P. Mourad: el carisma de Mar Mousa en Homs, la vocación a acoger y dialogar

Mañana se celebrará la ordenación episcopal y la toma de posesión del arzobispo de los católicos sirios. Una zona que lleva años sin pastor ni sacerdotes permanentes, pero que supo mantenerse viva como comunidad. Fue secuestrado por el Isis y compartió el cautiverio con decenas de fieles durante meses. La "renovación de la formación teológica y bíblica" de los sacerdotes.

Homs (AsiaNews) - ¿La misión? Traer el carisma y la experiencia "del monasterio de Mar Mousa" y alimentar "la vocación a la acogida, a la hospitalidad, a la oración" que "faltó" en esta diócesis en los últimos años. El nuevo arzobispo de Homs, Jacques Mourad, cuya ordenación episcopal se celebrará mañana con una fiesta comunitaria de todos los cristianos sirios, tiene un tono tranquilo y reflexivo, pero decidido. El territorio debe "volver a vivir como una familia, como un núcleo de oración", una tarea ardua para una ciudad que "durante años estuvo abandonada" y privada de "sacerdotes permanentes" porque "sólo tres de 12 eran célibes", mientras que los demás son sacerdotes casados que "vuelven a sus casas por la noche". Hoy en día "somos cuatro los que vivimos permanentemente" en el obispado, organizando la estructura y preparando habitaciones para "acoger huéspedes", como sucede estos días.

El pasado mes de enero, el padre Mourad, monje católico sirio de 54 años, fue elegido arzobispo de la diócesis de Homs, Hama y Nebek, en Siria. La ordenación e investidura tendrán lugar mañana en presencia de dignatarios eclesiásticos y fieles. Se lo relaciona con el secuestro que sufrió en 2015 a manos del Estado Islámico (EI, antes Isis) junto con un nutrido grupo de feligreses. Nació en Alepo y se formó litúrgicamente en Líbano; después de obtener la Licenciatura ingresó en la comunidad monástica de Deir Mar Musa, y allí fue ordenado sacerdote en 1993. De 2000 a 2015, fue responsable del monasterio de Mar Elian (no lejos de Mar Musa, la comunidad fundada por el padre Paolo Dall'Oglio) y de la parroquia de Qaryatayn, donde tuvo lugar su secuestro. Relató sus cinco meses de cautiverio y su "valiente" liberación en el libro "Un monje secuestrado. La lucha por la paz de un prisionero de los yihadistas": una fuga tras semanas de amenazas, violencia, intentos de conversión y un simulacro de ejecución.

El p. Mourad pasa estos días de "confusión" que se acercan a la ordenación con una gran "paz interior", a pesar de que el nombramiento representa "un gran cambio y una gran responsabilidad". Homs es una diócesis "compleja", afectada por los años de guerra, pero a pesar de las dificultades "la mayoría de los cristianos" permanece, lo que garantiza la "estabilidad". Los feligreses "son campesinos", añadió, "con un profundo vínculo con su tierra" que les ayuda a afrontar "miedos, presiones, pobreza: en esto hay una gran lealtad", un sentimiento "que yo mismo experimenté durante mi encarcelamiento". Con decenas de ellos vivió los meses que pasó en manos del Isis "corriendo el riesgo de ser asesinados"; "este coraje" que todos ellos mostraron para "dar testimonio de la fe es un signo fuerte", que hace pensar en ser "verdaderamente hijos de los primeros cristianos" incluso ante la perspectiva del martirio.

Después de dos años y medio de espera, Homs vuelve a tener un pastor a tiempo completo y se respira un "aire de esperanza renovada" tras haberse sentido "abandonada durante mucho tiempo". El obispo es "el símbolo mismo de la presencia de la Iglesia" en el plano pastoral, de la ayuda, del apoyo humanitario, de la celebración de los sacramentos y de un valor ligado "a la tradición". "Puedo decir que soy afortunado", continuó, "porque los sacerdotes son jóvenes, su contribución a la misión es grande, podemos organizar el trabajo con espíritu de sinodalidad", como pide el Papa Francisco. Una de las prioridades es precisamente la "renovación de su formación teológica y bíblica", para fortalecerlos "en su camino pastoral" mientras ayudan a las familias "a vivir con dignidad, cuando aún hoy la presión de la pobreza es insoportable".

En estos días, la Iglesia de Homs se está movilizando para enviar ayuda a las víctimas del terremoto del 6 de febrero en los centros más afectados, como Latakya y Alepo. "Existe en este sentido una hermosa colaboración entre Iglesias, un ecumenismo de hecho con ortodoxos y protestantes" contó el P. Mourad. Incluso en los momentos más dramáticos, advirtió, está la mano de la "providencia" que alimenta "nuestra acción". Ella favorece el encuentro y la relación con el mundo musulmán, especialmente en esta tierra donde parte de la misión es "abrirse a otras comunidades religiosas" en el espíritu y según los dictados del P. Dall'Oglio, que en julio cumple diez años desaparecido. "Debemos estar al servicio de la convivencia, del diálogo y convertirnos en un ejemplo para toda Siria", concluyó.