Beirut: la «nueva era» de Aoun y la caída de otro peón en el tablero iraní

de Fady Noun

El nuevo presidente habla de una nueva página en la historia de Líbano y de «respeto a la Constitución». Un nombramiento bien recibido por la comunidad internacional, también por Tel Aviv y Teherán. Un militar para dar carpetazo a la desastrosa guerra entre Hezbolá e Israel y a los 26 meses de vacío institucional.

Beirut (AsiaNews) - Su discurso de investidura dibujó, a contraluz, el retrato de una República en decadencia que sólo un milagro político podría salvar. Y este «milagro» se ha hecho realidad. Respondiendo implícitamente a la teoría del estado de necesidad conocida del derecho francés, según la cual «la necesidad hace la ley», el parlamento libanés eligió ayer al comandante en jefe del ejército, el general Joseph Aoun, para la presidencia de la República. Un nombramiento para este alto oficial de 61 años [hoy es su cumpleaños, ed.] en abierta violación del artículo 49 de la Constitución, que prohíbe a los oficiales de primer rango acceder al cargo a menos que hayan dimitido durante al menos dos años.

Sin embargo, para sacar al Líbano de una desastrosa guerra de 13 meses entre Hezbolá e Israel, y desbloquear un estancamiento político que duraba ya 26 meses, hacía falta un soldado, y no un soldado cualquiera: un soldado calificado de «testarudo» pero también de sensible, que no olvida que la paga de un soldado raso ha caído a menos de 100 dólares al mes, debido al saqueo del Tesoro y a un agujero de 70.000 millones de dólares, cuya pérdida se ha repercutido en los ahorradores.

Por supuesto, también hubo que pagar un precio por este ajuste de la trayectoria: desde ayer, Líbano está «bajo tutela», como declaró ayer el líder del partido Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, durante un programa de televisión dirigido al gran público. La diputada Paula Yacoubian incluso aventuró la expresión «golpe blanco» para describir lo ocurrido en las últimas horas. Pero 'el fin justifica los medios'.

La «protección» de la que habla Geagea se presenta, por supuesto, como «ayuda internacional de carácter amistoso». Una contribución indispensable tras unas largas vacaciones presidenciales impuestas por el 'tándem chií'; a lo que se suma una guerra que ha diezmado el mando de Hezbolá y puesto de rodillas al País de los Cedros, con la destrucción de 200 mil viviendas, el desplazamiento interno de más de un millón de libaneses, más de 5 mil muertos y 20 mil heridos.

Al fin y al cabo, con la elección de Michel Aoun como presidente, ha «comenzado» una nueva era y ha caído un peón más en el hasta ahora tablero iraní; este último acontecimiento se produce tras la elección de Donald Trump a la Casa Blanca, el acuerdo de alto el fuego en el sur de Líbano el 27 de noviembre y el colapso del régimen del dictador Bashar al Assad en Siria. Ahora, el país del cedro ya no está bajo el yugo de la influencia de Teherán -que sigue siendo fuerte en su interior-, sino bajo el control conjunto de Estados Unidos, Francia y Arabia Saudí. Esta última es esencial para reconstruir lo que Israel destruyó y sigue destruyendo en el sur, así como en los suburbios de Beirut y en la región de Baalbeck, en la Bekaa.

Inmenso alivio

La población libanesa acogió con «inmenso alivio» este punto de inflexión, viendo en directo por televisión la sesión parlamentaria y la elección del general Joseph Aoun con 99 de 128 votos. Un nombramiento posible gracias al acuerdo sobre la candidatura del tándem chií, que volvió a la razón y aceptó la elección de una personalidad que ha hecho grandes esfuerzos en el pasado para desarmar y reservar el monopolio de la fuerza armada sólo al Estado libanés.

