Acuerdo entre el MILF y Manila para establecer un corredor humanitario en Marawi
El grupo armado, en diálogo con el gobierno, enviará a sus combatientes para contribuir a la caída de los terroristas del Maute. El acuerdo puede representar un punto de inflexión para lograr el fin de la crisis. Las fuerzas del gobierno controlan el 70% de la ciudad. El sacerdote secuestrado el 23 de mayo pasado apareció en un video.
Zamboanga (AsiaNews) – El presidente filipino Rodrigo Duterte y los líderes del Moro Islamic Liberation Front (MILF) han aprobado la institución de un denominado “corredor de paz” en Marawi, para facilitar el rescate de los civiles que han quedado atrapados en medio del enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales y los terroristas Maute, vinculados al Estado islámico.
Duterte y los jefes del MILF ayer mantuvieron coloquios en Davao, donde se discutió acerca de la crisis actualmente en curso en el sur de las Filipinas. En el encuentro también estuvieron presentes el general Eduardo Año, jefe del Estado mayor de las Fuerzas armadas filipinas, e Irene Santiago, presidente del Comité para los acuerdos de paz del gobierno.
El MILF es un grupo armado islamista que tiene su base en la isla de Mindanao, en el sur del país, donde se concentra la minoría islámica filipina (cerca del 20% de la población). El mismo apunta a la creación de una región autónoma del gobierno central, para el pueblo Moro, y en el pasado el grupo ha conducido numerosas acciones militares y terroristas. El MILF es la milicia islámica más importante de la región y actualmente está entablando coloquios de paz con la administración de Duterte.
Al término de los encuentros de Davao, el gobierno y el MILF han decidido crear un espacio seguro en el cual pueda ser brindada asistencia a la población que aún no ha sido evacuada de Marawi. En esta área, el personal humanitario podrá trasladar a los heridos y recuperar los cuerpos de las víctimas del conflicto para su sepultura.
El MILF ha aceptado ayudar al gobierno para garantizar la seguridad de las áreas en las cuales no hay corredores de paz. Con anterioridad a esto, Duterte había recibido favorablemente el ofrecimiento del Moro National Liberation Front de enviar a sus combatientes para contribuir a la caída del grupo terrorista Maute, que está asediando Marawi desde el 23 de mayo pasado. En el trascurso de la semana, los representantes del gobierno filipino y los líderes del grupo armado se reunirán de nuevo, para establecer detalles operativos de la iniciativa humanitaria.
El acuerdo entre las autoridades y el MILF es un hecho muy importante, porque puede representar un punto de inflexión para poner fin a la crisis. Ante todo, el mismo aclara la posición del MILF en relación a Maute, que es visto como expresión de una ideología que no pertenece a la población local, sino que ha sido importada por las organizaciones internacionales del terror. Si bien ésta ha sido influenciada por aspiraciones islamistas, la batalla del MILF contra el gobierno central ha tenido raíces históricas, étnicas y culturales. Los terroristas Maute, en cuyas filas se cuentan numerosos extranjeros, sobre todo indonesios y malasios, son, así, deslegitimados por sus mismas aspiraciones. La voz del MILF tiene autoridad en el Mindanao musulmán, y los Maute no encontrarán apoyo en el pueblo Moro.
Mientras tanto, continúan los combates en Marawi. Ayer, el octavo día de lucha, el gobierno de Filipinas ha ordenado la entrega a los terroristas, agotados por las operaciones militares, llevadas a cabo con tanques y helicópteros de ataque. El Gen. Eduardo Año dijo que las fuerzas gubernamentales están ahora en el control del 70% de Marawi, admitiendo que recuperar el 30% restante será un verdadero desafío. De hecho, representa la parte de la ciudad con mayor densidad de población aún no evacuada. Desde el inicio conflicto ya son 100 las víctimas: 19 civiles, 20 soldados, tres policías y 65 terroristas.
La violencia en Marawi estalló el pasado 23 de mayo, cuando el ejército de Filipinas ha intentado capturar a Isnilon Hapilon, líder islámico extremista. Hapilon y más de una docena de sus hombres encontró el apoyo de las guerrillas Maute y alrededor de 50 lograron entrar en la ciudad. Los combatientes han ocupado algunas partes de Marawi, quemando edificios, como la Our Lady Help of Christians, y haciendo numerosos rehenes, entre ellos el vicario general de la ciudad, el p. Teresito "Chito" Suganob.
El P. Chito, cautivo junto con más de 200 civiles, apareció ayer en un vídeo que le muestra haciendo un llamamiento al presidente Duterte a fin de considerar la situación de los rehenes y dar la orden de detener las operaciones militares contra sus secuestradores. "Pedimos su ayuda, acuerde con sus enemigos lo que le piden", dice Suganob en un video que circuló ayer en un canal de la plataforma Telegram utilizado por el Estado Islámico y dirigida a Duterte. "Si se preocupan por nuestra situación - continúa el clip - no se olviden de los aproximadamente 240 prisioneros de guerra. Hacemos un llamamiento a su buen corazón, por favor recuérdenos. Queremos vivir otro día, queremos vivir otro mes, queremos vivir otros tres años - y aún más".
El sacerdote declara ser tenido en cautiverio junto con un profesor de la Universidad Estatal de Mindanao, dos empleados de la iglesia y algunos de los maestros del Dansalan Fundation College, dos hombres y cinco mujeres. Junto a ellos hay cerca de otras 200 personas: operarios, trabajadores domésticos, niños y jóvenes. "Los rehenes son casi todos cristianos y tribales Subanen. No es casualidad, han sido elegidos porque pertenecen a las minorías de la ciudad", dijo una fuente a AsiaNews en Mindanao.
El p. Chito es una personalidad bien conocida y altamente respetada, incluso de la comunidad islámica. La suya es una vicaría "frontera" pequeña pero muy activa en el diálogo interreligioso con la mayoría musulmana en la ciudad. Él es el capellán de la Universidad Estatal de Mindanao, construido en los días del dictador Marcos como símbolo de convivencia entre cristianos y musulmanes. Otra fuente dijo a AsiaNews: "Eventos como el secuestro del p. Chito y los otros rehenes no son nuevos. En el pasado se han producido numerosos secuestros y los cristianos siempre han sido un blanco favorito de la violencia de la guerrilla islamista para hacer demandas al gobierno. Los cristianos tienen miedo, pero ni ellos ni el gobierno quieren hacer hincapié en la cuestión religiosa, no para aumentar las tensiones. La esperanza es que las iniciativas humanitarias destinadas a la población de Marawi, de lo cual los cristianos se han convertido en protagonistas de inmediato, mejorando sus relaciones".
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