Ben Gvir enardece a los religiosos: 'Recé en la Explanada, el status quo ha cambiado'
Precisamente cuando Netanyahu se encuentra en Washington, el ultraderechista ministro de Seguridad alienta a los nacionalistas israelíes para que acudan a rezar públicamente al "Monte del Templo", donde hoy se levanta la mezquita de Al Aqsa. La policía confirma que “No tienen autorización”. Los mismos líderes religiosos ultraortodoxos están en contra. Como telón de fondo, la presión para incorporarse al gabinete de guerra.
Jerusalén (AsiaNews/Agencias) - Benjamin Netanyahu apuesta todo al discurso de esta tarde ante el Congreso. El primer ministro israelí se encuentra en Washington para defender sus posiciones sobre la guerra en Gaza ante el presidente Joe Biden, pero también ante Kamala Harris y Donald Trump. Mientras tanto, sin embargo, llega en estas horas desde Jerusalén un nuevo desafío al alcance real de su liderazgo en Israel proveniente de Itamar Ben Gvir, Ministro de Seguridad Interior y líder de la extrema derecha en la frágil coalición de gobierno.
En un post publicado en X y en un discurso ante un grupo de simpatizantes, Ben Gvir declaró públicamente que había rezado durante una visita que realizó la semana pasada (escoltado por la policía) al Monte del Templo, la explanada en el corazón de Jerusalén donde en un tiempo se encontraba el lugar más sagrado de los judíos y hoy se levanta la mezquita de Al Aqsa, el lugar de la Ciudad Santa más venerado por el Islam. En el delicadísimo juego de equilibrios en el que se basa la convivencia en Jerusalén desde que Israel asumió el control total en 1967, las reglas del "status quo" - que el propio Moshe Dayan ordenó respetar - establecen que los judíos que lo deseen pueden visitar la explanada en determinados horarios, pero sin hacer ningún gesto ostentoso de oración. Precisamente esta prescripción es la que Ben Gvir ha puesto en entredicho con una nueva demostración de fuerza.
Ya el mes pasado el Ministro de Seguridad Pública declaró que, en lo que a él concierne, la oración judía ahora está permitida en el “Monte del Templo”, lo que provocó una rápida reacción de la oficina de Netanyahu, que se apresuró a declarar que el status quo no había cambiado. Ben Gvir, sin embargo, mantiene sus posiciones: “Recé en el Monte del Templo y estamos rezando en el Monte del Templo - reiteró hoy -. Formo parte de la clase política y la clase política permite la oración judía en el Monte del Templo".
Un enfoque de este tipo sería una chispa más en el polvorín de las relaciones con la población musulmana de Jerusalén. Pero las reacciones más indignadas a las declaraciones del ministro que lidera el ala más extremista del gobierno de Netanyahu provinieron del propio mundo religioso judío. Contrariamente a lo que afirman los nacionalistas, en efecto, el Gran Rabinato ortodoxo dice que los judíos no deben entrar en absoluto en el recinto, para no correr el riesgo de pisar "el Santo de los Santos", la parte más sagrada del Templo, cuyas ruinas podrían encontrarse bajo la explanada.
El ministro del Interior, Moshe Arbel - que es un político ultraortodoxo - declaró hoy en la Knesset que "la gran blasfemia cometida no puede pasar desapercibida", y expresó su "protesta" por el comportamiento de Ben Gvir. "Pido al primer ministro que no permita que cambie el status quo en el Monte del Templo y, si hay cambios, que cierre el Monte del Templo a los judíos", dijo Moshe Gafni, presidente de Degel Hatorah, otro de los partidos religiosos judíos. Por su parte Eyal Avraham, comandante de la Unidad de Lugares Sagrados de la policía israelí (que depende de Ben Gvir), también reiteró en un vídeo publicado en el sitio de información israelí Walla que "la oración judía no está permitida en el monte del Templo".
El estallido religioso de Ben Gvir se produce - no por casualidad - en momentos de fuerte enfrentamiento político en el gobierno de Netanyahu en relación con el gabinete de guerra, al que el Ministro de Seguridad Interior está presionando para ingresar tras la salida de Benny Gantz del Ejecutivo. El ministro de Defensa Yoav Gallant se opone firmemente a esta posibilidad. Lo ocurrido en el Monte del Templo parecería ser, por tanto, una nueva señal identitaria en un gobierno sacudido por profundas tensiones. Donde con el apoyo de sólo 64 de los 120 diputados de la Knesset, cualquier fuerza política puede ahora mantener en jaque al primer ministro.
17/12/2016 13:14
03/01/2023 10:55