En su discurso de investidura, pronunciado con voz fuerte y decidida, y calificado de histórico por la prensa libanesa, el nuevo jefe de Estado aseguró que convocaría un debate sobre la «estrategia de defensa nacional», tal y como reclamaba Hezbolá. Sin embargo, no mencionó el término «resistencia», ni el famoso tríptico «ejército-pueblo-resistencia». En su opinión, «sólo el Estado libanés tiene derecho a librar una guerra contra Israel». Ningún presidente había dicho esto antes. Para gran satisfacción del patriarca maronita, según informan a AsiaNews fuentes eclesiásticas, el nuevo jefe del Estado ha prometido que el Líbano respetará en adelante el principio de «neutralidad positiva» en sus relaciones exteriores. Un valor, este último, incansablemente defendido en los últimos años por el card. Beshara Raï, contraponiéndolo enérgicamente a la política de ejes y alianzas, precursora de divisiones.

El discurso se pronunció en presencia de toda la comunidad diplomática libanesa, sentada en el balcón del hemiciclo, en particular del enviado del presidente francés Emmanuel Macron, Jean-Yves Le Drian. Este último pudo por fin saborear el feliz resultado de dos años de esfuerzos para salir de la crisis. Con él estaba un estrecho colaborador del jefe de la diplomacia saudí, Yazid Ben Farhan, que había gestionado los últimos contactos febriles antes de la votación. En cambio, el enviado estadounidense Amos Hochstein había visitado Beirut dos días antes.

Respeto a la Constitución

«Mi mandato se situará bajo el principio del respeto a la Constitución», amonestó el nuevo presidente, palabras que fueron seguidas por un largo y caluroso aplauso de los presentes que resonó en todo el hemiciclo. Me siento honrado -continuó- de ser el primer Presidente de la República tras la conmemoración del centenario del Estado del Gran Líbano, en un momento en que un terremoto acaba de sacudir la región, sacudiendo alianzas y derribando regímenes. Las fronteras están destinadas a cambiar. Sin embargo, el Líbano ha permanecido tal como es, a pesar de las guerras, los atentados, las intervenciones (en asuntos internos), las agresiones, los objetivos y la mala gestión de nuestras crisis», declaró el nuevo Jefe de Estado, y añadió: »Nos enfrentamos a una crisis de gobernanza que exige un cambio de comportamiento político, para preservar nuestra seguridad y nuestras fronteras. Un cambio en las políticas económicas, en la gestión de los asuntos sociales, en el concepto de democracia, en la imagen de Líbano en el extranjero, en nuestras relaciones con la diáspora, en los principios de responsabilidad y control [...]. Es una crisis de gobernanza y de los gobernantes, de leyes que no se aplican o se aplican mal, se interpretan mal y se formulan mal».

Islas de ilegalidad

"Hoy se abre una nueva etapa en la historia de Líbano", prosiguió el presidente electo, comprometido desde el principio con la protección de las libertades individuales y colectivas. Uno tras otro, sus compromisos manifiestos iban en el mismo sentido. Joseph Aoun insistió en el respeto de la ley y en que «ya no es posible, a este nivel, practicar una política de doble rasero». «Basta de mafias, de islas de ilegalidad, de contrabando, de blanqueo de dinero, de injerencias en los asuntos de la justicia y de la policía. Basta de protectorado e inmunidad para los delincuentes, los corruptos y los malhechores», dijo, antes de comprometerse a “trabajar con el nuevo Gobierno para aprobar un nuevo proyecto de ley sobre la independencia del poder judicial”. A esto se añade la urgencia de realizar los nombramientos judiciales que habían sido bloqueados por su predecesor y homónimo Michel Aoun.

El homenaje de Teherán y Tel Aviv

El nombramiento de Joseph Aoun como jefe de Estado fue acogido con satisfacción por toda la comunidad internacional, incluidos Teherán y Tel Aviv. Felicito a Líbano por la elección de un nuevo presidente tras una larga crisis política. Espero que esta elección contribuya a la estabilidad, a un futuro mejor para Líbano y su pueblo y a las buenas relaciones entre vecinos», escribió el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, en un mensaje en X (antes Twitter). Finalmente, el nuevo presidente prometió convocar sin más demora consultas parlamentarias vinculantes para el nombramiento de un jefe de gobierno. Un ejecutivo «que será un socio y no un rival», subrayando la importancia de «la competencia y no el clientelismo y el sectarismo» en la selección de funcionarios. En este sentido, ya se ha acordado que las consultas comiencen la próxima semana.