Papa: La Iglesia es "católica" y "apostólica". Es decir, es "universal" y "misionera"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Cuando usted dice que la Iglesia es
"católica" y "apostólica" significa que es
"universal" y "misionera", "saliente", como lo
fueron los apóstoles. Esto significa "tomar
en serio la salvación de toda la humanidad", "tener una sensación de plenitud, la
integridad, la armonía de la vida cristiana" y "ser conscientes
de que nuestra fe está anclada en el anuncio y el testimonio de los mismos
apóstoles". Lo dijo hoy el Papa Francisco que ha seguido dedicando a la
Iglesia la catequesis en la audiencia general.
A las 30 mil personas presentes en la plaza de San Pedro, entre los cuales el
Papa pasó largamente con el jeep blanco, parando a aceptar incluso un sorbo de mate,
Francisco también señaló el valor de la obra de los misioneros. "Vamos a
dar gracias al Señor porque nuestra Iglesia tiene muchos misioneros, ha tenido
muchos misioneros y necesita más todavía".
Francisco comenzó su reflexión preguntando que es "realmente" el
significado de la palabra "católica y apostólica" contenida en el
Credo y "¿cuál es el valor de las comunidades cristianas y para cada uno
de nosotros?". "Católica -
explicó - quiere decir universal. Una definición clara y completa se ofrece por
uno de los Padres de la Iglesia desde los primeros siglos, San Cirilo de
Jerusalén, cuando dice: " la Iglesia
sin duda es llamada católica, es decir, universal, por el hecho que está
difundida por doquier, desde uno al otro confín de la tierra; y porque
universalmente y sin defección enseña todas las verdades que deben llegar a
conocimiento de los hombres, ya sea con respecto a las cosas celestes que a las
terrestres. Un signo evidente de la catolicidad de la Iglesia es que ella habla
todas las lenguas. Y esto no es otra cosa que el efecto del Pentecostés (cfr At
2, 1-13): es el Espíritu Santo, en efecto, que ha puesto en condiciones a los
Apóstoles y a la Iglesia entera para que hagan resonar para todos, hasta los
confines de la tierra, la Buena Noticia de la salvación y del amor de Dios. La
Iglesia así nació católica, es decir, "sinfónica" desde los orígenes y no puede
ser otra cosa que católica, proyectada hacia la evangelización y al encuentro
con todos"
"La
palabra de Dios hoy se lee en todas las lenguas: todos tienen el Evangelio en
la propia lengua. Para leerlo. Y vuelvo a lo mismo: es siempre bueno llevar con
nosotros un Evangelio chiquito, para llevarlo en el bolsillo, en la cartera. Y
durante la jornada leer un fragmento. Esto nos hace bien. El Evangelio está
difundido en todas las lenguas porque la Iglesia, el anuncio de Jesucristo
Redentor está en todo el mundo. Y por esto se dice que la Iglesia es católica: porque es universal.
". Si la Iglesia nació católica, quiere decir que nació "en salida", que
nació misionera. Si los apóstoles se hubieran quedado ahí en el cenáculo, sin
salir a predicar el Evangelio, la Iglesia sería solamente la Iglesia de aquel
pueblo, de aquella ciudad, de aquel cenáculo. Pero todos salieron por el mundo
desde el momento del nacimiento de la Iglesia; desde el momento que vino el
Espíritu Santo. Y por esto la Iglesia nació "en salida", es decir, misionera.
Es lo que expresamos calificándola apostólica. Porque el apóstol es el que
lleva la Buena Nueva de la resurrección de Jesús. Este término nos recuerda que
la Iglesia, sobre el fundamento de los Apóstoles está en continuidad con ellos.
Son los apóstoles que fueron y fundaron nuevas iglesias, han consagrado nuevos
obispos. Y así en todo el mundo, en continuidad. Hoy, todos nosotros estamos en
continuidad con aquel grupo de apóstoles que ha recibido el Espíritu Santo y
luego fue "en salida" a predicar. La Iglesia es enviada para llevar a todos los
hombres este anuncio del Evangelio, acompañándolo con los signos de la ternura
y del poder de Dios. También esto deriva del evento del Pentecostés: es el
Espíritu Santo, en efecto, que supera toda resistencia, que vence la tentación
de cerrase en sí mismos, entre pocos elegidos, y de considerarse los únicos
destinatarios de la bendición de Dios. Imaginémonos si un grupo de cristianos
hace esto: "nosotros somos los elegidos, sólo nosotros"... al final, mueren.
Mueren primero en el alma, luego morirán en el cuerpo porque no tienen vida, no
son capaces de generar vida a otra gente, a otros pueblos. No son apostólicos.
Y es precisamente el Espíritu Santo que nos conduce al encuentro con los
hermanos, también hacia aquellos más distantes en todo sentido, para que puedan
compartir con nosotros el amor, la paz, la alegría que el Señor Resucitado nos
ha dejado como don".
"¿Qué comporta para nuestras comunidades y para cada uno de nosotros - ha
preguntado - ser parte de una iglesia que es católica y apostólica? En primer
lugar, significa llevar en el corazón la
salvación de toda la humanidad, no sentirse indiferente o extraños con el
destino de muchos de nuestros hermanos, sino abiertos y solidarios para con
ellos. También significa tener el sentido
de plenitud, de lo completo, de la armonía de la vida cristiana, rechazando
siempre las posiciones parciales, unilaterales, que nos encierran en nosotros
mismos".
"Ser parte de la Iglesia apostólica
quiere decir ser consciente de que nuestra fe está anclada en el anuncio y en
el testimonio de los mismos Apóstoles de Jesús. Está anclada allí, es una larga
cadena que viene de allí; y por eso sentirse siempre enviados, sentirse
mandados, en comunión con los sucesores de los Apóstoles, a anunciar, con el
corazón lleno de alegría, a Cristo y su amor por toda la humanidad. Y aquí yo
quisiera recordar la vida heroica de tantos, tantos misioneros y misioneras,
que han dejado su patria para ir a anunciar el evangelio en otros países, en
otros continentes. Me decía un cardenal brasilero que trabaja bastante en el
Amazonas, que cuando él va a un lugar, a un pueblo del Amazonas, a una ciudad,
va siempre al cementerio. Y allí ve las tumbas de estos misioneros, sacerdotes,
hermanos, monjas, que han ido a predicar el Evangelio, apóstoles; y él piensa:
todos ellos pueden ser canonizados ahora, han dejado todo para anunciar a
Jesucristo. Demos gracias a Dios porque nuestra Iglesia tiene tantos
misioneros, ha tenido tantos misioneros, y tiene necesidad de más aún,
¡agradezcamos al Señor por esto! Tal vez entre tantos jóvenes, chicos y chicas
que están aquí, alguno tiene ganas de convertirse en misionero, ¡que vaya hacia
adelante! ¡Es bello esto, llevar el Evangelio de Jesús! ¡Sean valientes!"
"Pidámosle entonces al Señor, que renueve en nosotros el don de su
Espíritu, para que toda comunidad cristiana y todo bautizado sea expresión de
la santa madre Iglesia católica y apostólica".