Aparente calma, luego de enfrentamientos armados en el mayor campo de refugiados palestinos del Líbano

de Pierre Balanian

Durante dos días, Ain El Helwe fue teatro de la violencia desatada entre miembros de Fatah y el grupo islámico fundamentalista de Bilal Badr. Aún se desconocen las causas que condujeron a una escalada en los enfrentamientos. Los habitantes del campo se oponen a la presencia de movimientos extremistas. La cuestión del terrorismo sirve de pretexto para encubrir una lucha de poder entre Fatah, Dahlan y Hamas.

Sidón (AsiaNews) – Esta mañana se respira un aire de relativa calma en el campo de refugiados de Ain El Helwe, tras dos noches de enfrentamientos armados ininterrumpidos; también se encuentra limitada la circulación en torno al barrio de Hattin, en la zona meridional del campo, a causa de la presencia de francotiradores listos para disparar. Hoy, las escuelas del área y de los barrios limítrofes permanecen cerradas, a causa del miedo sembrado por los misiles caídos en los últimos días en las afueras del campo de refugiados. Fuentes locales mencionan un cese del fuego, alcanzado a continuación de un acuerdo que prevé la salida del campo de las milicias integralistas de Bilal Badr, -aunque descontando el temor de que se produzcan arrestos-.

En tanto, han sido reforzadas las medidas de seguridad del ejército libanés alrededor del campo de Ain El Helwe, cerca de Sidón, cabecera de la Gobernación del Sur del Líbano, que durante el fin de semana devino teatro de sangre y devastación. En el área se levanta el más poblado y extenso campo de refugiados palestinos de la diáspora; los hechos de violencia se iniciaron en la noche del 8 de abril, entre exponentes del Movimiento Fatah y el grupo islámico fundamentalista de Bilal Badr, atrincherado en Hay El Tayra.

Los choques comenzaron en la plaza del mercado de frutas y verduras de Hay el Fokani y se incrementaron en intensidad durante toda la jornada de ayer, con el uso de morteros y de ametralladoras.

En las primeras horas, las milicias de Al Fatah lograron ocupar gran parte del territorio del barrio rival, llegando incluso hasta el cuartel general de Bilal Badr, sin hallar ningún rastro del líder ni de sus 50 fidelísimos, dispuestos a combatir y a morir por él. Los ataques de la noche anterior habían causado la muerte de un combatiente de Fatah y provocaron heridas a otros 10 militantes; densas columnas de humo se elevaban al cielo desde las diversas viviendas que habían resultado dañadas en el barrio de El Tayra.

Fuentes bien informadas de Sidón afirman que Bilal Badr ha solicitado un cese del fuego en varias oportunidades, propuesta que fue rechazada por la cúpula del Movimiento al Fatah, que está resuelto a eliminar las zonas de control de sello integralista. A esto se suma la voluntad de poner fin al clima de desorden y a los atentados, que en los últimos meses han marcado la vida del Campo de Ain El Helwe. Los enfrentamientos comenzaron en la tarde del 8 de abril, poco después de que las fuerzas de Bilal Badr abrieran fuego contra una patrulla de las “Fuerzas conjuntas”, partidarias de Al Fatah, durante un control se seguridad.

De todos modos, los disturbios en el campo de refugiados palestinos de Ain El Helwe se habían iniciado de manera repentina a principios del mes de marzo, sin que nadie sepa bien por qué. En un inicio, se habló de un ajuste de cuentas entre Mahmud Abbas y Muhamad Dahlan, o bien entre Mahmud Abbas y Al Fatah en torno a quién representaría al pueblo palestino de la diáspora. Contrariamente a esto, la prensa libanesa planteaba la hipótesis de un acuerdo entre las Fuerzas de seguridad libanesas y las palestinas del campo, para reforzar la presión ejercida sobre grupos integralistas, encabezados por el grupo de Osbat Al Ansar. El objetivo que se propusieron fue forzarlos a dejar el centro y que entregaran a los responsables de los atentados terroristas ocurridos recientemente. Lo cierto es que la mayor parte de los habitantes del campo manifestó estar en contra de la permanencia de los grupos integralistas en su interior, siempre según lo afirmado por la prensa libanesa. Una posición que se ha visto fortalecida luego de la advertencia que el ejército libanes dirigiera a los líderes del campo; en efecto, la cúpula militar de Beirut habría perdido la paciencia, teniendo en cuenta la hospitalidad ofrecida a los grupos responsables de los desórdenes entre los refugiados del campo.

Según fuentes de AsiaNews, al Fatah ha prometido a los servicios de inteligencia libaneses que entregará a los integralistas islámicos buscados, que estarían escondidos dentro del campo. Se trata de información reservada, que se han visto confirmada por las declaraciones difundidas por ex jefe de al Fatah, Mohamed Issa, más conocido como “Lino”. Él declaró que “las autoridades garantes de la seguridad (en el campo de refugiados) jamás prometieron medidas, y mucho menos han cumplido su deber, no obstante los numerosos atentados y asesinatos”. Los asesinos, agrega, “eran bien conocidos por todos, pero nunca les hicieron nada, y ellos siempre se mueven a cara descubierta y a plena luz del día”.

Testigos que viven en el campo insisten en afirmar que la cuestión de la lucha contra el terrorismo dentro del campo no es más que una excusa para emprender una guerra de poder entre Fatah, Dahlan y Hamas, en torno a quién representa al pueblo palestino. Ésta se da coincidiendo con la visita del presidente Mahmud Abbas al Líbano.

Según ciertas indiscreciones, en Abu Mazen está el deseo de que sean las autoridades libanesas quienes asuman el rol del mantenimiento y de la gestión de la seguridad dentro de los campos de refugiados palestinos existentes en el Líbano. Ayer, el saldo era de cuando menos seis víctimas, luego de la muerte de Mohamed Ezzat Mussa, uno de los heridos graves que murió mientras era trasladado al hospital de al-Rai. Mientras tanto, el líder islámico Bilal Badr seguía siendo inalcanzable, si bien los enfrentamientos armados ocurrieron en torno a su antigua casa de Ain El Helwe, otro barrio del mismo campo.