Ashraf Fayadh, poeta palestino, evita el patíbulo en Riyadh. Deberá purgar ocho años de cárcel y recibir 800 latigazos
Un tribunal saudí había ordenado la pena de muerte por apostasía para el intelectual de origen palestino. En las últimas semanas, una movilización internacional pidió su absolución. Él siempre ha negado los cargos, alegando su inocencia. Mientras tanto, no se detiene el verdugo: ayer ejecutó a dos personas. 58 son desde el principio del año.
Riad (AsiaNews / Agencias) - Un tribunal saudí ha anulado la pena de muerte que debía pagar el poeta palestino Ashraf Fayadh, condenado en primera instancia por apostasía. Él tendrá que cumplir ocho años de prisión y 800 latigazos, que se impondrán en 16 ocasiones. El veredicto anterior había levantado una ola de protestas internacionales; en las últimas semanas cientos de escritores, autores, intelectuales y artistas han puesto en marcha iniciativas para su puesta en libertad.
Abdul Rahman al-Lahim, abogado del poeta palestino, informa de que un tribunal de Abha, en el suroeste del país, también ha decidido que su cliente debe firmar una declaración de arrepentimiento, que se publicará en los medios oficiales.
En realidad Fayadh, de 35 años, siempre ha negado vehementemente las acusaciones, alegando que otro hombre ha fabricado falsos cargos contra él en busca de una condena. Esta es la razón por la cual la defensa está lista para presentar una nueva apelación y solicitar la libertad - y la plena absolución – del asistido.
El poeta de origen palestino - nació en Arabia Saudita de padres refugiados - fue detenido en agosto de 2013, después que un saudí lo acusó de fomentar el ateísmo y la difusión de ideas blasfemas. Fue liberado al día siguiente, pero arrestado nuevamente en enero de 2014 y acusado de apostasía.
Activistas y organizaciones no gubernamentales internacionales afirman que los cargos están relacionados con su actividad artística y su colección de poemas - Instructions Within, publicado en 2008 - en el que supuestamente pone en duda los dictados de la religión y difundió ideas relacionadas con el ateísmo.
Las autoridades de Riad también lo han acusado de violar la ley contra la delincuencia en la red y haber conservado fotografías de mujeres tomadas en su teléfono celular. La sentencia de condena a muerte se remonta al 17 de noviembre de 2015.
Arabia Saudita aplica una visión estricta de la ley islámica, que prevé la pena de muerte para una amplia gama de delitos como asesinato, tráfico de drogas, robo a mano armada, la violación y la apostasía. El año pasado, el verdugo ejecutó al menos a 153 personas; las ejecuciones este año parecen ir en aumento, mientras que desde el 1 de enero ya se han ejecutado un total de 58 personas. Las dos últimas decapitaciones se llevaron a cabo ayer contra un ciudadano saudí y un inmigrante de Etiopía, condenado a muerte por asesinato.
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