Bryan, el filántropo de Karachi que crea armonía entre las religiones sirviendo a los pobres

de Shafique Khokhar

Desde hace meses un católico de Karachi reúne a amigos de todas las confesiones religiosas en la iglesia del Ejército de Salvación para distribuir alimentos a los jornaleros que sufren las consecuencias de la panedmia. Una de las personas que recibió ayuda explicó: “Este lugar es diferente a otros centros, porque atienden a todos con respeto y con una sonrisa”.

Bryan Everest Benedict es un filántropo católico de Karachi que trabaja para crear armonía entre las distintas comunidades religiosas a través del servicio a los más necesitados, sin discriminación de credo, raza o color. Comenzó a entregar comida a los pobres hace cinco meses.

Bryan ya se había puesto al servicio de los más necesitados a través de la JDC -una organización musulmana- cuando comenzó la emergencia del covid-19, y siguió haciéndolo durante el mes sagrado del Ramadán, abriendo espacios de encuentro en los corazones y promoviendo la armonía en la diversidad dentro de la sociedad.

Ahora ha organizado un equipo de voluntarios y donantes en el que participan protestantes y católicos, pero también sus amigos musulmanes, sijs e hindúes. Distribuyen alimentos en la iglesia del Ejército de Salvación, en la populosa zona de Saddar, en Karachi. La distribución se realiza a hombres y mujeres por separado: cada semana alimentan entre 300 y 400 personas sin discriminación. Bryan explica que lo entristece ver que hay cada vez más personas que acuden para recibir ayuda y ellos no tienen suficiente comida para todos, pero también está agradecido con todos los que donan alimentos y abren su corazón a los que luchan por sobrevivir.

La mayoría de las personas que ellos ayudan emigraron a Karachi para trabajar como jornaleros y ganar dinero para mantener a sus familias que quedaron en las aldeas más remotas. Muhammad Arif duerme en la calle porque no tiene techo y todos los viernes y sábados espera delante de los portones para recibir su comida. “Este lugar es diferente a otros centros donde reparten comida -dice- porque a todos se les atiende con respeto y con una sonrisa”.

Bryan siempre les pide a sus amigos que traigan comida, agua y vajilla en vez de dinero. Asegura de que todo lo que recibe se usa responsablemente como un regalo de Dios. Zaiba Bhukhtiar, una conocida actriz musulmana pakistaní, también forma parte del grupo. Zaiba declaró que se sentía orgullosa y feliz de servir a los pobres ofreciéndoles personalmente un plato de comida. “Solo somos mediadores de la bendición de Dios para estas personas”, afirmó.