Ankara grava las tarjetas de crédito para financiar la carrera armamentística

La propuesta lanzada en los últimos días por la Akp para reforzar las «capacidades de disuasión» en un marco regional de creciente conflictividad. Hablando de Israel, el presidente lo calificó de «peligro que se acerca a nuestro país». Para 2025 se prevé un aumento récord del gasto en defensa del 165% respecto al año anterior.

Estambul (AsiaNews) - Gravar las tarjetas de crédito para financiar la carrera armamentista interna y apoyar las inversiones en la industria de la defensa, una prioridad en esta fase turbulenta de Oriente Medio en la que soplan incesantemente -y cada vez con más vigor- vientos de guerra. Esta es la propuesta lanzada en los últimos días por el gobierno turco, que pretende así recuperar recursos y dinero para invertir en armamento con el objetivo de «reforzar» las «capacidades de disuasión» especialmente frente a lo que ahora se considera la «amenaza» israelí. Fue el propio presidente Recep Tayyip Erdogan quien, en una conferencia sobre el «futuro de Palestina» celebrada el 15 de octubre en Ankara, habló, refiriéndose al Estado judío, de un «peligro que se aproxima a nuestro país».

Según informa Afp, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (Akp) habría elaborado un proyecto de ley que contemplaría la aplicación de un impuesto de 750 libras turcas (unos 20 euros) a las tarjetas con una línea de crédito máxima de hasta 100.000 Try (casi 2.700 euros). Se aplicaría independientemente de la cantidad realmente gastada y ya ha desatado temores y protestas de los consumidores, que recurren a los bancos para que les reduzcan el crédito. El Ministro de Hacienda, Mehmet Simsek, intervino en el asunto, anunciando que el Parlamento podría revisar el texto y fijar nuevos criterios de aplicación.

Sin embargo, el ministro defendió con firmeza el principio de este nuevo impuesto, subrayando que «el objetivo» que hay detrás es «claro y evidente: nuestro país no tiene más remedio que reforzar su capacidad de disuasión», subrayó. «Ahora mismo hay fuego y guerra en nuestra región. Vivimos en un entorno peligroso», añadió, a pesar de que los consumidores siguen mostrándose críticos con el nuevo impuesto en un momento de crisis económica. En otras palabras», explicó Simsek en una entrevista a la cadena privada NTV, “no se trata de un esfuerzo para reducir el déficit presupuestario”.

En los ocho primeros meses de 2024, los ingresos por exportaciones de Industrias de Defensa alcanzaron los 3.700 millones de dólares, lo que supone un aumento del 9,8% respecto al mismo periodo de 2023, según el presidente Haluk Gorgun. El sector, que incluye los famosos drones Bayraktar producidos por la empresa vinculada al «clan Erdogan», representa casi el 80% de los ingresos de exportación del país y alcanzó los 9.300 millones de euros en 2023. Estos 20 años han supuesto una enorme evolución, como confirmó el propio ministro de Finanzas: «A principios de la década de 2000, Turquía importaba el 80% de sus necesidades. Hoy es al revés: Turquía», afirma Simsek, “produce más del 80% de sus necesidades (gracias a) 3.500 empresas”.

Las cifras oficiales publicadas en los últimos días confirman una financiación récord para armamento y defensa: de hecho, Ankara se prepara para un aumento significativo en 2025, según un anuncio del vicepresidente Cevdet Yılmaz. El Gobierno tiene previsto destinar unos 1,6 billones de liras turcas (unos 46.000 millones de dólares) a defensa y seguridad. De esta suma, 913.900 millones de liras se destinarán a gastos de defensa y 694.500 millones de liras a seguridad interior. El presupuesto combinado del país para defensa y seguridad interior era de 971.000 millones de liras en 2024 y de 524.000 millones para 2023. Estas cifras muestran que se espera que el presupuesto de defensa para 2025 aumente un 165% en comparación con el año anterior. Teniendo en cuenta la previsión de inflación del Banco Central del 44,1% para finales de 2024, el presupuesto de defensa y seguridad sigue reflejando un aumento real significativo de más del 120%.

El Grupo de Industrias de Defensa, que depende directamente de la presidencia, planea construir un sistema de defensa antimisiles según el modelo israelí «Cúpula de Hierro». Mientras tanto, el presidente Erdogan ha confirmado en los últimos días que «aunque haya gente que no vea el peligro que se acerca a nuestro país, nosotros percibimos el riesgo y estamos tomando todas nuestras precauciones». Sin embargo, para la oposición se trata de propaganda en un intento de «enmascarar la crisis económica» que atraviesa Turquía. Para Deniz Yucel, portavoz del Partido Republicano del Pueblo (Chp), el mayor movimiento de oposición en el Parlamento, «la defensa de la patria (...) se ha convertido en una herramienta política para el AKP, que prepara una nueva propuesta de saqueo explotando los sentimientos nacionales». La tasa de inflación turca de dos dígitos cayó por debajo del 50% interanual el mes pasado, pero superó el 85% en octubre de 2022.