Visita a Moscú: Xi soslaya el nuevo gasoducto "anti-UE" de Putin
El "zar" ruso destacó el acuerdo sobre la construcción de Power of Siberia 2 para 2030. Beijing no lo menciona en la declaración final. China está dispuesta a comprar más gas ruso con descuento, pero quiere mantener sus proveedores tradicionales. Los chinos ya están negociando con los turkmenos un segundo gasoducto.
Beijing (AsiaNews) - Al escuchar el énfasis del Kremlin sobre las relaciones energéticas con China, el acuerdo sobre la construcción de un segundo gasoducto siberiano para abastecer de gas ruso al "socio sin límites" parece ser el único resultado concreto del viaje de tres días de Xi Jinping a Moscú, que terminó esta mañana. En Beijing, sin embargo, podrían pensar de otro modo.
Como era de esperar, no se produjo ningún avance serio en la guerra de Rusia contra Ucrania, y Vladimir Putin redefinió el "plan de paz" de Xi como una "base para resolver el conflicto". En cambio, el presidente ruso afirmó que ambas partes habían llegado a un acuerdo sobre el proyecto Power of Siberia 2, un nuevo gasoducto originalmente construido para abastecer a Europa, que transportará el gas extraído del yacimiento ruso de Yamal hasta territorio chino a través de Mongolia.
Cuando esté en pleno funcionamiento, se espera que Power of Siberia 2 tenga una capacidad de 50.000 millones de metros cúbicos (bcm) al año. Según las declaraciones de Putin, el nuevo gasoducto estará operativo en 2030: contando los 38 bcm que en teoría puede suministrar su gasoducto gemelo inaugurado en 2019, y los 10 bcm que provendrían de un yacimiento en la isla de Sajalín a través de un gasoducto previsto para 2026, el "zar" ruso calcula vender 98 bcm anuales a China a principios de la próxima década.
El problema para Putin no es sólo que esa cantidad no cubrirá los casi 200 bcm anuales que Moscú está a punto de perder de Europa como consecuencia de la invasión de Ucrania: lo cierto es que China no necesita todo ese gas ruso.
Los chinos importan entre 150 y 160 bcm de gas al año para cubrir sus necesidades. Más del 50% se bombea desde Turkmenistán, no desde Rusia. El año pasado, los turkmenos transportaron 43,2 bcm a China: Power of Siberia 1 llegó a 16,5 bcm. Además, hay que contar los suministros kazajos y los de gas natural licuado de Estados Unidos, Qatar y Australia.
En la declaración final publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, no se hace referencia explícita al proyecto Power of Siberia 2. En términos más vagos, se habla de acuerdo para reforzar los intercambios energéticos y de recursos”. Más tarde, los rusos corrigieron su postura: como señala Reuters, en otro comunicado el Kremlin subrayó que los detalles del nuevo gasoducto aún están por resolverse.
Con toda probabilidad, Beijing está dispuesto a aumentar la compra de gas ruso a precios favorables, pero manteniendo más proveedores para no depender de Moscú (ni de ningún otro). No en vano los chinos están negociando un segundo gasoducto para obtener otros 25 bcm de gas turkmeno en 30 años. Está previsto que la Central Asia–China Gas Pipeline D pase por Tayikistán y Kirguizistán.
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