Búsquedas, detenciones, expulsiones: el drama de los emigrantes tayikos en Rusia

de Vladimir Rozanskij

30 años después de su independencia, Dusambé sigue sin crear mecanismos de defensa para sus conciudadanos en el extranjero. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, ha aumentado la "presión" sobre los emigrantes tayikos en la Federación Rusa. Se pide una "amnistía migratoria" para evitar expulsiones como la de Anis, que acabó en una redada policial en Moscú.

Moscú (AsiaNews) - En Rusia continúan las penurias para los emigrantes centroasiáticos, especialmente los procedentes de Tayikistán, con noticias casi diarias de redadas policiales contra ellos, con registros, detenciones y expulsiones. Sin embargo, la emigración laboral a Rusia sigue siendo uno de los factores más importantes de la economía centroasiática y para los propios rusos; y, al mismo tiempo, el más delicado por las dificultades y humillaciones que conlleva. En treinta años de independencia, Tayikistán no ha diversificado suficientemente sus mecanismos de migración, creando sistemas para defender sus recursos laborales en el extranjero.

Una investigación de Radio Ozodi intentó recoger los testimonios de los afectados, como el de Anis (nombre ficticio), de 37 años, que lleva 17 viviendo la vida de un emigrante laboral como fontanero. A principios de año acabó en una redada policial en Moscú, para ser repatriado tras su detención. "Tengo tres hijos que mantener, por no hablar de mis padres, hermanos y hermanas a los que ayudo económicamente, y no he podido obtener la ciudadanía rusa en todos estos años porque no me quedaba dinero para sobornos que repartir... Ahora mi familia y yo nos hemos quedado sin sustento", afirma.

En el último año, la presión sobre los emigrantes tayikos ha aumentado mucho en Rusia, como nunca antes, acompañada de la retórica "migrantofóbica" de políticos y medios de comunicación en el contexto cada vez más radical de la "guerra de civilizaciones". Los tayikos se encuentran en grandes dificultades sobre todo porque, como dice casi todo el mundo, "no podemos contar con las autoridades de Dusambé".

Según las estadísticas de los últimos años, las transferencias de dinero de los emigrantes representan alrededor del 40% del PIB de Tayikistán, alcanzando la cifra récord de 3.200 millones de dólares en 2022. Las transferencias de Rusia y otros países son la única garantía de solvencia para la mayoría de las familias tayikas, apoyan el desarrollo del comercio interior y de todo el sistema bancario, y salvan a la población de descender al nivel más bajo de pobreza.

El activista y político Farkhod Odinaev, emigrante económico durante años, se queja de que "las actividades del Gobierno y, especialmente, de la embajada tayika en Rusia son totalmente ineficaces". Se queja de que "deja a nuestros compatriotas a merced de todo tipo de abusos, mientras que otros gobiernos de la región al menos intentan defender a los suyos". Si no se defiende a los trabajadores en los asuntos más corrientes, añade, tanto más cuando "se encienden campañas masivas contra los emigrantes, inspiradas desde arriba y extendidas por todas las regiones de la Federación Rusa".

El jefe del gobernante Partido Democrático Popular, el diputado Saidžafar Usmonzoda, respondió a estas acusaciones afirmando que "en contextos tan delicados, el diálogo entre las autoridades de los distintos países se activa a todos los niveles, pero no se vierte en el espacio informativo". Las negociaciones entre las delegaciones de los parlamentos de Moscú y Dusambé están en marcha, con varias propuestas sobre la mesa, porque "nosotros también somos ciudadanos de este país, y no podemos ignorar el problema", asegura Usmonzoda. En su opinión, es comprensible la necesidad de Rusia de aumentar los controles, en un momento de guerra y gran tensión, para minimizar los peligros del extremismo y el terrorismo.

En mayo de este año, el ministro del Interior tayiko, Ramazon Rakhimzoda, había propuesto a su homólogo ruso, Vladimir Kolokoltsev, intervenir en los casos de violencia gratuita contra inmigrantes, especialmente estudiantes, por parte de las fuerzas de seguridad, y por este motivo el embajador ruso en Dusambé, Semen Grigoriev, había sido convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores. El presidente Emomali Rakhmon reiteró en varias reuniones su demanda de una "amnistía migratoria" en Rusia, y de una simplificación de los procedimientos de legalización. El Consejo de Seguridad de Moscú ha prometido una revisión de la política migratoria, pero de momento no ha dado resultados, y el drama de los tayikos en Rusia parece no tener fin. Muchos intentan dirigirse a otros lugares, huir a Estados Unidos, pero incluso estas aventuras distan mucho de ser sencillas.