Cardenal Bo: votar para hacer realidad el ideal de federalismo de Aung San
A dos meses de las elecciones, el arzobispo de Rangún publica un llamamiento de 10 puntos. Justicia económica y social, integridad de los candidatos y lucha contra todas las pandemias son los ideales. Votar es un deber sagrado y signo de participación activa, sobre todo para las clases más débiles. No hay paz sin justicia.
Yangon (AsiaNews) - Justicia económica y social, integridad de los candidatos, lucha contra todas las pandemias - desde el Covid-19 hasta el hambre y las guerras - y perseguir el objetivo de un verdadero “federalismo político y económico”. Estas son algunos de los puntos fundamentales que señala el arzobispo de Rangún, el cardenal Maung Bo, en vista de las elecciones generales previstas para noviembre en Myanmar. En el mensaje de 10 puntos a los fieles, el purpurado recuerda la “bendición” que deriva del voto: “En este momento histórico, me dirijo a cada uno de ustedes no como político sino como personalidad religiosa. Y como un hermano - agrega - que sólo desea el bien común y el bienestar de toda la comunidad”.
“Votar - afirma el cardenal birmano - no es solo un derecho, sino un deber sagrado. La participación activa de los ciudadanos es fundamental en la democracia”. Como hijos e hijas de esta nación dorada, sigue diciendo, “merecemos la paz” después de décadas de conflictos. La “respuesta armada” a las divisiones ha provocado “miles de víctimas” y “miles de refugiados y desplazados internos. Esta era oscura debe terminar, y por eso los exhorto a votar por la paz”.
Para el próximo 8 de noviembre están previstas las elecciones generales y estaduales en Myanmar; muchos consideran que la votación constituirá un test para la plena transición democrática del país tras décadas de control de los militares. Las elecciones se llevarán a cabo en todos los Estados del país, incluyendo las zonas de conflicto. Están en juego 330 bancas de la Cámara baja y 168 de la alta en el Parlamento nacional. El 25% de las mismas están reservadas a los militares, que todavía son la fuerza dominante. Otras 644 bancas (más 29 para las minorías étnicas) estarán en juego para las asambleas estaduales.
Los analistas han anticipado una nueva victoria de la Liga Nacional por la Democracia de Aung San Suu Kyi, quien recientemente oficializó su candidatura para un segundo mandato. Sin embargo, el partido de la líder democrática y premio Nobel de la paz no parece que pueda conquistar nuevamente el amplio margen obtenido en 2015, cuando se celebraron elecciones multipartidarias después de 50 años de dictadura militar. La difícil situación económica ha incidido en la reducción del consenso.
El cardenal Bo recuerda que el voto es “esencial” para garantizar una “verdadera participación” de los más pobres en las decisiones de poder, por eso nadie debe ser relegado al margen de la competencia electoral. Más aún, el objetivo es “reforzar la voz de los que no tienen voz, por medio de la democracia”. Como subrayan las religiones, agrega, “no hay paz sin justicia”, tanto económica como socio-ambiental.
En su decálogo, el purpurado pide “identificar a los mercaderes del odio” que llevan al país a la ruina, y al mismo tiempo dar la bienvenida a “las inversiones extranjeras” que pueden contribuir a crear “un futuro sostenible para nuestro pueblo”. El desarrollo humano debe ser “un derecho fundamental” que los anteriores regímenes [militares] han “negado sistemáticamente” impidiendo el desarrollo de nuestro pueblo” y de una nación potencialmente rica.
Por último, el arzobispo de Rangún invita a los electores a buscar “no solo la inteligencia sino también la integridad” de los candidatos, para formar una clase dirigente que sea capaz de afrontar todas las pandemias: del hambre, del conflicto y de los desplazados, de las migraciones inseguras, de una educación de baja calidad, además de la nueva pandemia del coronavirus. “Voten - concluye - por un verdadero federalismo político y económico. El general Aung San vivió y murió por este ideal. Voten por los que apoyan el sueño del general Aung San”.