Adviento: a pesar del Covid, crece la comunidad católica de Bắc Ninh
El obispo Cosme Hoàng Văn Đạt inauguró siete iglesias: “Una buena noticia para la religión de Dios”. Los católicos locales colaboran en la lucha contra la pandemia. Lanzan un programa de catecismo para 40 niños en un área remota. El testimonio de una religiosa de origen H’mong: “Aquí todos son solidarios y se ayudan mutuamente”.
Hanói (AsiaNews) – “Luego de meses de restricciones por la pandemia, visité las parroquias e inauguré siete iglesias. Hay una pequeña comunidad de fieles que está formada por solo 11 familias, que trabajaron juntas para construir la Santa Iglesia. Esta es una ‘buena noticia’ para la religión de Dios”.
En el sermón del 29 de noviembre, primer domingo de Adviento, mons. Cosme Hoàng Văn Đạt, obispo de la diócesis de Bắc Ninh, expresó su felicidad por la reanudación de las actividades pastorales: “Estoy muy contento de recibir comentarios positivos para la Iglesia, Varias autoridades locales me confesaron que su deseo es que todo el país se vuelva católico y sea feliz”.
La emergencia desatada por el Covid-19 tuvo un impacto negativo en Vietnam. En la diócesis de Bắc Ninh, algunas personas de la comuna de Lôi Sơn y de la aldea de Hạ Lôi se contagiaron, si bien se trata de casos importados del exterior. Para impedir la propagación del coronavirus, miles de personas que viven en estas dos localidades decidieron autoaislarse. Las autoridades locales, los médicos, enfermeros y muchos benefactores de todo el país ayudaron a las poblaciones afectadas.
La diócesis de Bắc Ninh distribuyó medicamentos, comida y agua potable a los católicos y no católicos durante el período confinamiento obligatorio. Además, envió a un sacerdote para servir a los fieles de dos comunidades católicas en Sơn Lôi.
En la carta pastoral con motivo del Adviento, mons. Đat explica que para los católicos vietnamitas, la pandemia no solo ha alterado la vida de las personas; también ha impactado en el testimonio de la fe, en los momentos oración y en el desarrollo de las santas misas. “Es por eso que muchas personas de nuestra diócesis estaban tristes”, dice. “Muchos hermanos y hermanas temían perder su fe. Y de hecho, no solo no fue así, sino que ocurrió todo lo contrario, la fe se fortaleció, y gracias a la colaboración de los fieles también se difunde entre aquellos que no conocen a Dios”.
A modo de ejemplo, gracias a la colaboración de algunos estudiantes católicos, la iglesia de Hitch lanzó un programa de catecismo para 40 niños que viven en un área montañosa remota. Y al final, los padres de los pequeños también participarán.
En este período de crisis, una religiosa de etnia H’mong, de la Congregación dominica de Bắc Ninh compartió en la web un testimonio de su vida como consagrada: “Vengo de una familia pobre. De niña, solía cultivar hortalizas. Ahora enseño a los niños de la diócesis. Rezo y participo de la santa misa todos los días. Poco a poco, me fui dando cuenta de que la vocación es algo muy noble. Aquí todos son solidarios y se ayudan mutuamente en todos los aspectos”.
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