Activistas recuerdan la matanza en Andiján. Por primera vez en 12 años, la policía no interviene
El 13 de mayo de 2005 murieron al menos 700 personas. El gobierno los declaró terroristas armados, persiguiendo a los testigos en los años siguientes. Cada año, en la conmemoración, la policía retenía a los participantes. Una señal de apertura del nuevo presidente Shavkat Mirzyaev.
Táskent (AsiaNews / Fergana) - Activistas de la Human Rights Alliance de Uzbekistán (PAU) han hecho la tradicional manifestación en memoria de los centenares de ciudadanos de Andiján asesinados en un tiroteo el 13 de mayo del 2005.El evento se llevó a cabo al pie de monumento al "Corajer" el 13 de mayo pasado.
El 13 de mayo de 2005, una manifestación de masas estalló en la ciudad oriental de Andiján, elevando las tensiones debido a la creciente pobreza y a la represión gubernamental. Según fuentes oficiales, los manifestantes armados atacaron edificios gubernamentales y la prisión. Las tropas uzbekas intervinieron para sofocar la revuelta, causando 187 muertes. Los activistas desmintieron esta versión, diciendo que habría sido al menos 700 muertos, muchos manifestantes pacíficos, entre ellos mujeres y niños, e incluso gente que pasaba por el lugar. Como resultado, al menos 358 personas fueron condenadas a largas penas de prisión con juicios "secretos", que los activistas y los miembros de la familia jamás pudieron leer.
Para sorpresa de los participantes, este año ni el Ministerio del Interior ni el Servicio de Seguridad Nacional (SNB) intervinieron para detener los actos conmemorativos. El evento se llevó a cabo sin interrupción: los activistas depositaron flores y juguetes a los pies del monumento, mostrando pancartas de denuncia contra los "crímenes de guerra".
Este año el evento fue organizado por Elena Urlaeva, líder del PAU que en el pasado denunció haber sido abusada por parte de la policía.
En años anteriores, la policía y el SNB habían detenido a los manifestantes, a continuación, condenados a fuertes multas por los tribunales de Táskent. La policía había intervenido aun cuando los activistas no estaban sosteniendo pancartas, sino sólo flores y juguetes para niños. Los posibles participantes quedaban atrapados en sus hogares en las primeras horas de la mañana del 13 de mayo. Incluso en el 2008, algunas Ong habían denunciado la persecución contra los testigos.
La elección del lugar para el monumento anual no es algo casual. El monumento al "Coraje" fue erigido 20 de mayo de 1970 en memoria del devastador terremoto ocurrido en Tákent en 1966. Para Urlaeva, el "monumento está directamente conectado con el coraje del pueblo uzbeko" y es la "materialización del heroísmo de los residentes Andiján, que no tenían miedo de protestar contra la violación de sus derechos y por esto, les dispararon sin piedad".
Las autoridades de Uzbekistán y los medios de comunicación prefieren no recordar la tragedia de Andiján. Ni siquiera la visita del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas Zeid Ra'ad Al Hussein ha contribuido a la mención del evento en los medios de comunicación de Uzbekistán. El Alto Comisionado de la ONU, escribiendo acerca de su visita del 10 al 12 de mayo, afirmó que las autoridades uzbekas deben "hacer frente a los acontecimientos del pasado, garantizar que las víctimas no sean olvidadas y que sus sufrimientos sean afrontados."
Desde que asumió el cargo, a principios de diciembre, el Presidente uzbeko Shavkat Mirzyaev, el País ha tomado un rumbo “más tolerante” con la liberación de activistas y periodistas. La misma visita del Comisionado de las Naciones Unidas es señal de un cambio: desde 2005 que el país se negaba a cooperar con los órganos de la ONU para los derechos humanos.
