A raíz del homicidio de Kim Jong-nam, crece la tensión entre Pyongyang y Kuala Lumpur
Los restos de la víctima han quedado en el centro de una disputa diplomática. Fuentes malasias afirman que el primogénito se encuentra en el país para reclamar el cuerpo. Prosiguen las investigaciones por el asesinato del hermanastro Kim Jong-un. Las acusaciones del embajador norcoreano provocan una dura reacción del gobierno malasio.
Kuala Lumpur (AsiaNews) – Son cada vez más fuertes las indiscreciones provenientes de los medios malasios, según las cuales, Kim Han-sol, primogénito veinteañero de Kim Jong-nam, se encontraría en Kuala Lumpur para reclamar el cuerpo de su padre. Los restos han quedado en el centro de tensiones diplomáticas entre Pyongyang y Malasia, luego de que Corea de Norte elevara un reclamo y se opusiera a la realización de una autopsia. Los resultados serán difundidos el miércoles 22 de febrero. Rechazadas las instancias norcoreanas, el gobierno malasio ha dispuesto que el cuerpo sea custodiado hasta tanto un familiar del difunto, previa presentación de una muestra de ADN, haga el reclamo correspondiente. A pesar de no haber confirmaciones oficiales al respecto, medios locales y fuentes de inteligencia informan que Han-sol habría arribado a Kuala Lumpur en un vuelo proveniente de Macao, donde reside su familia. Hay testigos que afirman que, en las primeras horas del martes 20 de febrero, guardias malasios armados, escoltados por varios vehículos sin identificación, hicieron su ingreso al Hospital Kuala Lumpur. Mientras tanto, los investigadores acusan a cuatro ciudadanos norcoreanos por el homicidio ocurrido el 13 de febrero pasado. Cuatro de ellos han dejado Malasia con un vuelo directo a Pyongyang. Permanecen detenidos bajo custodia una mujer vietnamita de 28 años y una indonesia de 25 con su novio.
Por primera vez, el premier malasio Najib Razak ha hecho valer su propio peso en los cruces verbales desatados entre Kuala Lumpur y Pyongyang a raíz del homicidio de Kim Jong-nam, hermanastro del líder norcoreano.
Mientras las tensiones entre los dos países van en aumento según avanzan las investigaciones sobre el delito ocurrido el 13 de febrero pasado en el Aeropuerto Internacional Nro. 2 de Kuala Lumpur (KLIA2), ayer, Najib declaró ante los periodistas: “No tenemos ningún motivo para proyectar sombras sobre Corea del Norte”. Najib se refirió de manera directa a las acusaciones de Pyongyang referidas a una presunta “dirección turbia” tras las investigaciones. Corea del Norte acusa a Malasia de haber trabajado, junto a Corea del Sur, en la creación de una cortina de humo destinada a desviar la atención de la crisis que ha embestido a la plana de líderes de Seúl en los últimos meses.
Las insinuaciones provienen del embajador de Corea del Norte Kang Chol. Él incluso solicitó que se emprenda una investigación conjunta sobre el homicidio, expresando su desconfianza en aquella que lleva adelante la policía malasia.
Najib, en respuesta a Kang, declara su “absoluta confianza” en las fuerzas del orden y en los médicos malasios, que son “muy, pero muy profesionales”. “Tengo la seguridad más absoluta –prosigue- de que ellos son muy objetivos en todo aquello que hacen”. El primer ministro malasio promete, además, que las autoridades serán “objetivas” en la conducción de las investigaciones, y afirma: “Esperamos que ellos (los norcoreanos) entiendan que en Malasia aplicamos el estado de derecho”.
Jong-nam, el hermanastro de Kim Jong-un, estaba viajando bajo el seudónimo de Kim Chol, cuando habría sido envenenado por dos mujeres en el KLIA2.
Corea del Sur acusó al Norte por el ataque, citando la existencia de “la orden permanente” de matar a su hermano mayor, emitida por el mismo Jong-un, y de un intento de asesinato frustrado en el año 2012.
Durante la jornada de ayer, Malasia convocó al embajador Kang a causa de sus acusaciones, según las cuales la investigación estaría motivada políticamente y Kuala Lumpur estaría conspirando con “fuerzas hostiles”. El ministerio malasio de asuntos exteriores rechaza duramente estas acusaciones.
En tanto, Kang Chol continúa expresando críticas a la gestión malasia en los que respecta al homicidio de Kim Jong-nam, amenazando con hacer que ambos países se precipiten en una guerra diplomática. Kang acusa a las fuerzas de la policía malasia de haber amenazado con armas a la familia de un ciudadano de Corea del Norte, y de haber golpeado al hijo adolescente cuando el hombre estaba ingresando en su edificio en Kuala Lumpur.
Esto ocurre luego de que, en la mañana del lunes, Malasia reclamara a su embajador en Corea del Norte y convocara al mismo Kang a acudir al ministerio de relaciones exteriores.
Kang afirma que “en la tarde del día viernes, agentes de la policía malasia vestidos de civil irrumpieron en el edificio de nuestro ciudadano aquí, en Kuala Lumpur, y con el uso de la fuerza lo arrestaron careciendo para ello de toda orden o prueba”. “Además, incluso apuntaron con las armas a sus familiares, para amenazarlos, y golpearon a su hijo adolescente en el rostro”. “Semejante violación de los derechos humanos sólo puede ser vista en las películas americanas”, declara Kang en una conferencia de prensa realizada frente a la sede de la embajada de Corea del Norte, en la tarde del lunes. Él se refiere al arresto Ri Jong-chol, un hombre de 47 años de edad, proveniente de Pyongyang, la cuarta persona arrestada en el marco de las investigaciones sobre la muerte de Jong-nam.
El ministerio de relaciones exteriores de Malasia, en respuesta al tono enardecido adoptado, afirma que las de Kang son “acusaciones infundadas, en un serio intento por ensuciar la reputación del país”. Esta declaración es efectuada mientras el embajador Kang sigue presente en el palacio, para reunirse con el subsecretario general de relaciones exteriores, Raja Nurshirwan Zainal Abidin.
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