Bangkok, la batalla de una madre contra los ritos de 'iniciación' violentos en la universidad

de Steve Suwannarat

Pide justicia para su hijo Veeraphan Tamklang, que murió el año pasado tras una golpiza en el campus, y pone en evidencia las lagunas en las investigaciones policiales de este tipo de violencia cuyos autores son muchas veces miembros de familias de alto rango.

Bangkok (AsiaNews)- La batalla de una madre que perdió a su hijo está poniendo en evidencia en Tailandia la violencia de los “rituales de iniciación” a los que son sometidos los nuevos estudiantes en las universidades y academias militares. Veeraphan Tamklang murió en mayo de 2021 después de una semana en el hospital donde estuvo internado por una embolia pulmonar, provocada por la agresión de decenas de compañeros en el campus de la Universidad Tecnológica de Rajamangala en Tawan-ok, no lejos de la capital Bangkok. .

Su madre, Manasnan Tamklang, de 59 años, que vive en el noreste del país, decidió no abandonar la investigación y no solo puso en evidencia por todos los medios la cautela de la policía a la hora de buscar a los culpables, sino que también llamó la atención de la opinión pública sobre un tema muy discutido en las redes sociales, que afecta tanto a los niveles superiores de educación como a las academias militares, del que son víctimas los nuevos matriculados y reclutas.

Manasnan teme que los retrasos y negligencias de los investigadores dejen caer el caso en el olvido y por enésima vez quede impue un crimen injustificable. No es una posibilidad remota, porque en muchas oportunidades la policía no habría completado las investigaciones cuando encuentra miembros de familias de alto rango entre los presuntos culpables. Pero ahora - en un contexto donde las autoridades civiles y militares están sometidas a la presión de la opinión pública por la falta de resultados, sumado a la represión de la disidencia, los abusos contra los derechos humanos y la censura-, resulta aún más evidente que los responsables del orden público, extraordinariamente eficaces para perseguir a los particulares que aún pacíficamente expresan su disidencia, siguen aplicando la ley de forma selectiva.

Esta misma situación se puso de manifiesto con otro crimen, el de Padyos Chonpak, de 19 años, quien fue víctima de un ritual de iniciación al comienzo del año académico en el campus Nakhon Ratchasima de la Universidad Tecnológica de Rajamangala. Brutalmente golpeado en una plantación cerca de la universidad, el joven murió el 13 de marzo. En este caso, siete de los estudiantes implicados confesaron y fueron imputados por la agresión, pero fracasó el intento de sus familias de convencer al padre de la víctima de que retirara los cargos a cambio de una indemnización equivalente a 13 mil euros.