Arabia Saudita y Bahréin se disponen a expulsar a colaboradores y activistas pro-Hezbollah
Riad acciona contra aquellos sauditas (sus propios ciudadanos) que muestren “apoyo” al movimiento chií libanés. Éstos serán procesados de acuerdo a la ley anti-terrorismo. Bahréin también adopta la política de las expulsiones, y son alejadas al menos 10 familias. Continúa el cercamiento a Hezbollah por parte de los países árabes. Nasrallah: “Los sauditas pagan las osadías suyas en Siria y Yemen”.
Beirut (AsiaNews/Agencias) – Arabia Saudita anunció la expulsión de todos los ciudadanos suyos que “muestren apoyar” al movimiento chií libanés Hezbollah o que colaboren “de cualquier manera” con dicho grupo. El gobierno de Riad agregó, además, que todos aquellos que sean sorprendidos en tales actividades serán procesados en base a las leyes anti-terrorismo vigentes en el reino, que prevén la pena de muerte.
La nota del gobierno saudita enardece aún más (si esto es acaso posible) el clima político que se vive en el Líbano, donde el enfrentamiento entre las varias facciones (una chií filo-iraní, contrapuesta a la saudita, que es más cercana a Riad) mantiene bloqueada, desde hace ya 20 meses, la elección del presidente de la República. El 19 de febrero pasado, Riad hizo surgir una serie de medidas contra el Líbano y Hezbollah, recortando fondos por 54 millardos de dólares que originalmente estaban destinados a brindar ayuda militar al ejército y a las fuerzas de seguridad de Beirut.
Para los sauditas, el Líbano ha asumido posiciones “hostiles” y estaría encubriendo “actos terroristas” del movimiento chií contra los “árabes y las naciones musulmanas”. Por último, debido al ataque a las misiones diplomáticas sauditas en Irán -en respuesta a la ejecución del dignatario chií Sheikh Nimr al-Nimr- Arabia Saudita, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos han invitado a sus ciudadanos a no viajar al Líbano.
En una nota difundida ayer, el ministerio saudita del Interior subrayó que “cualquier ciudadano saudita o personas residente [en Arabia Saudita] que muestre adherir o apoyar al llamado grupo Hezbollah… sufrirá castigos durísimos, en base a las leyes y reglamentos del anti-terrorismo”.
Las mismas normas serán aplicadas contra todos aquellos que “promuevan” la ideología de Hezbollah, contra quienes sostengan el movimiento a nivel económico o que hayan contactado a sus miembros. Penas durísimas, agrega la circular ministerial, están previstas para todos cuantos brinden hospitalidad a los “miembros” de Hezbollah. “. “Cada residente que sea sorprendido en este tipo de actividades –concluye la nota- será deportado” .
Los Hezbollah son un grupo militante armado chií, cuya influencia en la política libanesa ha ido creciendo cada vez más en los últimos decenios. Aliados y sostenedores de Irán, ellos han puesto su fuerza militar al servicio de Assad en el combate contra las milicias fundamentalistas de al-Nusra (al Qaeda) y del Estado Islámico (EI), infligiéndoles pesadas derrotas.
El durísimo ataque del gobierno de Riad sucede a pocas horas de la condena de Hezbollah por parte de los altos mandos del Estado Islámico (EI), que acusan a dicho movimiento de ser “la fuente del crimen y de la opresión de la nación”. Anteriormente, la Liga Árabe, reunida en El Cairo, también había condenado a Hezbollah rotulándolo como grupo “terrorista”, siguiendo la misma posición pronunciada días atrás por Arabia Saudita y por el Consejo de los países del Golfo.
Frente a estos reiterados actos hostiles provenientes de gobiernos, asociaciones y grupos terroristas, los jefes del movimiento chií libanés ostentan calma y seguridad. Hace algunos día, el líder de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, intervino haciendo una declaración oficial, en la cual afirma que “Arabia Saudita está furiosa porque sus osadías en Yemen y Siria han marchado mal”.
En tanto, Bahréin también adhirió a la política de las expulsiones contra los ciudadanos libaneses que muestren simpatía o vínculos con el movimiento Hezbollah. La confirmación de esto llega del ministerio del Interior de Bahréin, que anuncia –sin especificar el número de personas –la “deportación” de un grupo de libaneses. En los últimos días, los medios de Beirut han hablado de al menos 10 familias a las que les fue notificada la medida de expulsión.
Con anterioridad a esto, los altos mandos (sunitas) del país acusaron a Hezbollah y a Irán de apoyar a las milicias chiíes en el país. Acusaciones que fueron rechazadas tanto por los jefes de dicho movimiento como por el gobierno de Teherán.
Bahréin es una monarquía del Golfo regida por una dinastía sunita, en un país en el cual la mayoría de la población (al menos un 60-70%) es chií, y que hace ya tiempo reclama cambios constitucionales así como mayores derechos sociales y económicos. En 2011, como una estela de las primaveras árabes, surgieron revueltas que el rey de Bahréin –aliado de Washington y apoyado por Riad- derrotó con tropas armadas que fueron enviadas por Arabia Saudita.
17/12/2016 13:14