Cómo se fabrican hostias en Gaza incluso donde falta de todo
Gracias a un taller creado en 2020 por una fundación italiana que trabaja con presos en los lugares más atormentados del mundo, la parroquia de la Sagrada Familia sigue pudiendo celebrar la Eucaristía. Arnoldo Mosca Mondadori: "Una luz de esperanza, a pesar de todo el horror".
Milán (AsiaNews) - "En sus ojos y en sus sonrisas vemos, a pesar de todo el horror que está sucediendo, la virtud de la esperanza, un hilo de luz que no cesa". Arnoldo Mosca Mondadori, presidente de la Fundación Casa del Espíritu y de las Artes, está en contacto permanente con la comunidad católica de la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, y en particular con el padre Gabriel Romanelli. "El pasado 7 de enero, cuando se celebraron las primeras comuniones con las hostias que se siguen produciendo allí, gracias al proyecto 'El sentido del pan', me emocioné. Esta iniciativa es un signo de paz en ese 'calvario al aire libre', como siempre dice el padre Gabriel."
Iniciado en 2015 en la cárcel de Opera, cerca de Milán, el proyecto de producción de hostias, en los lugares más atormentados del planeta y entre las personas más heridas o marginadas, está ahora presente en 19 realidades de todo el mundo. Incluida precisamente la Franja de Gaza, donde, sin ese laboratorio, la parroquia no tendría ni siquiera hostias para celebrar la Eucaristía, ya que no llega nada, ni siquiera productos de primera necesidad y medicinas. "El hecho de que el taller siga funcionando a pesar de la guerra es para nosotros un signo de que ese pan se convierte en Jesús que vino a salvarnos. Las personas que hacen las hostias sonríen. En sus ojos puedes ver realmente el significado de la Eucaristía. Es algo que me llama mucho la atención dentro de ese drama", dice Mosca Mondadori.
El taller se inició en 2020 gracias al interés del Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén: "Primero contribuimos a la renovación del local y trajimos las máquinas con la ayuda de las monjas del Hogar Niño Dios de Belén", prosigue Mosca Mondadori, "actualmente hay varias personas trabajando allí de forma voluntaria. Nosotros, como Fundación, apoyamos a la comunidad y, en particular, a las personas más necesitadas, que en este momento son prácticamente todas". Y añade: "Nos gustaría poder volver a esos lugares, para estar lo más cerca posible de su gente, sobre todo en estos momentos tan difíciles y tristes. Mientras tanto, intentemos al menos mantener vivo este proyecto. A ver a dónde nos lleva".
La iniciativa, nacida para testimoniar la presencia real de Cristo en la Eucaristía, ya había encontrado un lugar de acogida extraordinario en Palestina: Belén, que significa "Casa del Pan". Allí, las Hermanas Siervas del Señor y de la Virgen de Matara, pertenecientes a la Familia Religiosa del Verbo Encarnado, crearon un centro de acogida llamado Hogar Niño Dios para niños y jóvenes con discapacidades físicas y psíquicas. Actualmente acoge a unos cuarenta, entre ellos muchos musulmanes abandonados por familias a menudo muy pobres o indigentes precisamente a causa de sus discapacidades. Hoy, varios de estos chicos y chicas trabajan en el taller produciendo hostias, que luego se donan a algunas Iglesias de Tierra Santa y Jordania y a la propia Basílica de la Natividad.
"Allí, donde nació Jesús, se hacen continuamente hostias", señala Mosca Mondadori, "y son precisamente los niños con discapacidad quienes las producen". El Hogar Niño Dios es un hogar donde la gente se siente verdaderamente acogida. Y, como en todos los demás lugares donde se producen hostias, es un lugar de renacimiento".
Esto todavía es visible hoy en día donde todo comenzó: la prisión de Opera, cerca de Milán. Es aquí, de hecho, donde, con motivo del Jubileo de la Misericordia de 2015-2016, Arnoldo Mosca Mondadori tuvo la intuición de dar vida a esta iniciativa, en la que participan personas condenadas por asesinato. Ya en enero de 2016, el Papa Francisco consagró a algunos de ellos con motivo del Jubileo de los Migrantes. "La fuerza y la inmediatez de este proyecto, que ve el pan para la celebración eucarística producido por quienes en su pasado han matado, pero han seguido un auténtico camino de conversión interior y arrepentimiento", explican desde la Fundación Casa del Espíritu y de las Artes, que también cuenta en este proyecto con el apoyo de la Fundación Ennio Doris, "ha favorecido la adhesión de cientos de diócesis italianas y extranjeras, congregaciones religiosas, parroquias, monasterios, realidades cristianas y católicas, que han recibido y siguen recibiendo gratuitamente las hostias, cuya producción se cuenta ya por millones".
"El encuentro con el Papa Francisco cambió mi vida", concluye Arnoldo Mosca Mondadori. "Después de encontrarme con su luz, elegí dedicarme por completo al servicio. Lo siento como una misión. El Papa me ha conducido naturalmente por este camino. Su paz me golpea cada día y su presencia es hoy un faro para todos. Gracias al Papa Francisco, cada día derribamos los muros de la indiferencia e intentamos construir puentes".
17/12/2016 13:14