Cómo detener el islam radical en Francia
Frente a los ataques cada vez más frecuentes, no basta decir "el islam no tiene nada que ver; el islam es paz". Es necesaria una reforma del islam que reúna a la fe y la razón, la espiritualidad y los valores de la laicidad, la libertad, la igualdad. La propuesta del imán de Nîmes, vicepresidente de los imanes de Francia, para borrar el miedo y establecer la coexistencia de los musulmanes en Europa.
París (AsiaNews) - El crecimiento de los ataques terroristas de los grupos islámicos cuestiona profundamente a la élite musulmana que vive en Europa. Hocine Drouiche, de origen argelino y actual imán de Nimes, ha hecho algunas propuestas acerca de cómo hacer crecer un islam francés, respetuoso de la razón y la convivencia. El imán Drouiche es también vicepresidente de la Conferencia de los imanes de Francia. Tal vez a causa de sus posiciones, ha sufrido amenazas de los radicales. Su contribución fue presentada el 5 de octubre pasado en una conferencia de la Asamblea Nacional, titulada: “¿Cómo detener la propagación de ideologías político-religiosas radicales que amenazan a la república y al islam de Francia?”. He aquí el texto, en una traducción de AsiaNews.
Ante el multiplicarse de los atentados (y los intentos inacabados) y de la anarquía total que caracteriza la vida musulmana en Francia, surge el dilema de la cuestión del islam en Europa y en Francia, acosado por una serie de cuestiones, tales como: el papel de las mujeres, la libertad religiosa, la apostasía, el patriotismo, el intervencionismo extranjero, la posición de los judíos, la ciudadanía, el terrorismo, etc... cuestiones que aún permanecen sin respuestas convincentes o tranquilizadoras.
Por otra parte, los cambios geopolíticos relacionados con el mundo musulmán en Siria, Irak, Mali (y otros países) y las noticias del conflicto entre Israel y Hamas - dada la ausencia de una visión concreta de paz entre los dos pueblos -perturban profundamente a la realidad islámica en el seno de nuestra sociedad. El islam político, durante treinta años presente en los suburbios, siempre ha disfrutado de este clima de crisis para inculcar, en las nuevas generaciones de musulmanes, argumentos que justificasen el conflicto en el que desde hace mucho tiempo se ve reflejado el islam mundialista. Los musulmanes franceses no están obligados a seguir el modelo de política islámica nacido en el mundo árabe. Éste no se corresponde en absoluto con la vida de los musulmanes, que es una minoría en los países laicos occidentales. La población local, debilitada por la crisis económica y política, comienza a pensar que el islam,día a día, está tomando la apariencia de una invasión, incontrolable y amenazadora, especialmente después de la nueva ola de atentados. La aparición de miles de yihadistas y el descrédito del islam tradicional por parte de un nuevo islam combatiente surgido en Francia después del caso Merah [1], y, en particular después de la guerra en Siria, ha suscitado muchas vocaciones en el corazón pulsante del país, poniendo a los musulmanes frente a decisiones difíciles. Para aclarar sus posiciones y tranquilizar a los franceses la comunidad islámica debe tomar al toro por las astas y responder con claridad a algunas cuestiones importantes, tales como: entre Francia y la yihad, ¿cuál es la causa que tienen la intención de apoyar? Ante esta anarquía islámica, ¿reconocen la crisis de los musulmanes (en la estructura y los discursos de los imanes)? ¿Qué compromiso asumirán a fin de encuadrar las manifestaciones violentas dentro de la comunidad musulmana? ¿Están listos para hacer una distinción entre la religión musulmana y la ideología política islámica que aspira más que cualquier otra cosa al conflicto y al odio, en lugar de a la paz y a soluciones? ¿Estarán dispuestos a aceptar un islam francés independiente y libre contra la visión del islam político extranjero? Aceptarán una formación republicana de los imanes con el fin de evitar cualquier conflicto con el laicismo, los valores de la República y las tradiciones de la sociedad francesa? ¿Estarán dispuestos a dar respuestas claras a estas importantes preguntas anteriores, con el fin de convencer y tranquilizar a la población local? Estarán listos para reconocer la distinción entre el orden divino y el orden político, con el fin de adaptarse a la república?
Todas estas ambigüedades en el islam de Francia ofrecen un terreno fértil para los extremistas para reclutar a tantos jóvenes como sea posible y colocarlos en un camino hecho de decadencia y de odio sin cuartel, desde la calle a la mezquita y hasta las redes sociales. El Estado, que año tras año está cada vez más ausente en su rol republicano en las periferias, hoy es invitado a asumir su parte de responsabilidad en todos sus territorios. Por supuesto, la solución a la radicalización sólo puede venir desde dentro de la comunidad musulmana en Francia. Los musulmanes comienzan a percibir el peligro que representa el dejar de lado el problema del extremismo. Sólo el futuro será capaz de dar respuestas más precisas.
