Atacaron la capilla de San Zacarías. Arzobispo de Palembang: ‘que las investigaciones sean de público conocimiento’ (Fotos)
Un grupo de 6 vándalos se introdujo en la iglesia, que acababa de ser consagrada el 4 de marzo pasado, abriendo un boquete en la pared. Destruyeron la imagen de la Virgen, y amontonaron algunas sillas para incendiarlas. Los fieles corrieron a apagar las llamas. Analistas políticos consideran que este tipo de incidentes son un “caldeo político”, de cara a las próximas elecciones.
Yakarta AsiaNews)- “Es necesario proceder con rapidez en una investigación a todo campo y el resultado debe ser dado a conocer al público, para que hechos similares no sucedan nuevamente”. Es cuanto afirma Mons. Aloysius Sudarso, arzobispo de Palembang (provincia de Sumatra Sur), a pocas horas del ataque vandálico perpetrado contra la capilla de San Zacarías en Rantau Alai, fracción de Seberang Ulu, en el territorio de la parroquia de Santa María Reina del Rosario. “Esta acción es muy extraña. Jamás sucedió nada parecido en las décadas anteriores. ¿Cuáles son los motivos para destruir esta capilla?, prosigue el prelado, que invita a los católicos locales a no dejarse perturbar por el incidente sucedido.
Poco después de la medianoche de ayer, un grupo compuesto por 6 vándalos se introdujo abriendo un boquete en la pared de la iglesia, que acababa de ser consagrada el 4 de marzo pasado, por Mons. Sudarso. Los desconocidos luego destruyeron una estatua de la Virgen y amontonaron algunas sillas, para incendiarlas. El ruido provocado despertó a los fieles que viven en las inmediaciones del templo, los cuales corrieron a apagar las llamas, mientras los matones escapaban del lugar.
Entrevistado por AsiaNews, el P. Frans de Sales, jefe de la Comisión para las Comunicaciones sociales de la diócesis de Palambang, declara: “Seberang Ulu se encuentra a 50 Km de Palembang, capital provincial de Sumatra del Sur”. “Alcanzar el pueblo exige un viaje en auto de dos o tres horas, siempre que las rutas estén en buenas condiciones”, agrega el P. Sigit Pranoto.
Sin embargo, el último episodio de violencia contra la comunidad indonesia parece perpetrado con una modalidad diferente, si se lo compara con los últimos casos de intolerancia, como el atentado islamista del pasado 11 de febrero a la iglesia de santa Liduvina, en Kabupaten, distrito de Sleman (Yogyakarta). En ese caso, el autor del ataque, el extremista Suliyono, de 23 años, hirió con una espada a un anciano sacerdote alemán, el p. Karl-Edmund Prier, y a otras 3 personas, antes de ser detenido por la policía.
Hace años que los cristianos y los católicos de Indonesia son tomados de blanco por grupos islamistas, que son abieertamente hostiles a la construcción de iglesias o de casas de oración, acusando a las comunidades de no cumplir con los requisitos para obtener el Izin Mendirikan Bangunan (el permiso de construcción). Sin embargo, no hubo ninguna reunión ni gesto hostil de los extremistas antes de que la capilla fuese construida y consagrada.
Analistas políticos consideran este tipo de incidentes como "un caldeo político", en el cual cristianos y religiosos de las organizaciones musulmanas moderadas más importantes de la nación son tomados de blancos, en vista de las próximas elecciones. El 27 de junio de este año se realizarán las elecciones administrativas, para elegir a 17 gobernadores, 39 intendentes y 115 regentes en todo el país. Ellas incluyan las elecciones gubernamentales para las 4 provincias más pobladas de Indonesia: Java Oriental, Java Occidental, Java Central y Sumatra del Norte.
La promoción de cualquier identidad primordial, comprendidas religión y etnia, como expediente político de los extremistas ha dividido a los indonesios en dos bandos opuestos. En los últimos años, Indonesia, el país islámico más poblado del mundo, ha visto su reputación de tolerancia religiosa sometida a escrutinio, desde el momento en que los grupos islámicos radicales se han abierto camino a la fuerza en la vida pública y política de la joven democracia. Contra el aumento de los episodios de violencia e intolerancia político-religiosa, en Indonesia se difundió un fuerte sentido de pluralismo y diálogo entre las diversas comunidades. Los analistas lo llaman el“efecto Ahok”, aludiendo al apodo del ex gobernador cristiano de Yakarta, Basuki Tjahaja Purnama, condenado por blasfemia en un proceso condicionado por maniobras políticas.
(Ha colaborado el p. Frans de Sales scj)
13/05/2018 02:35