Baby boom y envejecimiento: las dos caras del crecimiento demográfico de la India
La población de la India puede haber superado ya a la de China. Sin embargo, existen profundas diferencias entre las zonas urbanas y rurales, y entre el norte y el sur del país. Los principales desafíos son la presión sobre las infraestructuras de las metrópolis y la creación de puestos de trabajo para los jóvenes.
Milán (AsiaNews) - Incluso antes de que China admitiera el declive de su población, las proyecciones demográficas elaboradas por las Naciones Unidas en julio del año pasado anticipaban que la India superaría a China en 2023. La India ha pasado de 450 millones de habitantes en 1960 a más de 1.400 millones en la actualidad: un crecimiento rápido, desigual y con una ligera desaceleración en los últimos años. De una tasa de fecundidad de 5,9 en 1960 pasó a 2,24 en 2020, con enormes diferencias entre las zonas rurales y urbanas, y entre el norte y el sur del país.
Por eso los expertos no prevén para la India la misma contracción demográfica que para China. Por el contrario, la Comisión Nacional para la Población de Delhi pronostica un aumento a 1.520 millones de personas para 2036, mientras que Naciones Unidas estima que el pico será en 2064 con 1.700 millones de habitantes.
Es necesario señalar, sin embargo, que hay una gran incertidumbre en cuanto a la recolección de datos en la India. El censo se realiza cada 10 años y el último, previsto para 2021, fue aplazado por el gobierno a una fecha que todavía no se ha fijado. Por eso muchos observadores internacionales creen que es posible que la población india ya haya superado a la china.
No obstante, sí se puede decir con certeza que hoy la India es el país con mayor número de nacimientos del mundo: 24 millones al año según la ONU. En comparación con el pasado, cada vez nacen más niños en megaciudades como Mumbai, que tiene 22 millones de habitantes, de los cuales el 40% vive en barrios marginales. La migración hacia las ciudades será uno de los elementos que más marcarán la evolución demográfica de los próximos años, sometiendo a las infraestructuras de las ciudades a una tensión sin precedentes, pese a que, en comparación con las zonas rurales, las tasas de fecundidad urbana ya han empezado a descender. Los datos del gobierno indican que en este momento cerca de un tercio de la población vive en áreas urbanas, pero para el 2030 el porcentaje subirá al 40%. Ya en la actualidad las mujeres de las metrópolis tienen menos hijos que las familias del campo, lo que se traduce en diferentes tasas de fecundidad: 2,4 en el campo frente a 1,7 en las ciudades (según datos de 2017).
Esa brecha también se refleja entre el norte del país, en su mayor parte aún subdesarrollado, y el sur, más rico y progresista, donde el crecimiento de la población se está desacelerando. Algunos comentaristas consideran que la India podría incluso tener que hacer frente simultáneamente a problemas relacionados con un baby boom y el envejecimiento de la población. En efecto, se estima que en los próximos 15 años un hombre del estado sureño de Tamil Nadu será en promedio 12 años mayor que un habitante de Bihar.
En la próxima década, un tercio del aumento de la población dependerá de solo dos estados del norte, Bihar y Uttar Pradesh. En Bihar, una mujer todavía da a luz tres o más hijos, mientras que la estabilidad demográfica, definida por una tasa de fertilidad de 2,1, recién debería alcanzarse en 2039, un nivel al que Kerala, uno de los Estados más desarrollados del país, llegó en 1998.
Lo que todos se preguntan es si el gobierno indio podrá hacer frente a los desafíos que plantea un crecimiento tan rápido y desigual: la edad promedio en la India es de 28,4 años, la participación femenina en la fuerza laboral era solo del 19% en 2021, mientras que el desempleo juvenil está atascado en el 23%. Los porcentajes parecen bajos, pero se traducen en números enormes en términos absolutos: en Uttar Pradesh, por ejemplo, donde la edad media es de 20 años, hay 3,4 millones de desocupados menores de 25 años. Para incorporar a las nuevas generaciones al mercado del trabajo, la India debería crear un mínimo de 90 millones de empleos no relacionados con la agricultura (sector en el que trabaja el 45% de la población) de aquí a 2030.
Las próximas décadas se presentan, entonces, como una gran oportunidad para la economía india, pero si el gobierno indio no es capaz de abordar los problemas asociados a un crecimiento tan rápido y desigual, el boom demográfico de la India podría convertirse en una catástrofe.
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