Se desploman los barriles y también las esperanzas rusas de firmar un segundo acuerdo por el gas con China
Moscú (AsiaNews) - Mientras el presidente Vladimir Putin prepara su inminente visita a Beijing (2-3 septiembre), la devaluación del rublo producida por la caída de los precios del petróleo, la crisis en los mercados asiáticos y la desaceleración de la economía china ponen en dura prueba a la política de "vuelta hacia el Este" de Moscú, impuesta por las crecientes tensiones con Occidente debido a la anexión de Crimea y al conflicto ucraniano.
En los primeros siete meses del 2015, las inversiones de China en Rusia descendieron un 20% con respecto al año pasado, a causa de la rápida devaluación de la moneda rusa. Lo ha notado el Jefe del Departamento para Europa y Asia Central en el Ministerio de Economía chino, Lin Zhi, entrevistado por la agencia Tass. “Las inversiones directas en la economía real están disminuyendo, pero el volumen del portfolio de inversiones está aumentando -dijo el funcionario- no podemos decir entonces que la actividad de inversión esté cayendo, sino que los inversores están teniendo en cuenta las dificultades económicas y eligen nuevos modos de invertir en la economía rusa”. A fines de diciembre de 2014, el total de las inversiones directas chinas en Rusia fue de 4.000 millones de dólares, recuerda Tass.
El Kremlin se aceleró a cooperar con la República Popular el año pasado, cuando se intensificó el conflicto entre la UE y los EEUU. Según Lin, el flujo de inversiones directas fue bloqueado por la devaluación del rublo, que en los últimos días actualizó su récord negativo de los últimos seis meses ya sea con respecto al dólar como con respecto al euro.
La nueva caída del barril está poniendo en riesgo los contratos energéticos entre Moscú y Beijing (el 24 de agosto los precios del crudo Light crude Wti y de aquellos del Brent cayeron a sus mínimos en seis años y medio, a 39 y a 44,24 dólares por barril, respectivamente). Gazprom dijo el 18 de agosto pasado que las negociaciones sobre un segundo acuerdo para la provisión de gas natural a China en menos de 18 meses “están mostrando una dinámica positiva”. El gobierno de Beijing, en cambio, atenuó las esperanzas de que un acuerdo en este sentido pudiera ser firmado durante la visita de dos días de Putin a China. Según dijo Ling Ji, Director del Departamento de Asuntos Euroasiáticos en el Minsterio de Comercio chino, China y Rusia no apuntan al cierre de un acuerdo durante la visita, dado que la caída de otro 50% por barril verificado en el último año está complicando las negociaciones. Mientras que un segundo acuerdo haría de China el mayor cliente de Gazprom, dicho país está enfrentando un exceso de capacidad industrail y una extrema volatilidad en los mercados financieros. “No es un contexto favorable para firmar otro acuerdo sobre el gas” para China, dijo a Bloomberg el investigador Keun-WOok Paik, miembro del Oxford Institute for Energy Studies en Londres.
El año pasado Moscú y Beijing alcanzaron -luego de casi diez años de negociaciones- el primer mega-acuerdo por 400.000 millones de dólares para proveer gas de los yacimientos de Siberia Oriental. Fue un evento histórico en las relaciones entre el más grande exportador del mundo en el sector energético y el más grande importador. En noviembre pasado la Federación Rusa y la República Popular China firmaron un acuerdo que tenía previsto un segundo contrato de provisión treintenal, que implicaría la construcción de una red de tuberías desde Siberia occidental. Se trataría de una provisión ulterior de 30.000 millones de metros cúbicos de gas al año, sumados a los 38.000 millones de metros cúbicos del primer contrato, lo cual convertiría a China en el mayor cliente de Gazprom.
Pero desde la firma del primer contrato, el Brent cayó en picada desde los 102,6 dólares a menos de 46 dólares por barril. “Los acuerdos con los rusos son muy riesgosos en este momento, a causa de las sanciones, de la devaluación del rublo y de los constantes cambios del régimen fiscal”, explicó Aleksandr Gabuev, analista del Carnegie Center de Moscú. Según ha dicho, es importante para China mantener buenas relaciones políticas con Rusia, pero el presidente Xi Jinping no va a sacrificar la economía por la política. (N.A.)