"El islam no es la violencia"
Las siguientes observaciones nos muestran con precisión las dificultades de la situación islámica en Francia:
1- No reconocer el problema: por lo general los imanes, predicadores y líderes religiosos islámicos creen que los musulmanes son totalmente inocentesen lo que respecta a la responsabilidad moral y religiosa de los ataques que se han producido en Francia y Europa. Pero examinemos más de cerca esta "inocencia" en las respuestas que hemos recibido de estos representantes después de cada ataque:
1- El islam no es violencia, el islam es amor y paz.
2- Estos jóvenes no tienen nada que ver con el islam o las mezquitas, ¡es como si se tratara de jóvenes católicos, budistas, judíos o ateos!
3- Todo el mundo odia al islam y a los mususulmanes, ¡estos "infieles" quieren enlodar el islam (la teoría de la conspiración)!
La mayor parte de la sociedad francesa considera estas palabras como la peor respuesta que los musulmanes pueden dar en relación a los atentados. Millones de ciudadanos, en Francia y en Europa, no comprenden la posición musulmana ante los ataques. Varios imanes se han opuesto a esta reacción, considerada débil por la mayoría social.
La realidad del islam
A) Ante todo, la realidad religiosa. Se caracteriza por:
1. Una nueva generación, que encuentra en la religión el único refugio a pesar de sus dificultades lingüísticas, jurídicas, y que no dejan de luchar por la defensa del Oumma (la nación) y de su credo.
2. Los textos religiosos escritos en el idioma original (árabe) que a veces están mal traducidos y por ende están colmados de ambigüedades. Las interpretaciones de estos textos son generalmente antiguas y contextuales. Ciertos hadiz así como algunas interpretaciones, son de una violencia consternadora y en clara contradicción con los valores humanos, la libertad, la compasión y la apertura, que normalmente están presentes en el islam.
3. Algunas opiniones religiosas que se remontan a la Edad Media, y que son enseñadas en todas las universidades e instituciones islámicas, especialmente aquellas ubicadas en los países occidentales, que aún luchan por encontrar una élite musulmana que las readapte.
4. Una debilidad de la élite musulmana, frente a una clara resistencia de la mayoría de los musulmanes por todo discurso reformista: rechazo, exclusión, intentos de descrédito, takfir, ... etc.
5. Incapacidad para formular respuestas claras, valientes y tranquilizadoras sobre la apostasía, la lapidación, la libertad religiosa, la laicidad... etc.
B) Luego está la realidad socioeconómica: la mayoría de esta población que habita en los suburbios y sufren a causa de la precariedad, la desocupación, la marginación y el fracaso escolar. Estos factores aumentan la cerrazón, la auto-exclusión y la huida hacia el “wishful thinking” o las soluciones fáciles y emocionales, que conducen a la explotación, la victimización, el odio, la desesperación y la división en la identidad de los jóvenes. Es posible notar esto en las frases que se repiten a diario en los barrios, tales como: "Nosotros no somos iguales, ellos y nosotros", "No somos amados", "Habrá una guerra civil", "Si quieres un trabajo, cambia de nombre", etc...
C) La globalización y la ausencia de una visión clara: El mundo entero está pasando por un período excepcional. ¡Parece que ya no se sabe qué rumbo tomar! Esta ambigüedad global es un reflejo del fracaso colectivo de visiones económicas y sociales. ¡Cuando ya no saben qué camino tomar, los ciudadanos están regresando a sus antiguos valores! Es decir: si no se va adelante, se retrocede de manera automática.
D) Un islam político que regula los términos con Occidente: Es un islam que emprende un discurso emotivo, globalista y populista. A menudo necesita crear conflictos y adversidades para mantener su popularidad. ¡Por lo general invierte en problemas a través de medidas populistas justificadas por la teoría de la conspiración occidental contra el islam y los musulmanes! Este discurso ha sido importado desde el mundo árabe; la comunidad islámica europea nunca lo ha cambiado, a pesar de poner a los musulmanes europeos en directo conflicto con los ciudadanos del viejo continente.
E) La debilidad de los representantes del islam en Francia. Se divide en dos niveles:
1. A nivel tecnológico: los islamistas en Francia presentan un discurso político seco, no argumentado y poco convincente. Por el contrario, el discurso emocional de algunos imanes y predicadores, generalmente sostenido por algunos versículos y Hadiz, ahora conmueve y atrae a muchos jóvenes franceses y europeos.
2. Las cuestiones [injurances] de muchos países árabes e islámicos como Argelia, Marruecos, Qatar, Arabia Saudita y Turquía son perjudiciales para las relaciones internacionales islámico-musulmanas que rigen sus conflictos políticos en Francia, utilizando el la cuestión del islam en Francia. ¡Algunos responsables [imanes] a menudo son nombrados directamente por el gobierno de estos países!
