Beirut dicta cuarentena estricta para detener la escalada de casos de Covid
En comparación con los siete días anteriores, se registró un pico de contagios con un incremento del 70%. Los expertos atribuyen esto a la atmósfera relajada de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Los cierres y las restricciones seguirán vigentes hasta el 25 de enero, mientras se aguarda la campaña de vacunación. Asalto de supermercados y farmacias. Dudas sobre el cumplimiento de las disposiciones, especialmente en las zonas más pobres.
Beirut (AsiaNews) - Abrumado por el crecimiento exponencial de la curva de contagios de Covid-19, el Líbano entró hoy en un nuevo confinamiento obligatorio general, que regirá del 14 al 25 de enero. Con la excepción de ciertas categorías profesionales que estarán exentas, será necesario tener un permiso de circulación, ya sea para ir a comprar pan, como para pasear al perro, para ir a la farmacia o para recibir a un viajero. De hecho, debido a la flexibilización de las restricciones durante las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, el número promedio de contagios diarios ha aumentado de 1500 a más de 4500 en apenas pocos días. Según las estimaciones de la Agence France-Presse (AFP), el número de casos tuvo un aumento del 70% en comparación con los siete días anteriores. El país hoy se encuentra entre los Estados en los que la pandemia se está extendiendo con mayor rapidez, después de Portugal (+73%), Nigeria (+77%) e Irlanda (+190%).
El aeropuerto internacional Rafic Hariri está excluido del bloqueo general. Sin embargo, la aerolínea de bandera Middle East Airlines (MEA) publicó ayer una lista de condiciones que todos los pasajeros deberán cumplir para poder ingresar al Líbano durante este período. Además, el flujo de viajeros se reducirá hasta un 20% en comparación con el promedio registrado en condiciones normales.
En vísperas del cierre del país, el saldo de muertos de Covid-19 ha seguido aumentando, con cerca de 30 decesos diarios en los hospitales, sin contar las "muertes silenciosas" en los domicilios de particulares.
Con el creciente número de personas infectadas, es cada vez más evidente la necesidad de detener el ritmo para que hospitales, trabajadores de la salud y médicos puedan afrontar la onda expansiva. Por otro lado, esto permitiría que los pacientes que acuden a una unidad de cuidados intensivos -más de cuarenta en uno de los principales hospitales de la capital- reciban a tiempo el tratamiento que podría salvarles la vida.
Ante la preocupante proliferación de casos y la perspectiva de un bloqueo general, la población se ha lanzado en los últimos días a una verdadera carrera de compras, asaltando y vaciando los estantes de los supermercados y las farmacias. Estas compras se han extendido también a los respiradores de oxígeno, que ya no se encuentran en el mercado, y cuya disponibilidad es esencial para las personas infectadas que reciben tratamiento domiciliario.
Pese a lo sombrío del contexto, hay un rayo de luz y esperanza: la Cámara de Diputados se reúne mañana, viernes 15 de enero, para votar una ley que allana el camino para la importación de vacunas contra el Covid-19 y garantiza la inmunidad a los laboratorios llamados a administrarlas, en caso de efectos secundarios relacionados con su inoculación.
La campaña de vacunación, planificada en fases trimestrales, debería comenzar a mediados de febrero con 2,1 millones de dosis de la vacuna Pfizer. Por su parte, el presidente de la Asociación Médica insta a las autoridades a que aprueben rápidamente la importación de vacunas para quienes trabajan en el sector privado. El directivo rindió un sentido homenaje a la profesión médica en el mismo día en que el Ministro de Salud Hamad Hassan entró en cuarentena luego de que tres miembros de su gabinete se contagiaran.
¿Será efectiva esta cuarentena? Todo dependerá de la seriedad y el rigor con que se imponga, teniendo en cuenta también la existencia de focos de pobreza en los que la seguridad alimentaria prevalece sobre los riesgos para la salud. En efecto, el peso de la pandemia se superpuso con dos crisis preexistentes: la caída libre de la moneda nacional, que ha dejado a más de la mitad de la población en la pobreza, y las consecuencias de la devastadora doble explosión del 4 de agosto pasado en el puerto de Beirut.
En cualquier caso, las Iglesias Católicas del Líbano - aunque no lo anunciaron de forma explícita - coincidirán con la opinión del Vaticano, según la cual los cristianos tienen "el deber moral" de vacunarse. Así lo confirmó a AsiaNews una fuente eclesiástica autorizada a hablar con la prensa, y es con este espíritu que el patriarca y los obispos maronitas se preparan para la llegada de las vacunas al Líbano, prevista para febrero.