Asamblea de la OMS: investigación internacional sobre el coronavirus y la participación de Taipéi

El órgano a cargo de las decisiones de la OMS se reúne hoy mañana. Los chinos se oponen a las dos instancias. Para muchos observadores, el Partido Comunista Chino no quiere quedar expuesto.

Ginebra (AsiaNews) – Hoy se inaugura la sesión anual de la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las deliberaciones terminarán mañana y se desarrollan en videoconferencia. Como puntos centrales del encuentro, se destacan el pedido de los EEUU – junto con Australia y la Unión Europea – de una investigación internacional independiente sobre el origen de la pandemia, y la solicitud de Taiwán, de ingresar a la Organización, en calidad de país observador.

Ambas instancias se topan con la oposición de China. Los países occidentales sospechan que el régimen chino mintió sobre la explosión de la epidemia para evitar una potencial amenaza a su estabilidad interna. Los chinos no quieren quedar expuestos ante los Estados Unidos y sus aliados. La administración Trump en más de una oportunidad ha atacado a Beijing por su gestión de la crisis pandémica, incluso acusándola de querer aprovecharse de la situación para ganar prestigio internacional.

Las posibilidades de que la investigación llegue a buen puerto son mínimas. Los chinos, respaldados por sus socios comerciales, pueden bloquear el mecanismo de aprobación. Incluso la solución alternativa que propone Washington - la puesta en marcha de una investigación ante la Corte Internacional de Justicia - tiene pocas posibilidades de éxito, ya que China puede frenarla con su veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Además, no sería la primera vez que los chinos boicotean una sentencia de un tribunal internacional. En el 2016, Beijing rechazó el dictamen de la Corte de arbitraje de La Haya, según la cual son infundadas las reivindicaciones territoriales de China sobre casi el 90% del Mar de China meridional.

Para la mayor parte de los observadores, China no quiere quedar expuesta sobre el origen del Covid-19, y tampoco quiere perder con respecto a Taiwán. La isla es uno de los países que ha afrontado con mayor éxito la crisis pandémica. Para contener el contagio, Taipéi intervino rápida y resueltamente, sin aguardar las indicaciones (tardías) de la OMS.

Los directivos de la Organización sostienen que mantuvieron abiertos los canales de diálogo con la isla durante la crisis. Para Taipéi, el hecho de quedar excluida de la labor de la OMS no favorece la posibilidad de compartir experiencias y el intercambio de información útil en la lucha global contra la pandemia.

El problema es político. Beijing ve la participación de Taiwán en la OMS como un reconocimiento implícito de su independencia y como una desaprobación del “principio de una sola China”. Para los chinos, la isla no es un Estado soberano, sino una provincia “rebelde” que debe ser reunificada, incluso por la fuerza, de ser necesario. Desde esta perspectiva, las instancias taiwanesas ante la OMS deben ser presentadas por el gobierno chino.

Las tensiones entre Taipéi y Beijing se agudizaron en el 2016, cuando la actual presidente taiwanesa, Tsai Ing-wen, conquistó su primer mandato. Tsai es la líder del Partido Demócrata Progresista, y está a favor de la independencia formal de la isla de la madre patria china.