Acuerdos de Abraham: los palestinos dejan la presidencia de la Liga árabe

La disputa tiene como centro la normalización de las relaciones entre Israel y Emiratos (y Bahréin). Una decisión a la que arriba tras protestar ante la falta de una posición común y contraria a los acuerdos. Para el ministro palestino de Relaciones Exteriores, con ello, se “atenta contra los principios y valores” que la inspiran.

Jerusalén (AsiaNews/Agencias) - Los palestinos renunciaron a su rol protagónico en el seno de la Liga Árabe, a modo de protesta por el fracaso del bloque en la adopción de una visión común y contraria respecto a los llamados “Acuerdos de Abraham”. En las últimas horas, el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riyad al-Maliki, anunció la decisión de renunciar a la presidencia de turno (un cargo rotativo, en el que se desempeña cada uno de los países miembros) del Consejo; él subrayó el hecho de que no se haya adoptado un texto de condena de la normalización de las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos (y Bahréin).

El 15 de septiembre pasado, en la Casa Blanca, el presidente de los EEUU, Donald Trump, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu y los ministros de Relaciones Exteriores [pero no sus gobernantes, ndr] de Abu Dabi y Manama firmaron un entendimiento. Un acuerdo que las partes involucradas han definido como historico, pero que Palestina recibió con misiles y protestas. En más de una ocasión, la dirigencia de Ramallah definió el acuerdo como “una puñalada en la espalda”.

“El Estado de Palestina - subraya Maliki desde el cuartel general de Ramallah - se niega a presidir la asociación en un momento histórico, en el que ésta incumple los principios y valores que parecían ser claros en el último encuentro mantenido con los ministros de Relaciones Exteriores”. Palestina debía proseguir en el cargo hasta marzo del 2021 y la última reunión cumbre, a principios de septiembre, había culminado con la firma de los 22 países miembros, condenando unánimemente los acuerdos de normalización.

En el 2002, tomando como base una propuesta saudita, la Liga Árabe había presentado un plan de paz israelí-palestino (que jamás fue aplicado), que luego fue renovado en un segundo momento, en el 2017. En dicho acuerdo, la normalización solo es posible a cambio de un retiro total de Israel de los territorios ocupados durante la Guerra de los Seis días, en 1967; además, establece la creación de un Estado palestino, con Jerusalén oriental como capital, y una solución para todos los refugiados. Este plan jamás fue aceptado por los Estados Unidos, que, luego de varios anuncios y dilaciones, a principios de este año propuso una iniciativa “de paz” propia, exaltada por los israelíes y rechazada por los palestinos.

En el acuerdo suscrito la semana pasada, con la mediación de Washington, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) destacan la cláusula en la que Israel se compromete a suspender los planes de anexión. En realidad, en el acto de la firma, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu aclaró que cualquier acuerdo - referido a la suspensión - tiene una duración limitada y que los planes siguen en pie, sin modificaciones de fondo ni de forma.