Bago, 200 budistas atacaron una mezquita. Minoría musulmana en el miedo
La turba enfurecida destruyó parte del edificio y dañó el cementerio islámico. Las familias musulmanas se han refugiado en los cuarteles de policía. Desde ayer, Aung San Suu Kyi está en Tailandia. Entre los temas de discusión, la situación de los musulmanes rohingya en campos de refugiados.
Yangon (AsiaNews / Agencias) - En la noche un grupo de 200 budistas irrumpieron en la mezquita de Thuye Tha Mein, pueblo de la provincia de Bago (justo al norte de Yangon) destruyendo una parte del edificio y las vallas del cementerio musulmán adyacente. Decenas de familias musulmanas se vieron obligadas a buscar refugio en la comisaría para escapar así de la violencia. La comunidad musulmana está viviendo con el temor de nuevas represalias.
El ataque fue causado por una disputa surgida ayer entre algunos vecinos a raíz de la construcción de una escuela islámica. Hla Tint, el administrador del pueblo, dijo: "Todo empezó con un hombre musulmán y una mujer budista que discutían. Luego llegaron personas para golpear al hombre".
Cerca de 70 personas, entre ellas mujeres y niños, buscaron refugio en los cuarteles de la policía. Tin Shwe OO, de 29 años, dice: "Hemos tenido que ocultarnos porque amenazaban con matar a los musulmanes. Esta situación no había sido vista nunca antes. No voy a correr el riesgo de quedarme en mi casa. Por la seguridad de mi familia y mía, fuimos a la estación de policía para pasar allí la noche".
El episodio es una señal de la creciente tensión que reina en el país entre la mayoría budista de etnia birmana y la minoría musulmana. Desde 2012, Myanmar ha sido escenario de una larga serie de episodios de violencia sectaria que han dejado al menos 300 muertos y 140.000 desplazados, la mayoría de ellos musulmanes rohingya del Estado de Rakhine. Ellos, inmigrantes de Bangladesh, no se consideran ciudadanos birmanos, y muchos de ellos viven en aislamiento, encerrados en campos de refugiados. Cada año, de a miles, intentan huir a otros países del sudeste asiático.
Los nacionalistas birmanos - y a la vanguardia, los monjes budistas de Ba Tha - critican ferozmente el uso del término "rohingya", pidiendo que se los llame "bengalí", subrayando implícitamente su naturaleza de inmigrantes irregulares.
Garantizar la paz interna y el respeto de todas las religiones es uno de los mayores retos del nuevo gobierno de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), cuyo canciller, Aung San Suu Kyi, ha sido criticado en reiteradas oportunidades por no defender suficientemente a los rohingya. Hace unos días, el Dalai Lama ha afirmado que la Señora “debería hablar más abiertamente” de las dificultades de la minoría musulmana.
La Premio Nobel de la Paz está desde ayer en Tailandia para una visita de tres días. Hoy se reunirá con el presidente Payut Chan-o-cha, y firmará un pacto para facilitar la regularización de los trabajadores birmanos inmigrantes en el país de los elefantes. Ayer en Mahachai (cerca de Bangkok), miles de personas, haciendo caso omiso de la lluvia, la saluron animadamente a su llegada. La líder demócrata pudo dirigir un discurso a 500 trabajadores migrantes. Otro tema importante a discutir con la junta militar tailandesa, es la condición de los 100.000 refugiados de Myanmar - en su mayoría rohingya que huyen de la persecución - que viven en nueve campos de refugiados situados en la frontera entre los dos países.
Pero Kout Shwe, trabajador de la industria del acero, dijo: "Esperamos que [Aung San Suu Kyi] ejerza presión sobre el gobierno de Tailandia para que éste tenga compasión de nosotros".
17/12/2016 13:14
07/05/2021 14:49