Activista thai: Acogida y derechos, único camino para combatir el tráfico de vidas humanas
Bangkok (AsiaNews). Garantizar a los migrantes los derechos humanos de base, combatir los prejuicios en el país en los cuales ellos buscan refugio y a través de un serio recorrido de integración, garantizar a ellos el derecho a la ciudadanía en un futuro. Es este el camino indicado por una experta en derecho internacional y ciudadanía thai, la señora Panthip Kanchanajitra, para resolver el problema inmigración que explotó es estas semanas en muchos países del Sudeste asiático.
Miles de personas, en mayoría musulmanes Rohingya de Mayanmar, junto a trabajadores migrantes de Bangladesh, fueron socorridos en el mar de Andamán y a los largo de las costas indonesias, Malasia y Tailandia. Un grave drama aumentado por las nuevas directivas impuestas por Bangkok-verdadero lugar de la trata de vidas humanas- después de haberse descubierto una fosa común en las cercanías de la frontera con Malasia en la cual estaban sepultados decenas de Rohingya.
La situación fue precipitada por la política de los rechazos adoptada- luego desmentida en un segundo momento, al finalizar un vértice entre ministros de Exteriores- de Yakarta y de Kuala Lumpur.
El el último período el gobierno militar en el poder en Tailandia, se movilizó para tratar de resolver el la crisis, promoviendo una serie de encuentros a nivel de gobiernos regionales y organizaciones internacionales, en el tentativo de encontrar una respuesta común. Encrucijada de la trata, el país trata de demostrar ahora un compromiso y determinación como afirma y confirma el mismo Premier- y ex jefe del ejército- el general Prayut Chan-o-cha, que participó en primera persona en la “Jornada contra el tráfico de vidas humanas” que se realizó el 5 de junio pasado.
“El problema del tráfico de vidas humanas-subrayó el Premier- dura de hace mucho tiempo y parece imposible resolver en su raíz”. Él afirma que aprecia el compromiso de las asociaciones y de los expertos en encontrar soluciones, porque el fenómeno no golpea sólo a “la libertad humana”, sino que “debilita también la confianza de los inversores y termina con “dañar a la economía nacional”.
El Premier thai, confirma la disponibilidad del país y de sus instituciones en “cooperar con las naciones en las cuales está el origen” el tráfico, como Bangladesh y Myanmar, con los Estados en los cuales sucede el tránsito y “los países de destinación”, para proteger a a las víctimas “sin hacer distinciones de sexo, raza o edad”. “Estamos enfrentando la cuestión en modo rápido y serio-concluye- para castigar a los traficantes según las leyes thai”.
En materia de migración y ciudadanía, el semanal católico thai The Redeemer ha interpelado a Panthip Kanchanajitra, una experta en materia, que individuó e pasos para enfrentar el problema. Ante todo, explica, “es necesario garantizar a ellos los derechos humanos de base”. Ellos ser registrados por el país de acogida, según la ley y los niños nacidos en el territorio thai deben ser inscriptos en los respectivos registros. Segundo, la gente debe reducir los prejuicios hacia estas personas “sin ciudadanía”. Y además, a los migrantes “en un momento oportuno” es deber garantizarles “la ciudadanía” después de un recorrido calificado que exige un justo lapso de tiempo.
El activista recuerda al final, la Declaración universal sobre los derechos humanos, en la cual se afirma que la ciudadanía es uno de los derechos basilares del individuo. “Todos tiene el derecho a una ciudadanía-concluye- y nadie puede ser privado en modo arbitrario de esta nacionalidad, ni se le puede ser negado el derecho de cambiarla”.
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