Beirut, patriarca maronita: se necesita un presidente 'libre e independiente de afiliaciones'
La batalla para elegir un nuevo jefe de Estado entra en una nueva fase. El tándem chiita vuelve a impulsar la candidatura de Frangié. Entre bastidores, los principales actores regionales e internacionales se mueven para encontrar una candidatura común. Desde Bkerké hay contactos con las distintas facciones cristianas para tratar de encontrar un nombre común. A la espera de una nueva convocatoria de la Cámara.
Beirut (AsiaNews) - La larga batalla para elegir un nuevo presidente de la República Libanesa, cuyo cargo está vacante desde noviembre pasado, entró en una nueva fase en los últimos días, marcada por un doble anuncio. El apoyo explícito del tándem chiita Amal-Hezbollah a la candidatura del exministro Sleiman Frangié (57), próximo a Siria y con vínculos personales con el presidente Bashar al-Assad, y la decisión del patriarca maronita Beshara Raï de apostar por un nombre "desvinculado de cualquier afiliación". Esta posición le lleva a rechazar la candidatura de Frangié, que también es blanco de la abierta hostilidad de las dos principales formaciones cristianas, las Fuerzas Libanesas y el Movimiento Patriótico Libre.
Sin embargo, a pesar del apoyo a Frangié, quien reivindica su imparcialidad ante al endurecimiento del frente cristiano -que ha hecho duras declaraciones en su contra-, el frente proiraní ha dejado abierta la puerta a una candidatura de compromiso. Una apertura que deja margen de maniobra pese a las amenazas de "divorcio" de Sami Gemayel, líder de Kataëb, y que alimenta la esperanza de ver elegido un presidente antes del verano.
"Lamentablemente -explicó el cardenal- la elección de un presidente choca con el desacuerdo sobre su pertenencia" tanto a la "moumanaa" (Hezbolá y movimientos satélite), como a la "facción soberanista" formada por partidos y diputados hostiles al bloque pro-Teherán y su milicia. “La única solución es, por tanto -añadió-, salir de este esquema y elegir un jefe de Estado libre de cualquier vínculo, filiación, campo o eje de alianzas”. La posición del patriarca maronita (y la relajación verbal de Hezbolá) debería poner nuevamente en marcha un proceso electoral que lleva más de cuatro meses completamente bloqueado y abrirlo, conduciéndolo hacia “una tercera vía”.
En efecto, desde que terminó el mandato de Michel Aoun el 31 de octubre de 2022, los diputados, profundamente divididos entre ellos, no han podido nombrar un sucesor, y ningún campo cuenta con una mayoría clara en la Cámara para imponer su candidato. Complica el panorama la posición, a veces contradictoria, de una "bancada blanda" compuesta por diputados sunitas en desbandada desde que Saad Hariri se retiró de la política, y un grupo multiconfesional de unos quince diputados vinculados a la revuelta de octubre de 2019. Geagea, referente de Fuerzas Libanesas, también usó el arma del boicot, amenazando con impedir que se alcance el quórum de 86 votos sobre 128 diputados que hace válida la elección de Frangié, si el partido chiíta consigue los 65 votos necesarios para la victoria en la segunda vuelta, como establece la Constitución.
Actores regionales e internacionales
La batalla presidencial también se caracteriza por un componente regional e internacional. Al menos cuatro países, cuyos representantes se reunieron el pasado 6 de febrero en París, tienen voz en este capítulo: Estados Unidos y Francia en la orilla occidental, e Irán y Arabia Saudita en la oriental. Además, algunos diplomáticos bien informados también incluyen en el juego a Egipto y Qatar.
De hecho, resulta significativo que al día siguiente de las declaraciones del patriarca maronita, el representante de uno de estos “grandes electores”, el embajador saudita Walid Boukhari, iniciara precisamente desde Bkerké una nueva gira de conversaciones con personalidades implicadas en las elecciones presidenciales. Él se ha declarado "cercano a las posiciones" del cardenal, pero evitó dar nombres o interferir en las candidaturas. La embajadora de Francia, Anne Grillo, se sumó ayer a este nuevo "vals diplomático" visitando al presidente de la Cámara.
Cabe también señalar que, en el contexto de los intentos realizados para romper el inmovilismo, el jefe de la Iglesia maronita ha encargado a Mons. Antoine Bou Najm, arzobispo maronita de Antelias, que pida a las personalidades cristianas interesadas que elaboren una lista de candidatos presidenciales aprobados. Su objetivo es que en estas listas surjan nombres comunes. Entre las personalidades que podrían contar con una base de consenso común en esta nueva forma de consulta se encuentran los ex ministros Roger Dib y Ziyad Baroud. Por último, en el plano legislativo, el Presidente de la Cámara espera el resultado de estas nuevas consultas para convocar una nueva sesión de la Cámara con el fin de llevar a cabo la votación.
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