Todos estos factores influyen además en la realidad islámica en Francia. La élite musulmana ya no es independiente. El racionalismo en el seno de esta élite ha experimentado un fuerte descenso. Los franceses y otros ciudadanos europeos ya no incluyen la tímida reacción de los musulmanes contra los atentados. El islam político se encuentra en un callejón sin salida y rumores. Es decir, no condena suficientemente los atentados y ¡se queja de la islamofobia porque no puede vivir sino a través de la estrategia de confrontación y la creación de enemigos! Por otro lado, el islam pacífico (republicano, sufíes, etc...) sigue siendo débil en el terreno islámico en Francia.
Posibles respuestas
Frente a una situación de este tipo, el concepto del islam en Francia ya no encuentra ni un lugar o una definición.
1. La definición: ¡la única solución propuesta está constituida por la clausura y el retorno al pasado! El extremismo no encuentra mejor suelo para cultivar el odio y la crueldad. Delante del fracaso escolar, la marginación de los barrios, el desempleo, otros islamistas todavía continúan llevando a cabo un emotivo discurso. Este discurso, que se basa en la auto-glorificación, impide a los musulmanes encontrar el valor de la autocrítica que les permita seguir adelante.
2. La solución de la cuestión de los musulmanes en Francia sólo se puede encontrar en dos formas:
2.1 La solución baja
Esto significa que la reforma es de los propios musulmanes. No puede ser alcanzada, excepto con las siguientes condiciones:
- Reconocer la existencia de una crisis del racionalismo en el seno del islam en la forma en que ha vivido presentado en Francia y en otros lugares de Europa.
- Reconocer la existencia de una crisis entre el islam y la República.
- Encontrar el valor para rever la interpretación de ciertos versículos del Corán y algunos Hadith que no se aplican a la convivencia y a la vida en una sociedad democrática.
- Aceptar la creación de un islam de Francia (como el islam de Argelia, de Marruecos, de Arabia Saudita, de Senegal y así sucesivamente. Estas aplicaciones diferentes tienen los mismos principios del islam y las opiniones religiosas varían de un país a otro...). Esta reforma no implica un cambio en los fundamentos religiosos. Esto coincide perfectamente con los valores y el carácter laico de la república y obedece a las legítimas preocupaciones y problemas planteados por la población local con el fin de tranquilizar en merito a sus culturas, religiones y valores.
- Formar los imanes en Francia de acuerdo con un marco de valores republicanos (laicidad, libertad, igualdad... etc.)
- Disociar el islam de Francia de la globalización islamista para escapar de la lógica del conflicto y el enfrentamiento internacional para dar la bienvenida a un afrancesamiento constructivo que no pueden entregar el cambio al islam pero se niegan a usar a Francia como un campo de batalla entre las fuerzas extranjeras que se aprovechan de esta libertad en Francia y Europa.
2.2 La solución alta
Si los imanes y los interlocutores del islam no participamos en esta obra de reforma como ha sido hecho durante siglos por la Iglesia Católica, lo seremos obligados; en primer lugar por la fuerza del estado (el orden público o un concordato impuesto) y en segundo lugar por la fuerza de la sociedad. Esta solución externa será ciertamente impuesta, violenta y brutal. Como resultado, el conflicto de civilizaciones y el conflicto directo entre el islam y la sociedad local será por desgracia inevitable.
La modernización de la lectura de textos islámicos se vuelve complicada y por lo tanto existe una franja de musulmanes que reclaman una reforma muy necesaria de la religión y de ver la vida social en la era moderna con una perspectiva más adecuada. ¡El islam en Francia todavía está buscando su Martín Lutero, Calvino y Zwinglio!
En lo personal, creo que la reforma deseada sólo puede venir de dentro del islam. Por el contrario, este proceso necesita un empujón para apoyar y fomentar esta liberación del islam en Francia. Este proceso requiere las siguientes condiciones:
- La fundación de una referencia religiosa francesa competente y libre.
- La necesidad de desarmar el islam político y en conflicto de los argumentos en que se basa, y esto a través de:
a) La presencia efectiva del Estado en los suburbios con el fin de no dejar espacio a las fuerzas no republicanos.
b) Resolver los problemas políticos en Siria, Mali y Libia, así como temas históricos como la guerra de Argelia.
¿La élite musulmana es capaz de revitalizar el racionalismo musulmán y el averroísmo necesario para promover el progreso social? ¿El islam puede adaptarse con la república y en qué medida se tendrá en cuenta las tradiciones musulmanas a través de su tolerancia y flexibilidad? El islam puede coexistir como una minoría en contacto con una mayoría no musulmana? Este es ahora el gran reto del islam y de los musulmanes en Francia y en Occidente. Por supuesto, la historia no nos da experiencias similares de la que extraer o copiar. La élite musulmana es la único que podría responder a este desafío histórico. Sólo el futuro será capaz de dar respuestas concretas a estas importantes preguntas, respuestas que diseñará el nuevo mapa social de Francia.
Hocine Drouiche
[1] ataques en Toulouse y Montauban, 2012 (nota del editor)
17/12/2016 13:14
23/12/2015
29/08/2020 11:22