Arrestos, multas, censura: la libertad de prensa en la Turquía de Erdogan

Este fin de semana un tribunal ordenó el arresto de la cronista Sedef Kabas, culpable de haber utilizado un proverbio "ofensivo" para el presidente. En un año fueron encarcelados 41 periodistas y 79 perdieron su trabajo por sus opiniones críticas. Otros 56 fueron víctimas de violencia y ataques selectivos y se suspendieron decenas de programas.

Estambul (AsiaNews) - Un tribunal turco ordenó este fin de semana la prisión preventiva a la espera de juicio para la periodista Sedef Kabas, acusada de insultar al presidente Recep Tayyip Erdogan utilizando un famoso proverbio. El 22 de enero, a las dos de la mañana, los agentes arrestaron a la famosa periodista, recluyéndola en una celda de la jefatura de policía de Estambul. Al día siguiente compareció ante los jueces, quienes ordenaron que fuera detenida en razón de un artículo de la ley que ha llevado a decenas de miles de personas a la cárcel antes que ella en los últimos años.

En una transmisión por televisión de una emisora cercana a la oposición (y en un tuit posterior), la periodista usó un proverbio circasiano que dice: "El buey no se convierte en rey por entrar en el palacio, pero el palacio se convierte en un establo", haciendo referencia a los años en el poder del presidente Erdogan. El tribunal consideró que Sedef Kabas habría expresado un "insulto vulgar" contra el presidente y el cargo institucional que ocupa.

El caso es solo el último ejemplo de una larga serie de arrestos, represiones, condenas a la cárcel y multas contra las voces críticas en Turquía, confirmando el puesto 153 sobre un total de 180 países en el World Press Freedom Index de Reporteros sin fronteras (RSF). A ello se suma el informe anual 2021 que dio a conocer ayer la Independent Communication Network (BIA), según el cual el año pasado los jueces dictaron sentencias contra 35 periodistas por un total de 92 años, seis meses y 24 días de cárcel.

En los últimos 12 meses han sido encarcelados 41 periodistas turcos, lo que eleva la cifra global de los últimos cinco años a 270. No sólo cárcel, también amenazas de despido para quienes no se alineen con la propaganda oficial: en 2021, 79 periodistas perdieron su trabajo, por un total de 807 en el periodo 2017-2021. Luego está el hacha de la censura, con al menos 975 artículos prohibidos en el último año y 5.975 en los últimos cinco años.

También hay ataques personales y violencia selectiva contra la prensa: en 2021, 56 periodistas fueron víctimas de violencia (141 en cinco años). A ellos se suma la muerte de Hazım Özsu, que trabajaba en una emisora de radio en Bursa, asesinado frente a su casa por una persona que “no apreciaba” sus juicios y comentarios. Por último, están las multas impuestas a las emisoras y órganos de prensa "no alineados" con la política del gobierno y las proclamas oficiales. El Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTUK) impuso 158 sanciones administrativas y suspendió 48 programas, con multas por un total de 31.630.000 liras turcas (más de dos millones de euros).

La justicia turca, a instancias del gobierno, reprime con especial fuerza cualquier voz crítica o "difamatoria" contra Erdogan. Desde 2014, año de su acceso a la presidencia, al menos 70 periodistas han sido juzgados y condenados a prisión y multas por "insultar al presidente", en virtud del artículo 299 del Código Penal. El Consejo Europeo ha pedido en repetidas ocasiones -en vano- a Ankara que anule o al menos enmiende la ley, que sigue aplicándose con extremo rigor y continuidad.