‘Lo único que pedimos es agua’: la reserva de Wilachchiya ya lleva tres años seca
La zona es una famosa meta turística. Los asentamientos se crearon en los años ’50. La población, en su mayor parte budista, se dedica a la pesca de interior y a la agricultura. Los habitantes han propuesto distintas soluciones, pero no han tenido respuesta.
Wilachchiya(AsiaNews) – “Lo único que pedimos es agua”. Es lo que dicen, al dialogar con AsiaNews, los habitantes de la aldea de Wilachchiya, una reserva natural de Sri Lanka. Debido a que las lluvias no caen desde hace tres años, la zona se ha vuelto seca y la vida de la población se ha visto seriamente afectada. Hoy en día, aquél pueblo que supo ser floreciente y exuberante, dedicado a la agricultura y a la pesca de interior, no es más que un recuerdo lejano. “Nos vemos obligados a comprar agua de afuera –se quejan los habitantes- Lo único que necesitamos es agua, déjennos empezar a vivir de nuevo, como antes”.
Algunos campesinos de la zona cuentan lo desesperante que es su vida con lágrimas en los ojos. La reserva está ubicada en la provincia del centro-norte del país, cerca de la histórica ciudad de Anuradhapura; por un lado, limita con Mannar, Puttalam y Vavuniya, y por otra, con el Vilpattu Sanctuary [un parque nacional, ndr]. La leyenda narra que su origen se remonta al año 140 d.C., cuando el príncipe Saliya [un conocido personaje épico de la isla, ndr] vivía a orillas de los ríos locales.
La mayor parte de la población se transfirió a esta zona en la década del ’50, cuando se puso en marcha un proyecto de asentamientos, durante el gobierno del ex líder S.W.R.D. Bandaranayake. En esa época, el plan contemplaba la entrega de tres acres de terreno cultivables, que eran entregados a cada familia, y otros dos acres más, destinados a la construcción de la vivienda. Los habitantes profesan, en su mayoría, la religión budista y también hay 35 familias católicas. Según el ven. Pemaduwe Sumangala Thero, un monje que dirige el templo Purana Rajamaha Viharaya, “hay budistas, católicos y familias mixtas. Todos ellos han convivido siempre de manera pacífica, sin hacer divisiones de tipo confesional”.
En los años ’70, hubo un primer período de sequía, pero la misma no provocó daños importantes en los medios de subsistencia. En cambio, en este momento, la ausencia de precipitaciones ha provocado la pérdida de seis cosechas y ha tenido grades repercusiones sobre la vida de la población. El Ven. Pemaduwe informa que “es realmente penosa la situación de unas 400 familias de pescadores”. Otros ancianos del pueblo comentan que existe un problema adicional: la droga ilegal, que traen los jóvenes que se mudan a la ciudad, en busca de trabajo. El monje afirma: “La cuestión de la droga-dependencia es un nuevo desastre. Han hecho su arribo la heroína, otras drogas y la marihuana”.
La presencia de drogas ilegales también ha sido confirmada en el caso de la aldea de pescadores de Randuuwa. El P. Rangana Mahesh se desempeña como asistente del párroco de la iglesia local, y afirma: A causa de la escasez de agua, muchos jóvenes han tenido que abandonar la aldea para poder mantener a sus familias. Pero hay numerosos casos en los que ellos debieron regresar con las manos vacías, y no les ha quedado más opción que despachar [drogas]. O incluso más, conectando un túnel de 500 metros que va desde la bomba de Malwathu Oya hasta la reserva de Wilachchiya”. “Hemos sugerido todas estas soluciones –tanto al presidente como a los demás funcionarios de alto rango que ocupan cargos, pero todavía no se ha puesto en marcha ningún proyecto”.
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