a la “mente” de la masacre; sería Abdul Rashid Ghazi alias Kamran Bhai. Pero, en el enfrentamiento fueron también asesinados 4 agentes de la Unión.

Según las declaraciones de inteligencia india, habría sido propiamente Ghazi quien formó a Adil Ahmed Dar, conocido como el nombre de batalla de “Waqas Comando”. Él es el militante que la semana pasada guió el vehículo llena de explosivos en la autopista Srinagar-Jammu.

Además de Kamram, la policía afirma haber matado a otro miembro del Jaish-e-Mohammed (JeM), responsable del ataque. Por ahora, el segundo hombre fue identificado sólo como Hilal. Ayer el rastrillaje casa por casa llevó al arresto de otros 23 hombres sospechosos.

Cachemira es un territorio cuya mayoría es islámica y está situado en la frontera entre India y Pakistán. Ambos países reclaman la soberanía territorial ya desde 1947, el año de la repartición del imperio británico. El conflicto latente y continuo que se reinicia en manera cíclica ya provocó miles de muertos, sobre todo civiles. Las organizaciones que defienden los derechos humanos a menudo denuncia que el territorio es el lugar de experimentación por excelencia de armas prohibidas, como los proyectiles de goma “pellet” usados contra la población.

Después del grave incidente de Pulwama, el peor que jamás se haya cometido contra las fuerzas indias, el gobierno de Delhi prometió una dura respuesta contra los militantes y acusa a Pakistán de haber iniciado y patrocinado a los terroristas. Por su parte Islamabad niega toda involucración e intenta no ser aislado de la diplomacia internacional. El viaje de estas horas del príncipe saudita Mohammad bin Salman, que con el Premier paquistaní Imran Khan firmó acuerdos multimillonarios, tiene justamente esta finalidad, además del intento de evitar el fracaso del Estado que no logra pagar sus deudas con China.

Mientras tanto, como primer resultado de la represalia, India impuso algunas sanciones económicas. comprendida la revocación del status de Nación más favorita para el comercio. Además en todo el país los estudiantes provenientes de Cachemira, prescindiendo de la pertenencia religiosa o de casta, denuncian agresiones y discriminaciones. Algunos colegios hicieron saber que no aceptarán inscripciones de alumnos que provengan del Valle o los intiman a dejar las habitaciones arrendadas: entre éstos, dos universidades de Dehradun en Uttarakhand, y un estudiantado de Ambala, en Haryana. Un estudiante de la Jamia Millia Islamia, famoso ateneo de Delhi, afirma: “ El solo hecho de ser de Cachemira, prescindiendo de las propias ideas e inclinaciones, es suficiente para poner en peligro la vida de una persona”.

Mientras tanto en toda India fueron organizadas varias manifestaciones de oración en solidaridad con los soldados asesinados. En Orissa unos 800 alumnos de Raikia, sobrevivientes de los pogromos anti- cristianos de Kandhamal del 2008, condenaron la masacre y reafirmaron la importancia de cada vida humana individual.

(Se contó con la colaboración de Purushottam Nayak)